El próximo gobierno de Panamá descarta construir un muro en la frontera selvática del Darién para impedir la llegada de migrantes rumbo a Estados Unidos, pero los deportará, afirmó este jueves el ministro de Seguridad designado, Frank Ábrego.
"No podemos decir que vamos a hacer un muro de extremo a extremo del Caribe al Pacífico. No lo podemos hacer [...] es imposible", dijo Ábrego a periodistas durante la presentación del gabinete ministerial del presidente electo, José Raúl Mulino.
El cierre de la selva fronteriza con Colombia a los migrantes fue una de las principales promesas de campaña de Mulino, quien debe asumir el poder el 1 de julio.
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"Si mañana se declara un cierre de frontera, establecemos los puntos de control donde podamos detener o retener a estos inmigrantes ilegales y entonces proceder, como el presidente habló, a una repatriación o deportación", afirmó Ábrego.
Esas medidas van a reducir "el volumen de inmigrantes a través de la frontera" del Darién, añadió.
Al ser proclamado como presidente electo el 9 de mayo, Mulino prometió deportar a los migrantes que ingresen al país por el Darién.
"Para terminar la odisea del Darién, que no tiene razón de ser (...), iniciaremos con ayuda internacional un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos de todas las personas que están allí", afirmó entonces Mulino.
El Tapón del Darién, la frontera selvática entre Panamá y Colombia, de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en los últimos años en un corredor para los migrantes que desde Sudamérica tratan de llegar a Estados Unidos.
En 2023, más de 520.000 personas cruzaron la jungla, pese a que enfrentan peligros como animales salvajes, ríos caudalosos y bandas criminales que asaltan, violan y matan a los migrantes.
En lo que va de año, más de 150.000 personas cruzaron esta ruta. La mayoría son venezolanos, además de haitianos, ecuatorianos y colombianos. También hay asiáticos, principalmente chinos, y africanos.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció el miércoles que durante los cuatro primeros meses de 2024 más de 30.000 niños cruzaron el Darién, un 40% más que en el mismo período del año anterior.
De esos 30.000 menores, cerca de 2.000 llegaron a Panamá solos o separados de sus familias, el triple que en el primer cuatrimestre de 2023, según Unicef.
Esta agencia de la ONU calcula que a este ritmo unas 800.000 personas, entre ellos 160.000 niños, podrían cruzar la jungla panameña este año.