LENTO e incierto. Así va el anunciado proceso electoral en Venezuela, al que el régimen Maduro se vio forzado a convocar tras una negociación exprés con la oposición, a cambio de que Estados Unidos levantara algunas sanciones económicas.
Tras meses con el diálogo en el congelador, la visita de una comisión de Estados Unidos a Caracas, donde se decidió permitir, temporalmente, que Venezuela reanudara el comercio de petróleo y gas, se volvió a la mesa, en Antigua y Barbados, donde en un solo encuentro se firmó con la Plataforma Unitaria de la Oposición un acuerdo sobre derechos políticos y garantías electorales para unos comicios generales que deben ser ‘libres y transparentes’.
Advertido de que las concesiones iniciales podrían revertirse si no se evidenciaban pasos concretos hacia el levantamiento de inhabilitaciones políticas y la liberación de “ciudadanos estadounidenses y presos políticos venezolanos detenidos injustamente”, el régimen ha dado -aunque a regañadientes- algunos pasos claves como autorizar la revisión de esos ‘vetos’ ilegales a líderes opositores, la excarcelación de algunos de sus detractores y la entrega a Estados Unidos de siete de sus ciudadanos condenados, sin pruebas, de algunos delitos.
El acuerdo se firmó el pasado 17 de octubre, apenas cinco días antes de que la oposición realizara su primaria presidencial, en la que se impuso contundentemente María Corina Machado. Tras calificar de fraude esa cita en las urnas y sostener que ella “no podría ser candidato” por la inhabilitación administrativa en su contra, la que valga decir no tiene fundamento y además nunca le fue notificada, el régimen venezolano divulgó un procedimiento acordado por las partes para la revisión de esos ‘vetos’ por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Así, Machado introdujo un reclamo y una demanda de amparo cautelar contra la inhabilitación que sostiene es “inexistente”. Está a la espera, como todos los venezolanos, dentro y fuera del país, de la decisión judicial, la que en uno u otro sentido cambiará el devenir político de esa nación.
Es por ello y por la reciente declaración de Nicolás Maduro en torno a su candidatura reeleccionista que este es un año político-electoral pletórico de inquietudes, como éstas y por la que se puede afirmar que la ansiada cita en las urnas sigue en el aire:
1. ¿Habrá elección presidencial? En principio sí, aunque la autoridad electoral no ha fijado fecha. El gobierno y la oposición acordaron en negociaciones mediadas por Noruega que las presidenciales a una vuelta se hagan en el segundo semestre de 2024, con observación de la Unión Europea y otros actores internacionales. Washington, protagonista en este proceso, levantó entonces por seis meses sus sanciones al petróleo, el gas y el oro de Venezuela, aunque lo condicionó a abrir espacios para unas elecciones transparentes. Maduro, que gobierna Venezuela desde 2013, fue reelegido en 2018 para un segundo mandato de seis años en unos comicios desconocidos por más de 60 países, incluido Estados Unidos, entre denuncias de fraude. "El gobierno quedó muy debilitado con el aislamiento internacional", dijo el analista político Ricardo Ríos. "Han logrado superar el no reconocimiento y necesitan mantener una imagen más o menos pulcra".
2. Maduro, ¿candidato? El presidente venezolano dijo esta semana que era "prematuro" confirmar si buscará la reelección. "Solo Dios sabe... No Diosdado, Dios", dijo Maduro al canal Telesur, en un juego de palabras con el nombre del exvicepresidente Diosdado Cabello, número dos del partido de gobierno. "Esperemos que se definan los escenarios electorales (...), tomaremos la mejor decisión". Cabello ha dicho que Maduro será el candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) este año, cuando el chavismo ajusta 25 años en el poder. El comentario "fue una travesura política de Maduro", estimó Ríos, que ve en el presidente "una ficha de unión" dentro del oficialismo "muy dividido" y bajo en popularidad. "Está en campaña desde hace más de un año, la sola posibilidad de que no sea el candidato sería evidencia de una crisis tremenda", señaló a su vez el politólogo Luis Salamanca. Maduro, de hecho, fue el protagonista de la campaña para un referendo que reclama la soberanía venezolana sobre el territorio Esequibo, rico en petróleo, que controla Guyana, y que analistas vieron como un termómetro de movilización. Diez millones de electores participaron en la consulta según cifras oficiales, cuestionadas por la oposición y expertos ante la ausencia de filas en los centros de votación.
3. ¿El aspirante opositor? No está claro quién será. Aunque Machado arrasó en las primarias de la principal plataforma opositora, con más de dos millones de votos (más de 90%), está según el régimen inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años. La exparlamentaria impugnó esa sanción ante la Corte Suprema y está a la espera de la decisión, que no se sabe cuándo se tomará ya que el tribunal no tiene plazo para pronunciarse. "Si a María Corina Machado le permiten participar legalmente en las elecciones, no hay ninguna duda que arrasaría", estimó Salamanca. "Pero tengo muchísimas dudas, veo una tendencia del régimen a mantenerse y a no permitir una candidatura desafiante". La oposición llega a los comicios debilitada por años de divisiones, por lo que es posible que dirigentes alejados de la dirigencia tradicional -muchos de ellos tachados de colaboracionistas- entren en la contienda.
4. ¿Cómo está el país? Maduro suele felicitarse por la "recuperación económica" de Venezuela, cuando la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó un crecimiento de 4,5% en 2023. Otras firmas privadas revisaron no obstante sus proyecciones y hablan ahora de estancamiento. El país encadenó ocho años de recesión en los que su PIB se desplomó 80% debido al colapso de su industria petrolera. Pero tuvo un rebote en 2022 tras el levantamiento de férreos controles económicos, lo que llevó a una dolarización informal y redujo la inflación, aunque sigue siendo de las más altas del mundo. La flexibilización de sanciones y el regreso de grandes petroleras podrían tener un impacto positivo. "Estamos esperando una expansión de la economía de 9,7%" en 2024, destacó Asdrúbal Oliveros, director de la firma financiera Ecoanalítica, en un podcast. "Se va a sentir en el sector petrolero, pero también en la actividad comercial". Aunque también advirtió que será un año de mucha incertidumbre, precisamente por las elecciones.
5. Control de la Asamblea. Sin duda la ratificación este viernes en la presidencia de la Asamblea Nacional, para un cuarto período, del diputado chavista Jorge Rodríguez, uno de los hombres de confianza del presidente Nicolás Maduro y jefe de la delegación del gobierno en la mesa de diálogo con la oposición es un mensaje claro sobre el control absoluto del régimen. Rodríguez fue ratificado por "mayoría evidente" junto a Pedro Infante en la primera vicepresidencia, y América Pérez en la segunda, todos miembros de la coalición oficialista Bloque de la Patria. "Este será un año, el año 2024, de afianzamiento de nuestra función parlamentaria sobre todo en la defensa de la paz de la República", dijo Rodríguez tras juramentar su cargo en la sesión. El Parlamento unicameral ha debatido temas álgidos desde su instalación en 2021, uno de ellos el de la ley relacionada a la corrupción y el nombramiento de magistrados para la Corte Suprema y una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral, encargada de organizar las presidenciales de este año.
6. Disputa por el Esequibo. Tras promover un referendo para ratificar la soberanía de Venezuela en la región del Esequibo, un territorio reclamado desde hace más de un siglo a Guyana que fue reavivado por los descubrimientos de petróleo en la zona, Maduro se encontró con el mandatario guyanés donde acordaron mantener abierto el diálogo. Después sostuvo "Estamos pasando por un momento de turbulencia. Porque Guyana actúa no como la República Cooperativa de Guyana, Guyana está actuando como la 'Guyana británica', aceptando que una nave de guerra vaya hasta sus costas y desde sus costas amenace a Venezuela". La pelea volvió al ‘congelador’.