TRAS recibir la esperada carta del líder norcoreano, Kim Jong Un, y recibir en la Casa Blanca al considerado “mano derecha” de éste, el general Kim Yong Chol, el presidente Donald Trump informó al mundo que se verificará la cumbre como estaba planeada, el 12 de junio en Singapur, en la que se iniciarán las conversaciones para la desnuclearización, que de antemano admitió será por etapas.
Trump señaló que la carta de Kim, entregada por Kim Yong Chol, es "muy agradable" y "muy interesante", y aunque no dio detalles inmediatamente dijo que el acuerdo con Corea del Norte “será un proceso”, el que cree será “exitoso”.
En un hecho tan inédito como clave en la política internacional, Trump recibió ayer en la Casas blanca al enviado norcoreano Kim Yong Chol, en compañía del jefe de staff John Kelly, el consejero de seguridad nacional John Bolton y su secretario de Estado Mike Pompeo, con quien estuvo a puerta cerrada en el Salón Oval.
Los pasos dados previamente, esta semana, alimentaron la esperanza de un gran giro diplomático una semana después de que Trump provocara un cimbronazo al cancelar la cumbre alegando una "abierta hostilidad" norcoreana, aunque luego diera parcialmente marcha atrás.
Desde entonces, los diplomáticos de ambos países han desarrollado febriles negociaciones hasta al auspicioso encuentro entre Pompeo y el general Kim Yong Chol, (el funcionario de mayor rango que visita Estados Unidos en 18 años) antesala de que Trump lo recibiera como portador de la misiva anunciada de Kim Jong Un y tras la cual se confirmó la cumbre el próximo 12.
En esa gestión diplomática también se verificó, paralelamente, la visita del canciller ruso Serguéi Lavrov a Kim en Pyongyang, tras la cual -según la agencia oficial de noticias KCNA- el líder norcoreano dijo que "la voluntad de la República Democrática de Corea de dirigirse hacia la desnuclearización sigue sin cambios, coherente y fija".
Se desconoce aún la visión de Corea del Norte de una "desnuclearización" a cambio de garantías de seguridad y alivio de sanciones sea compatible con la demanda de Washington de una terminación "completa, verificable e irreversible" del programa nuclear de Pyongyang.
Muchos expertos esperan que Kim, quizás con el respaldo tácito de China, reclame que Washington reduzca su presencia militar en Corea del Sur y afloje las garantías que otorga a su aliado Japón.
Pero Pompeo sugirió que las cosas avanzan en la dirección correcta. "Se necesitará el audaz liderazgo del presidente Kim Jong Un si logramos aprovechar esta oportunidad única para cambiar el rumbo del mundo", señaló.
"El presidente Trump y yo creemos que el presidente Kim es el tipo de líder capaz de tomar ese tipo de decisiones, y en las próximas semanas y meses, tendremos la oportunidad de probar que ese es el caso", agregó.
"Este es un desafío difícil, difícil. No se llamen a engaño. Todavía queda mucho trabajo por hacer", señaló Pompeo, aludiendo a las conversaciones en Singapur y en la zona desmilitarizada de la península coreana.
No obstante, dijo que tras reunirse dos veces con Kim Jong Un y tres con Kim Yong Chol, considera que Corea del Norte está al menos lista para considerar las exigencias estadounidenses de desnuclearización.
"Creo que estamos contemplando un avance en el camino. Ellos pueden hacer un cambio estratégico. Uno que su país no estaba preparado para hacer antes. Obviamente esta es su decisión", afirmó Pompeo.
Estados Unidos quiere que Pyongyang acepte que su desarme nuclear esté en el centro de la agenda de la cumbre y advierte que sin ello no hay levantamiento de sanciones posible.