UN FRENTE unido contra el que califica un creciente autoritarismo en el mundo, enmarcado la guerra en Ucrania y el peso diplomático que China, con su ‘todopoderoso’ líder Xi Jinping está ganando en la geopolítica global, es el objetivo del presidente estadounidense Joe Biden para la Cumbre por la Democracia que hoy inicia.
En el primer año de gestión y dando un paso decisivo para -según arguyó- restaurar el liderazgo estadounidense tras la era de Donald Trump, lo que implicaba el inmediato retorno al multilateralismo, Biden gestó esta cita global por la democracia, que llega a su segunda versión.
A diferencia de la cumbre inaugural, que fue cuestionada por estar muy enfocada en Estados Unidos, en ésta tanto compartirá el liderazgo con cuatro países, de diferentes continentes.
De esta forma, actúan como coanfitriones para este encuentro global prodemocracia que se extenderá hasta el jueves, en modalidad híbrida, los presidentes de Zambia, Costa Rica, Corea del Sur, y el primer ministro de los Países Bajos.
Con ausencias inexplicables e invitaciones sorpresivas, el presidente Biden convocó en esta ocasión a 121 países, ocho más que hace dos años.
La cumbre se produce en un contexto de creciente autoritarismo en todo el mundo y amenazas a la democracia, incluso en Estados Unidos con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 durante el mandato de Donald Trump.
"Lo que antes se percibía como una amenaza importante, pero más o menos a largo plazo, ahora ha adquirido un carácter muy importante y de extrema urgencia", señaló Marti Flacks, director de la iniciativa de derechos humanos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un grupo de reflexión en Washington.
En las sesiones participarán representantes de la sociedad civil en foros de discusión de una variedad de desafíos a la democracia, incluso en el campo tecnológico con la llamada tecnología de vigilancia, en un momento en que los países occidentales acusan a la red TikTok de servir como una herramienta de espionaje de Pekín.
"A falta de una acción del Congreso en ese aspecto, es importante que la administración lo aborde bilateralmente con otros países y también con compañías que puedan tomar acciones voluntarias mientras tanto”, dijo Flaks.
Las sesiones de esta segunda cita por la democracia incluirán a representantes de la sociedad civil para discutir sobre una variedad de desafíos para la democracia,
Evitar a líderes autoritarios
La cumbre comenzará con una conversación virtual sobre la paz en Ucrania con el presidente Volodomir Zelenski, quien en la primera edición no era el líder en tiempos de guerra en que se convirtió tras la invasión rusa lanzada en febrero de 2022.
Pese a que Biden ha mantenido su compromiso con la defensa de la democracia y ha renovado las alianzas de Estados Unidos, ha decepcionado a muchos activistas al acercarse a líderes acusados de excesos autoritarios y con cuestionados antecedentes en materia de derechos humanos.
El año pasado, Biden viajó a Arabia Saudita, reconociendo el papel del reino en los mercados petroleros, y a Egipto, para asistir a la cumbre del clima COP27. También reavivó los lazos de trabajo con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Ninguno de esos tres países está invitado esta vez a la cumbre, una crítica implícita especialmente hacia Erdogan, que se juega la reelección el 14 de mayo tras dos décadas en el poder.
Excepcionalmente, entre los estados de la Unión Europea, Biden no invitó a Hungría, cuyo primer ministro Viktor Orban ganó un cuarto mandato el año pasado y ha sido acusado de desviarse de los valores liberales al tomar medidas drásticas contra la prensa, denunciar a los refugiados no europeos y hablar en favor de Moscú.
Tampoco invitó a Singapur, cuyas elecciones generalmente se consideran libres pero el país limita la libertad de reunión y regula a los medios; ni a Bangladesh, donde cientos han sido arrestados en virtud de la Ley de Seguridad Digital.
- Le puede ineteresar: Escocia: nacionalistas eligen a primer líder y premier musulmán
Honduras, primera vez
El Departamento de Estado se negó a discutir los criterios de invitación.
Sin embargo, un portavoz de la cartera indicó que el objetivo de Washington para la cumbre "es ser inclusivos y que haya una lista representativa y diversa de países a nivel regional y socioeconómico". "No estamos buscando definir qué países son y qué no son democracias", afimó.
En América Latina, Biden invitó por primera vez a Honduras, que recibió elogios por una mejor conducción de las autoridades en las elecciones de 2021, a pesar de la persistente violencia y su reciente ruptura con Taiwán para tener relaciones diplomáticas con China.
India, anunciada como la democracia más grande del mundo, está en la lista de asistentes días después de que el líder opositor Rahul Gandhi fuera expulsado del Parlamento, la última medida del primer ministro Narendra Modi que ha alarmado a los grupos de derechos humanos.
Su vecino y archirrival Pakistán, donde Imran Khan fue destituido el año pasado como primer ministro y luego inculpado, también está entre los invitados.
Y en momentos en que Estados Unidos se enfoca en África, donde China y Rusia han estado haciendo avances, fueron invitados cinco países del llamado continente negro, que habían estado ausentes en 2021: Tanzania, Costa de Marfil, Gambia, Mauritania y Mozambique.
En su más reciente informe anual, Freedom House reportó un deterioro general de democracia a nivel global, aunque destacó algunos logros.
Katie LaRoque, la coordinadora del grupo para la cumbre, dijo que aunque una sola reunión no será en sí decisiva, el encuentro no deja de ser una buena oportunidad.
Las democracias, señaló, “son capaces de coordinar cambios de políticas que pueden contener a la rampante agresión autoritaria”.
Metas, a revisión
En esta segunda Cumbre, los líderes mundiales mostrarán el progreso realizado en sus compromisos para construir democracias más resilientes; anunciarán nuevos compromisos e iniciativas para aprovechar ese impulso; reafirmarán el papel central de las instituciones democráticas para generar prosperidad y salvaguardar la libertad; y subrayarán la eficacia de la acción conjunta para hacer frente a los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo.
En la anterior cita, los gobiernos participantes anunciaron cerca de 750 compromisos destinados a fortalecer y salvaguardar la democracia en el país y en el exterior. Durante el Año de Acción, los participantes de la Cumbre se han apoyado mutuamente para cumplir estos objetivos, incluso a través de consultas de gobierno a gobierno y la participación en cohortes de democracia de múltiples partes interesadas centradas en temas que incluyen tecnología, libertad de prensa, lucha contra la desinformación, participación de los jóvenes, transparencia financiera e integridad, e igualdad de género y participación política de las mujeres, entre otros.
En Estados Unidos, la Administración Biden-Harris continúa demostrando que la democracia aún puede cumplir y ayuda a mejorar la vida de las personas y abordar los mayores desafíos que tenemos por delante.
Trabajando junto con el Congreso, el presidente Biden promulgó una legislación transformadora que, según ha explicado, “hará crecer la economía estadounidense y creará más empleos bien remunerados para los trabajadores estadounidenses, invertirá en infraestructura, reducirá la violencia armada, mejorará el acceso a la atención médica y protegerá nuestro clima”.
Logros seleccionados durante el Año de Acción alineados con los cinco pilares de la Iniciativa Presidencial para la Renovación de la Democracia de la Cumbre por la Democracia incluyeron: lucha contra la corrupción, apoyo a medios libres e independientes, refuerzo a los reformadores demócratas, tecnología avanzada para la democracia y defensa de elecciones libres y justas, así como de procesos políticos inclusivos.