Voto e incertidumbre en Brasil: Unas elecciones anormales | El Nuevo Siglo
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Domingo, 7 de Octubre de 2018
Redacción internacional

LEJOS QUEDARON los tiempos de un país que a nivel mundial se vendía como una alternativa de poder. En las elecciones más complejas desde que Brasil volvió a la democracia (1984), este domingo se define el futuro político del gigante latinoamericano entre discursos que reviven fantasmas del pasado -la dictadura-, una animadversión creciente contra la clase política y una economía que va en caída libre.

A pesar de sus posiciones ultra reaccionarias, el favorito en todos los sondeos es un ex paracaidista del ejército, Jair Bolsonaro, quien culpa al Partido de los Trabajadores (PT) de ser el culpable de la debacle económica y liderar los escándalos de corrupción que han llevado a la cárcel a Luiz Inácio Lula da Silva.

Entre la entrada de Lula a una cárcel de Curitiba y la puñalada contra Bolsonaro en Mina Gerais, no pasaron más de dos semanas, tiempo que sirvió para dejar claro lo que han sido estas elecciones: una novela cargada de hechos extra electorales y numerosas dudas.

A la fractura institucional que generó el escándalo de ‘Lava Jato’, dejando en evidencia una organización criminal entre la clase política y parte del empresariado, se han sumado hechos como el incendio en el Museo Nacional de Rio y las preocupantes cifras de desempleo, que golpea a 13 millones de personas.

En una encuesta publicada esta semana, solo el 14% de los brasileños dice que confía en el sistema electoral. Pero no nada más es que no confíen en las autoridades, también, como dice la medición de Datafolha, el 88% se siente inseguro debido a las altas tasas de homicidio, 79% se sienten tristes frente al futuro del país y 59% tiene más miedo que esperanza.

Del  ultra al ultra

Visto al principio como una caricatura que quería parecerse a Donald Trump, Bolsonaro ha desvirtuado a aquellos que lo pintan como una marioneta y ha logrado llegarle a parte importante de los brasileños, sobre todo a los que viven en las grandes ciudades.

Sacándole una diferencia de al menos 10 puntos a Fernando Haddad, el candidato del PT, el exmilitar lidera todos los sondeos. El jueves por la noche, momentos antes del último debate presidencial al que el exmilitar decidió no ir,  llegaba al 38% de intención de voto, mientras que Haddad permanecía en 22% (Ibope). Un día antes, esta diferencia era menor con 33% para el primero y el mismo porcentaje para el segundo, de acuerdo a Datafolha.

Con un discurso nacionalista, ultraconservador y cargado de estrategia en redes sociales, el favorito en la presidencial brasileña se ha destacado más por sus controvertidos comentarios que por su programa de campaña. Esto se debe, en parte, a su ausencia por tres semanas luego de recibir una puñalada y a su discurso antisistema, uno que lo ha llevado a enfrentarse a los medios.

No es claro, ni siquiera hoy, hasta qué punto es un ‘outsider’. Bolsonaro lleva 27 años en el Congreso y tiene dos hijos diputados, lo que demuestra su relación por décadas dentro del sistema político.

Su estilo es más bien lo que lo lleva a ser definido de tal manera. Sin tapujos ha dicho que su gabinete será conformado por mitad civiles y mitad militares, y ha expresado que modificará la Constitución tan pronto llegue al poder, sin olvidar que su fórmula vicepresidencial es Antonio Hamilton Mourao, un excapitán que ha planteado una intervención militar para hacer la transición del gobierno.

Unos puntos más abajo, Fernando Haddad ha escalado vertiginosamente en las encuestas. El candidato del PT, un exministro de Educación de Lula y exalcalde de Sao Paulo, ha logrado contagiar a las bases socialistas, empujadas por la lealtad hacia el hoy encarcelado expresidente.

Moderado y de un perfil técnico, Haddad carga con la mala fama del PT, que si bien tiene el rotulo de ser el partido más grande del mundo, también enfrenta un gran rechazo entre los brasileños por los escándalos de corrupción en los que ha estado involucrado.

Algunos simplemente no quieren que gane el partido fundado por Lula. Luiza Queiroz, una abogada que vive en Bello Horizonte, le cuenta a EL NUEVO SIGLO que “la gente odia al PT por su corrupción”. El rechazo de este partido ha llegado esta semana a 40 puntos, cinco menos de los que tiene Bolsonaro (45).

Segunda vuelta

Pocos se atreven a decir que el exmilitar será capaz de ganar este domingo. Pese a su claro favoritismo, es casi imposible que logre más del 50% de los votos sobre un potencial electoral de 147 millones. Cantado su paso a segunda vuelta, la gran pregunta es quién será su contrincante. El principal opcionado es Fernando Haddad, quien le saca más de 10 puntos a Ciro Gomes, el tercero en las encuestas.

El ‘balotaje’ está previsto para el 28 de octubre. Es muy probable que Bolsonaro a lo largo de estas tres semanas intente moderar su discurso, buscando atraer a los moderados de derecha.

Las últimas predicciones hechas sobre la base de que Haddad sea su contrincante, dicen que quedarían empatados con 42% de los votos. Sin embargo, Bolsonaro, como explica la escritora Lilia Schwarz, tiene una ventaja: “Existe el deseo de ver la dictadura como una utopía que mejoraría la seguridad, la economía, la estabilidad. Y no hay nada como proyectarse en un gobierno militar”.