Venezuela e Irán, dos productores de petróleo y objeto de sanciones estadounidenses, podrían salir beneficiados de los embargos impuestos a Rusia por la guerra de Ucrania, estiman los expertos.
Esta es una ocasión única para que estos dos países puedan recuperar mercados en Occidente, estima Edward Moya, de la sociedad de corretaje Oanda.
"Les conviene aprovechar este momento de intensificación de sanciones contra la energía procedente de Rusia" el nuevo enemigo número uno de Occidente, comenta el analista a la AFP.
Francia ya abogó, durante la cumbre del G7 en Alemania, por una "diversificación de suministros" procedentes de Irán y Venezuela y frenar así la brutal alza de los carburantes provocada por la guerra en Ucrania.
El Brent del mar del Norte, referencia del crudo en Europa, ha subido un 20% desde el inicio de la invasión el 24 de febrero, mientras que el estadounidense WTI, ha ganado 22%.
Entre los factores que causan esta subida figuran la prohibición de importar hidrocarburos rusos, con un embargo estadounidense en marzo y medidas similares adoptadas a principios de junio por la Unión europea.
En este contexto, los 23 miembros de la Opep+, decidieron en su reunión del jueves ajustar su producción, tras estar sometidos a presiones internacionales para aumentar su oferta y garantizar un precio justo tanto para los consumidores como para los productores.
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Así los países productores del llamado oro negro decidieron más el grifo durante el verano boreal, pero el aumento del bombeo será insuficiente para frenar el alza de los precios. Los representantes de las 23 naciones integrantes acordaron que "la producción de agosto se ajustará al alza en 648.000 barriles diarios", al igual que en julio, frente a los 432.000 barriles fijados en meses anteriores, anunció la alianza en un comunicado tras una reunión en línea.
El cartel de países petroleros sigue así el objetivo acordado en junio de elevar el bombeo diario.
Hasta ahora y desde la primavera de 2021, el grupo se había limitado a aumentar de manera moderada sus cuotas de producción para regresar gradualmente a los niveles prepandémicos.
La decisión es meramente "simbólica" debido a "las pocas capacidades disponibles", comentó Tamas Varga, analista de PVM Energy para AFP.
De hecho, los esfuerzos realizados no son suficientes para compensar la escasez de petróleo debido al embargo acordado por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) al oro negro de Rusia.
En plena crisis energética, los llamados de Occidente para bombear más petróleo "seguramente se harán cada vez más ruidosos", opina Jamie Maddock, analista para Quilter Cheviot.
El tema estará en la agenda durante el viaje del presidente estadounidense Joe Biden a Arabia Saudita a mitades de julio.
"Es un teatro político, el viaje no terminará con un aumento significativo por encima de lo que ya ha sido acordado", opina Edward Moya, analista para Oanda.
Incluso si la alianza decidiera ceder, "no tendría la capacidad", añade el experto. Muchos países de la OPEP+ "están sometidos a sanciones internacionales o sufren de problemas de producción", recuerda.
Por eso, rara vez se logran alcanzar las cuotas fijadas. Moya cree que la alianza solo entregará la mitad de los 648.000 barriles diarios adicionales prometidos.
Emiratos Árabes unidos alega haber llegado al máximo de sus posibilidades, y Arabia Saudita se mantiene en la reserva. Los expertos ven en la reticencia de este último la voluntad de no incomodar a su aliado Rusia, el otro gran pilar de la Opep+.
Por tanto, solo quedan Irán y Venezuela, de momento sometidos a sanciones de Washington.
Juntos, los dos países podrían aportar "una cantidad sustancial de petróleo al mercado de forma bastante rápida" afirma Craig Erlam, de Oanda.
Irán tiene una capacidad de hasta 4 millones de barriles diarios y Venezuela podría producir hasta un millón, según estimaciones de Swissquote.
"Medidas extremas"
"Los tiempos complicados exigen medidas extremas" subraya Stephen Innes, de Spi Asset Management.
"Los políticos demuestran gran creatividad para frenar las cotizaciones" dice, pero "toda la creatividad del mundo no permite hacer llegar más barriles a un mercado que los necesita absolutamente", agrega. De ahí "la creciente presión sobre la Casa Blanca, de parte de los dirigentes europeos, para que cambie el rumbo de sus sanciones".
Del lado iraní, todo dependerá de las imprevisibles negociaciones sobre el programa nuclear de Teherán, cuyo objetivo es reintegrar a Estados Unidos al acuerdo de 2015 y que la República islámica respete íntegramente sus compromisos a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
Después de tres meses de bloqueo, las conversaciones se han reanudado en Catar, de forma indirecta, entre Teherán y Washington.
Incluso sin esperar a un acuerdo, "Estados Unidos podría autorizar la oferta de barriles iraníes en el mercado", opina Innes.
Del lado de Venezuela, país que dispone de las mayores reservas de petróleo probadas del mundo, la Casa Blanca anunció a mediados de mayo que se aligeraban algunas de las sanciones impuestas en 2019.
Washington había roto las relaciones diplomáticas e impuesto un embargo petrolero con el objetivo de sacar del poder a Nicolas Maduro tras las controvertidas elecciones de 2018.
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Las sanciones contra Caracas seguirán aligerándose en caso de progresos democráticos y elecciones "libres". En cambio, serán endurecidas si ocurre lo contrario, advirtió un alto responsable estadounidense.
Diálogo en Caracas
Esta semana una delegación del presidente norteamericano estuvo de nuevo en Caracas y el informe oficial dijo que el viaje se centró “en el bienestar” de los estadounidenses.
Se desconoce si hubo algún diálogo en torno al petróleo, pero no se descarta.
El presidente Nicolás Maduro había anunciado la visita de los funcionarios del país del norte para abordar una "agenda bilateral", mientras que la oposición afirmó haber hablado con ellos por separado para intentar impulsar la reanudación de las negociaciones con el gobierno.
Según el Departamento de Estado, la delegación estaba formada por Roger Carstens, enviado especial para asuntos de rehenes; y Jimmy Story, el embajador de Estados Unidos en Venezuela, que tiene su sede en Colombia en lugar de Caracas debido a que Washington considera como presidente interino al líder opositor Juan Guaidó desde la reelección de Maduro.
El viaje a Caracas fue "para discutir sobre el bienestar y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en Venezuela", dijo un portavoz del Departamento de Estado.
Se produjo días después de que la familia del exmarine estadounidense preso en Venezuela Matthew Heath dijera que éste había intentado suicidarse y se quejara de que el gobierno estadounidense no había reaccionado rápidamente ante las preocupaciones sobre su estado.
Heath fue arrestado en septiembre de 2020 y acusado de terrorismo. Las autoridades venezolanas sostienen que poseía armas destinadas a desestabilizar el país.
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Estados Unidos afirma que Heath fue detenido injustamente. Otros dos estadounidenses fueron liberados en marzo después de una visita de funcionarios del gobierno de Biden a Caracas.
El gobierno del presidente Joe Biden no ha reconocido a Maduro, pero ha intentado recalibrar la estrategia y ha propuesto aliviar las sanciones si el gobierno se reconcilia con la oposición.
Biden no invitó a Maduro ni a Guaidó a la Cumbre de las Américas que se celebró en Los Ángeles a principios de junio, aunque la esposa del líder opositor, Fabiana Rosales, visitó más tarde la Casa Blanca.
Durante los acercamientos entre Caracas y Washington, iniciados el 5 de marzo, unas semanas después de la invasión de Rusia en Ucrania, se trataron temas energéticos, confirmó entonces la Casa Blanca.
Ambos gobiernos rompieron relaciones a principios de 2019, luego de que Washington, junto a medio centenar de países, reconociera al dirigente opositor Juan Guaidó como presidente encargado y desconociera la reelección de Maduro en 2018 al considerarla "fraudulenta".
Desde entonces, Estados Unidos ha encabezado la presión internacional para reclamar la salida de Maduro y la convocatoria de nuevas elecciones, con severas sanciones financieras que incluyeron un embargo petrolero.
No obstante, el pasado 17 de mayo Estados Unidos anunció que flexibilizará de manera limitada algunas sanciones contra Venezuela, entre ellas una vinculada a la petrolera Chevron, con el fin de promover el diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición. /Resumen AFP