Calidad del aire: en Bogotá hay por lo menos tres ciudades | El Nuevo Siglo
Aunque en estos momentos de coyuntura no es ideal hacer una revisión del impacto que han tenido algunas medidas, expertos esperan que estas se traduzcan en la calidad del aire.
Cortesía Alcaldía de Bogotá
Martes, 15 de Febrero de 2022
Redacción Nacional

Como ya es costumbre, los primeros tres meses del año no son los más fáciles para la ciudad de Bogotá en materia de calidad del aire. Los vientos provenientes del Sahara, sumados a la época de sequía que incrementa el número de quemas, aumentan en forma considerable la cantidad de material particulado en la ciudad, lo que a su vez suele traducirse, por este periodo, en un pico de enfermedades respiratorias.

No obstante, más allá de esta coyuntura, ¿cuál es el estado actual de la calidad del aire? Pues bien, EL NUEVO SIGLO habló con un experto en esta materia, el profesor Jorge Pachón, quien comenzó por hacer tres salvedades:

La primera de ellas, que la ciudad de Bogotá no se puede medir como un todo en materia de calidad del aire, y que a este respecto hay por lo menos tres ciudades al interior de la capital, que arrojan resultados disímiles con relación al material particulado.

La segunda, que algo en lo que sí está mal la medición del aire es en el escenario regional de Bogotá-Cundinamarca; y la tercera de ellas es que todas las medidas que se han tomado para reducir la carga contaminante del aire se deberían comenzar a notar en lo corrido de este año, especialmente aquella relacionada con la extensión del Pico y Placa todo el día. Comencemos por ahí.

“Lo que nos indican los monitoreos y los datos de la Red de calidad del aire es que vamos mejorando. Y eso se ha mostrado en la disminución de varios indicadores durante los últimos meses. Hay planes ambiciosos por parte de esta Administración para reducir las concentraciones de contaminantes y es probable que más adelante este año se comiencen a ver”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el profesor de Ingeniería Ambiental de la Universidad de la Salle y experto en calidad del aire, Jorge Pachón.

Explicó, además, que una ciudad como Bogotá debería tener unos niveles de contaminación (consecuentes con su población y densidad) más bajos de los que actualmente presenta. De hecho, como lo expresa el índice bogotano de calidad del aire, en la ciudad lo que predomina es hacia el amarillo, que es una calidad del aire aceptable, “pero en pocas oportunidades tenemos un nivel bueno, un color que tradicionalmente se ha limitado a las zonas de menor problema”.

“Pero también tenemos localidades en naranja e incluso rojo, lo que implica niveles de riesgo para la población. Uno esperaría que toda la ciudad a lo largo del año estuviera en verde, que es un nivel adecuado del aire, pero no es fácil. Esta es la forma en la que se comunica la calidad del aire pero, expresado en números, Bogotá debería tener un promedio de 12 microgramos por metro cúbico, todo el mapa en verde”, añadió.

Una ciudad heterogénea

No obstante, de acuerdo con el profesor Pachón, Bogotá es una ciudad muy heterogénea y ese nivel de concentración en 12 podría ser la medición de material particulado en algunas zonas del norte de Bogotá en estos momentos, en donde hay condiciones buenas y no hay tantas fases de emisión.

“Pero la realidad es que si miramos el registro de una estación en el occidente o en el sur de la ciudad, la puedes encontrar en 35. Entonces no es fácil tener un promedio para la ciudad de Bogotá y te diría que en esta ciudad hay por lo menos tres urbes en una sola, con relación a la calidad del aire. Una sería el norte y el oriente de Bogotá, que usualmente tienen una muy buena calidad del aire por temas de ventilación, menores emisiones, menos presencia industrial y menos flota pesada”, precisó.

Refirió que la otra ciudad, la más “aletargada” a este respecto, sería la del sur y el occidente de Bogotá, con localidades como Kennedy, Bosa, Fontibón y Engativá, en donde está buena parte de la zona industrial, así como la mayoría de los corredores de entrada de carga tales como la Autopista Sur y la calle 13 “y que tienen elevadísimos niveles de contaminación”.

Y por último está la que sería la ciudad intermedia, ubicada en el centro de Bogotá, en donde está la mayor concentración de las actividades comerciales, y buena parte de la población trabajando, activa. “Ahí también hay niveles de material particulado altos”.



El cambio de factores contaminantes

Punto aparte, frente a los avances que ha habido con relación a la transición a energías limpias en el sistema integrado de transporte masivo, así como al incremento en el uso de vehículos particulares híbridos o eléctricos, el profesor Pachón espera que estas medidas, y sobre todo la del Pico y Placa Extendido que comenzó a funcionar en enero de este año, comiencen a materializarse en los indicadores más adelante en el año.

“Eso esperamos. Esperamos tener unos comparativos en los próximos meses. No los hemos podido hacer ahorita porque estamos en una época en donde hay muchas fuentes contaminantes regionales adicionales a las locales e incendios forestales, y por lo mismo hacer una evaluación en esta época no es adecuado. Pero esperamos que cuando salgamos de este trimestre tan duro sí podamos comenzar a medir el efecto del Pico y Placa Extendido, de la introducción de más flota eléctrica y del incremento en el número de vehículos particulares híbridos o eléctricos. Están entrando, y muy fuerte. Se debe ver”, precisó a este medio de comunicación el experto en calidad del aire.

Concluyó explicando que esto no solo se traduce en el hecho de que hay menores emisiones por el exhosto, sino que también se debe a menores suspensiones y mayores velocidades, que generan menos contaminantes. “Hay muchas cosas indirectas que se benefician con la restricción vehicular”, puntualizó.

Y es que, por ejemplo tan solo con la entrada en operación de los 172 buses eléctricos a comienzos de la semana, de acuerdo con la Secretaría de Ambiente se dejarán de emitir 1,5 toneladas anuales de material particulado, y se evitará la emisión de 3.200 toneladas/año de CO2.

Una vez esté operando toda la flota de los 1.485 buses eléctricos que esta Administración Distrital tiene planeado introducir, la cartera de Ambiente precisó que se dejarán de emitir 94.300 toneladas de CO2 al año. El equivalente a lo que producen 42 mil carros particulares en este mismo periodo.



El aire en la región

Y el otro aspecto al que se refirió el experto, y en el que sí urge una articulación urgente de indicadores, es el del estado de la calidad del aire no solamente en Bogotá, sino también en su región circundante.

“Un tema supremamente complejo ha sido el tema de la región. Lo que pasa en Bogotá no solamente lo padece la ciudad. Creemos que salimos de la frontera con Soacha y ya no es la ciudad capital, entonces no nos interesa la calidad del aire. O pasamos el río Bogotá al occidente y ya no es la ciudad. Esos municipios se ven afectados y afectan la calidad del aire pero no hay una articulación adecuada entre las autoridades de la Sabana de Bogotá”, finalizó el experto en calidad del aire.