Lo que cualifica a un partido de oposición no es su capacidad de hacer ‘ruido’ político y mediático, sino el impacto público y en la contraparte de sus tesis críticas sobre políticas, gestión y programas gubernamentales. Y de esto último fue fiel ejemplo el senador del Centro Democrático, Iván Duque Márquez, durante el debate en la plenaria del martes pasado en torno del aumento de las tarifas de energía eléctrica como fórmula de salvavidas financiero de las termoeléctricas que aducen que sus costos de operación son muy altos y les impide entrar a generar en momentos en que el país urge de su producción energética debido a los efectos del fenómeno climático de El Niño.

Duque Márquez hizo una exposición muy profunda sobre los problemas estructurales y coyunturales del sistema energético colombiano y las dudas objetivas que existen respecto del destino que se les dio en el sector a los catorce billones de pesos pagados por los usuarios por concepto de “cargo de confiabilidad”, sobrecargo tarifario destinado específicamente a fortalecer el parque de generación térmica para que pudiera ser activado cuando asomara el riesgo de un racionamiento como ocurre en estos momentos.

Aunque el Gobierno replicó algunos de los señalamientos de Duque, en otros se le dio la razón de forma tácita o expresa, sobre todo ante la evidencia de que hay una deficiencia normativa, regulatoria y de vigilancia, como coincidió en señalarlo la mayoría de los senadores.