“Reformar el Instituto Electoral, camino complicado para AMLO” | El Nuevo Siglo
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Sábado, 16 de Abril de 2022
Redacción internacional

El fin de semana pasado en México se adelantó un referendo promovido por el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en el que de los 93 millones de mexicanos convocados solo un poco más de 18 millones respondieron a esta pregunta: "¿Estás de acuerdo en que al presidente de los Estados Unidos Mexicanos se le revoque el mandato por pérdida de la confianza, o siga en la presidencia de la república hasta que termine su periodo?”

Calificado por la oposición como un referendo confirmatorio, por lo que promovieron la abstención, el presidente AMLO logró el 91% de apoyo para que culmine su mandato, en el cual se prevé reformará el Instituto Nacional Electoral (INE) al que responsabilizó de la baja participación porque ante el recorte del presupuesto destinado para esta cita electoral, a menos de la mitad de los US$190 millones que se requerían, instaló un tercio de los centros de votación que normalmente se ubican (57.700).

Para conocer sobre los previsibles planes del mandatario mexicano, el rumbo que seguirá la oposición y lo que esta inédita consulta representa en el futuro democrático de ese país, EL NUEVO SIGLO entrevistó al profesor y director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Puebla, Luis Ochoa Bilbao.

EL NUEVO SIGLO: El resultado del referendo en México, ¿era de esperarse? 

LUIS OCHOA BILBAO: Sí terminó siendo el resultado esperado por dos razones fundamentales: la primera tiene que ver con que los índices de aprobación de López Obrador rondan el 60%; la segunda se explica porque la oposición planteó boicotear el proceso, llamó al abstencionismo y eso concluyó en que el 90% de la participación manifestó su apoyo al presidente para que continuara en el cargo.

ENS: El presidente ganó el referendo con muy baja participación. Hay quienes dicen que este fue un referendo más confirmatorio que revocatorio. ¿Coincide con esta lectura? 

LOB: Es cierto que hubo poca participación del electorado, apenas el 18%, y también es cierto que este referéndum terminó siendo una confirmación en el poder a favor del presidente. En su origen, la propuesta en México de convocar a un proceso de revocación de mandato tendría que ocurrir, idealmente, en un contexto de baja aprobación del presidente o de una pérdida de confianza abrumadora.

Sin embargo, en esta ocasión la propuesta vino del Morena, el partido del presidente, y tuvo toda la intencionalidad de ponerla en práctica, en una especie de ejercicio didáctico, con la tranquilidad de que habría un resultado positivo para López Obrador por los índices de aprobación ya mencionados.

ENS: Viendo los resultados y sobre todo el nivel de abstención, ¿qué tanto sentido tuvo adelantar este referendo?

LOB: Como lo comenté en mi respuesta anterior, considero que había una intención didáctica o educativa en este proceso. López Obrador ha tratado de impulsar los mecanismos de la democracia plebiscitaria desde su llegada a la presidencia. Lo hizo también en 2021 una consulta a la sociedad sobre la posibilidad de realizar juicios políticos a los expresidentes. A pesar de que en ambos casos la participación fue baja, considero que los experimentos terminarán siendo valorados en el futuro cercano. Pienso que México, tarde o temprano, comprenderá que estos ejercicios están pensados para dotar a los ciudadanos de mayores herramientas procedimentales y pasar de una democracia meramente electoral a una participativa.

Por esta razón el referendo tuvo sentido y las élites económicas, así como la oposición de derecha, desperdiciaron una oportunidad de ayudar en la consolidación de una democracia moderna en el país. Habrá que preguntar a la oposición por qué es reacia a fomentar la democracia participativa y plebiscitaria en México.

ENS: ¿El resultado del referendo es válido, considerando que esta consulta no alcanzó el umbral para ser vinculante (requería que votara el 40% de las personas habilitadas para el sufragio?

LOB: El resultado es válido en tanto que el ejercicio se llevó a cabo conforme a lo señalado por la ley. No es vinculante por no haber alcanzado al menos el 40%, y eso también lo establece la ley. Por lo tanto, la consulta obtuvo total legitimidad y, como el resultado final confirmó el deseo de los votantes de que el presidente se mantenga en el cargo y lo termine en el tiempo establecido. Se puede decir que fue un ejercicio plenamente legal y democrático.


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Contra el Instituto Nacional Electoral 

ENS: AMLO acusó al INE de haberse confabulado con la oposición para sabotear el referendo, por lo que anunció que lo reformará. ¿Cómo lo haría? 

LOB: Respecto al INE (Instituto Nacional Electoral), el presidente López Obrador ha mantenido una postura muy crítica desde que en el 2006 acusó a este organismo descentralizado, de no haber sido imparcial en las elecciones que llevaron al poder a Felipe Calderón.  Los resultados fueron muy cerrados y quienquiera que hubiera sido derrotado difícilmente los habría aceptado. Desde entonces, López Obrador ha dicho una y otra vez que el INE debe cambiar porque él considera que se ha convertido en alfil de las élites políticas y se ha alejado de su meta social por organizar elecciones democráticas. También ha acusado al instituto de ser muy caro y de gozar de privilegios excesivos. Por lo tanto, como candidato, López Obrador había anunciado claramente sus intenciones de reformarlo y eso es justamente lo que está haciendo. Nadie podrá acusarlo de incongruente.  

Ahora bien, el camino para lograrlo se aprecia complicado. Para una reforma electoral como la que propone el presidente se requiere de una mayoría calificada (dos terceras partes en las cámaras de diputados y senadores) que Morena no tiene a raíz de las elecciones intermedias en junio del año pasado.

Esto obligará al partido gobernante y al presidente a tratar de negociar con diferentes fuerzas políticas. Sin embargo, se ve difícil que logre los votos necesarios para avanzar en su reforma. Finalmente, de eso se trata el ejercicio del gobierno en países en paz y con Estado de Derecho: de negociación política y de equilibrio de poderes. En esta propuesta de reforma observamos ambas condiciones en México.

ENS: ¿Qué debe esperarse de estos dos años restantes? ¿Cómo califica su presidencia?

LOB: En efecto, si no hay un accidente en el camino, López Obrador terminará su gestión como presidente en el 2024 y el referéndum revocatorio así lo confirmó. En los dos años y medio que le quedan al presidente, sin mayorías en el poder legislativo, pienso que se concentrará en consolidar el proceso interno en Morena para que su sucesor (a) continúe con el proyecto de transformar a México.

Quizá no se logre apreciar fuera de México, pero López Obrador está tratando de recuperar la presencia del Estado mexicano en la economía nacional, que se perdió durante tres décadas de neoliberalismo.

Además, su público meta (en términos mercadológicos) o sus bases (en términos políticos) es el 75% de la población que no goza de un poder adquisitivo alto y que es altamente vulnerable a los vaivenes de la economía, la delincuencia, el desempleo y la falta de oportunidades. Su presidencia se ha orientado hacia ese sector tan amplio de mexicanos y las resistencias de las élites han sido notorias.

Ante su pregunta de cómo califico su presidencia, yo respondería que es fundacional porque creo que intenta abrir una nueva época en la política mexicana para contrarrestar los efectos de la globalización del neoliberalismo y la reconcentración de la riqueza en pocas manos a escala nacional y planetaria. Si logra consolidar la democracia plebiscitaria y participativa, quizá la historia no pueda negarse a reconocerle ese éxito.