Con lanzamiento de gases lacrimógenos y violentos choques con la policía, culminó en Santiago de Chile una de las mayores protestas estudiantiles ocurridas en este país, que exigía al Gobierno una educación pública y de calidad.
Aunque las manifestaciones iniciaron como un carnaval de baile callejero acompañado por tambores, miles de encapuchados con cascos y cámaras antigases, se enfrentaron con piedras y palos a un numeroso grupo de fuerzas especiales de la policía.