Midterms, votos con el ojo en el 2024 en Estados Unidos | El Nuevo Siglo
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Domingo, 16 de Octubre de 2022
Redacción internacional con AFP

Omnipresentes en las elecciones de medio mandato ("midterms") y expectantes porque de esos resultados penderá su futuro político se encuentran el presidente demócrata Joe Biden y su antecesor, así como potencial rival en el 2024, el republicano Donald Trump.

Establecidas constitucionalmente dos años después de las presidenciales –de allí su nombre- son una suerte de referendo sobre la gestión del inquilino de la Casa Blanca y su bancada. En esta ocasión, también serán un termómetro para el liderazgo del exmandatario conservador que tiene el ojo puesto en la presidencial del 2024, lo que llevó a Biden (quien cumplirá 80 años el 20 de noviembre) a contemplar su reelección.

El 8 de noviembre será la cita de las urnas para elegir a la totalidad de los 435 parlamentarios de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado (35 curules), la totalidad de los gobernadores y buena parte de los ediles locales. Todas y cada uno de los escaños en juego tienen, como nunca antes, un gran peso político ya que, tras históricos fallos de la Corte Suprema de Justicia, como el de Roe vs. Wide que supuestamente convirtió el aborto en un ‘derecho’ garantizado por la Constitución en todo el país, son los ciudadanos quienes al escoger a sus representantes -en todos los niveles- los que se deben pronunciar sobre temas complejos como éste. En otras palabras, son los elegidos en cada estado quienes tienen la responsabilidad de fijar las políticas sobre tales asuntos y, de allí, la importancia del voto pensado y útil de cada persona.

En ese marco, con posiciones opuestas, especialmente en el aborto, Biden y Trump han participado activamente en la campaña para estas elecciones de medio mandato, no sólo apoyando a decenas de sus candidatos, muchos de los cuales son outsider o debutantes en la política, sino participando en actos proselitistas con mensajes tan claros como contundentes.

Así, Joe Biden ha implorado a los estadounidenses votar masivamente para conseguir holgadas mayorías que permita a su bancada demócrata esquivar las normas parlamentarias que actualmente le impiden legalizar el aborto en todo el país o prohibir los rifles de asalto.

"Los estadounidenses tienen elección", dijo recientemente. El aborto, las armas de fuego o el sistema de salud están "en la papeleta", aseguró.

Los republicanos, con un liderazgo fuerte como el de Trump, prometen por su parte liderar una lucha contra la inflación y la crisis de los opiáceos, entre otros. También prometieron que si consiguen una mayoría, abrirían una serie de investigaciones parlamentarias sobre Joe Biden, su asesor para la pandemia Anthony Fauci y el secretario de Justicia, Merrick Garland.

También planean enterrar el trabajo de la comisión que investiga el asalto al Congreso estadounidense cometido por simpatizantes del expresidente republicano Donald Trump y que acaba de citar a declarar al exmandatario, quien por su parte dijo que esa célula parlamentaria ha “profundizado la división del país”.

Así, aunque los nombres de Biden y Trump no figuran en ninguna de las papeletas, en el trasfondo de ellas lo que hay es un punto de partida para las presidencial del 2024.

Pero las cosas no son tan sencillas como se parecen a simple vista. A sus 76 años, el magnate expresidente quien como lo destaca el politólogo Nicholas Creel “sigue siendo el líder indiscutible del Partido Republicano, a pesar de perder la reelección y enfrentar varias investigaciones”, decidió poner a prueba su influencia y contar su apoyo en estas “midterms”.

Para el analista John Hudack, del centro de estudios de Brrokings Institution "Trump no está en ninguna boleta electoral ahora, pero su futuro político sí…Su plan de remodelar el Partido Republicano a su imagen a través de estos comicios lo convertirá en un perdedor o en el líder de la política partidista en los próximos años".

Esa teoría es refutada por Creel, quien considera que “el apoyo a Trump dentro del Partido Republicano es demasiado resistente para verse dañado por un mal resultado en noviembre”.

Los demócratas han hecho del apoyo de Trump a varios noveles candidatos y otusiders su ‘caballito de batalla electoral”. Sobre los aspirantes al Senado como Mehmet Oz, un famoso médico de Pensilvania, y J.D. Vance en Ohio, un inversionista de riesgo que ha pasado la mayor parte de su vida adulta en Silicon Valley han dicho que son propensos a los desatinos retóricos, mientras que sobre la exestrella de fútbol americano de Georgia, Herschel Walker, le cuestionan por su acusación sobre violencia doméstica.


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De esta forma pretenden los demócratas movilizar al electorado ante el alto riesgo de perder sus cortas mayorías en el Congreso lo que, de suyo, supondrá un grave obstáculo para las políticas del presidente Biden, como se ha evidenciado en el Senado, donde son 50-50 y el desempate lo da el voto de la vicepresidente Kamala Harris.

El temor de la bancada oficialista tiene fundamentos. Según las encuestas más recientes, la oposición republicana tiene muchas posibilidades de arrebatar al menos entre 10 y 20 escaños en la cámara baja, que le bastaría para convertirse en mayoría.

Según el portal RealClearPolitics, la proyección para ésta es de 220 escaños para los republicanos (de ellos 179 seguros), 180 para los demócratas (147 asegurados) y por definirse 35, de los cuales 18 tienden a ser conservadores contra 13 del oficialismo.

Para ser mayoría en la Cámara se requieren 218 curules, lo que según estos vaticinios lograrían los republicanos. Vale recordar que la actual composición es de 222 demócratas y 212 conservadores.

En cuanto al Senado, la proyección es de 48 curules para los demócratas y 52 para los conservadores, lo que supondría un cambio neto de dos asientos a favor de los últimos.

En las gobernaciones también se impondrían los hoy opositores con 30 frente a 20 del partido de Biden.

Pese a estas favorables proyecciones muchos analistas políticos advierten que si los candidatos apoyados por Trump son derrotados, el expresidente podría replantear su aspiración presidencial, lo que de inmediato daría paso a un abanico de nombres como su exvice, Mike Pence, el exsecretario de Estado, Mike Pompeo y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.

Pero los mismos expertos enfatizan en que nada está decidido y no se descarta que los candidatos de Trump no sólo se impongan en las urnas, sino que lo hagan de manera contundente.

Duelos a seguir

Un cirujano superestrella frente a un licenciado de Harvard conocido por vestir sudaderas con capucha, o una leyenda del fútbol americano contra un pastor son algunos de los duelos más sonados para las “midterms”

Pensilvania. Es una de las más seguidas del país, ya que probablemente decida hacia donde se inclina el Senado. Aquí se libra una lucha en torno a un escaño que dejó vacante un senador republicano. El cirujano Mehmet Oz, que durante mucho tiempo dirigió un programa de televisión sobre medicina muy popular, aspira a él en las filas de los republicanos, apoyado por Trump. Su rival es John Fetterman que con sus 2.05 metros de estatura es conocido por no quitarse los pantalones cortos ni la sudadera con capucha, aunque nieve. Hace campaña a favor de la legalización de la marihuana y el desarrollo de los sindicatos. Graduado en Harvard, fue alcalde durante 13 años de una ciudad que sufrió la desindustrialización. Biden y Trump fueron en persona a hacer campaña por sus protegidos. Los encuestadores estiman que la carrera es tan reñida que no se puede señalar un favorito.

Georgia. Después de haber captado la atención mundial en 2020 antes de dar a Joe Biden la victoria sobre Donald Trump por 12.000 votos, Georgia vuelve a acaparar las miradas. En este estado fronterizo con Florida, hay dos duelos que cautivan. Una exestrella de fútbol americano, el republicano Herschel Walker, quiere el escaño en el Senado que ocupa un pastor demócrata, Raphael Warnock, el primer senador negro elegido en ese estado. También se libra un duelo por el cargo de gobernador: el republicano Brian Kemp busca mantener su puesto frente a la excongresista Stacey Abrams, que desde hace una década intenta movilizar a las minorías.

En el desierto. También se celebra una elección muy reñida en Arizona, el estado del Gran Cañón, por el puesto de gobernador, al que aspira la experiodista Kari Lake, una figura emblemática del trumpismo, quien tiene una corta ventaja sobre el demócrata Katie Hobbs.

En el vecino estado de Nevada se lucha por un puesto en el Congreso: el republicano Adam Laxalt tiene posibilidades de destronar a Catherine Cortez Masto.

El "cinturón del óxido". El "Rust Belt" o "cinturón del óxido", históricamente demócrata pero caído en manos de Donald Trump en un contexto de desindustrialización, también es escenario de intensas luchas. En Ohio se sigue de cerca la elección del futuro senador, un cargo que hasta ahora ocupaba un republicano. Se enfrentan el demócrata Tim Ryan y un recién llegado a la escena política estadounidense, J.D. Vance, un exmilitar autor de un libro superventas sobre la clase media blanca.

En Wisconsin, estado donde Joe Biden ganó por poco en 2020 pero que votó mayoritariamente por Donald Trump en 2016, el republicano Ron Johnson lucha por mantener su escaño frente a un demócrata apoyado por el ala izquierda de su partido, el joven Mandela Barnes. /