Una nueva ronda de sanciones fue impuesta contra altos mandos bielorrusos y birmanos durante el consejo de ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, este lunes en Luxemburgo.

A la imposición de las medidas se sumaron los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido al pronunciarse nuevamente contra la violación de libertades fundamentales en Myanmar y Belarús, por parte de sus gobernantes.

En ese sentido, los gobernantes de las naciones nombradas y los líderes de la Unión Europea pidieron a Minsk "que ponga fin a sus prácticas represivas contra su propio pueblo".

Por su parte, la UE prohibió el viaje y congeló de activos a 78 funcionarios y entidades, incluido el ministro de Defensa y Transporte de Belarús y su comandante de la fuerza aérea, así como jueces y legisladores.

Entre tanto, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos informó en un comunicado que incluyó en una lista negra a 16 personas y cinco entidades vinculadas al Gobierno de Alexander Lukashenko. 

Por otro lado, Reino Unido indicó que agrega a varios altos funcionarios y entidades bielorrusos, entre ellos un exportador de productos petroleros, a su lista de sanciones.

Muertos en manifestaciones

Cuatro opositores a la junta militar y al menos dos miembros de las fuerzas de seguridad murieron en Birmania el martes, en el contexto de la fuerte tensión presistente desde el golpe de Estado del 1 de febrero que derrocó a Aung San Suu Kyi.

Los enfrentamientos estallaron durante una operación del ejército y de la policía en Mandalay, la segunda ciudad del país.

Las fuerzas de seguridad allanaron el martes una casa en el municipio de Chan Mya Tharsi, en Mandalay, donde fueron atacadas con fuego de armas pequeñas y granadas, indicó un comunicado.

Dos oficiales murieron durante el asalto, dijeron fuentes militares a la AFP, y al menos diez resultaron heridos.

Cuatro "terroristas" también murieron y ocho fueron detenidos en posesión de minas artesanales, granadas y armas ligeras, añadió el reporte. 

Desde el golpe de Estado, que puso fin a un paréntesis democrático de 10 años, Birmania es escenario de manifestaciones, huelgas masivas que tienen la economía paralizada y enfrentamientos cada vez más importantes entre el ejército y los grupos étnicos rebeldes.

Más de 870 civiles han muerto, entre ellos niños, según la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP). 

Unas 5.000 personas fueron detenidas y las oenegés denuncian casos de ejecuciones extrajudiciales, torturas y violencia contra las mujeres.

Esta violenta represión ha llevado a muchos opositores de la junta a formar una "Fuerza de Defensa del Pueblo" , compuesta por civiles que se enfrentan con armas caseras a las fuerzas que responden a la Junta golpista.