El Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo Flórez, aseguró que la financiación absoluta de las campañas políticas y la cárcel para quienes violen las leyes electorales se convirtieron en el país en un urgencia manifiesta para atacar la corrupción.
Durante el conversatorio “Ética para una Colombia nueva”, realizado en la Pontificia Universidad Javeriana, el jefe del Ministerio Público lamentó que las reformas políticas, hechas año a año, no hayan logrado romper “el matrimonio entre contratistas y contratos”. Hizo un llamado a recuperar la política de las manos de los corruptos porque a su juicio “no pueden haber intocables”.
“El cuento de los barones electorales invisibles para la justicia ha llegado a su fin. Las credenciales manchadas de corrupción deben ser revocadas por los jueces y por el electorado, que tiene en su voto el poder para cambiar a Colombia”.
Carrillo Flórez explicó que ante la crisis por la que atraviesa la ética en Colombia las medidas cosméticas no son solución, como tampoco nuevas leyes u otras constituyentes, porque “la Constitución de 1991 sigue siendo el camino para vivir en paz.
El jefe del órgano de control aseguró que durante años las Farc fueron el detonador de la barbarie y el teflón de los corruptos. “Sin la guerra alborotando las hormonas queda la paz despertando las neuronas.”
Al referirse a los acuerdos de paz señaló que su cumplimiento es un imperativo ético para que ningún colombiano tenga más excusas para alzarse en armas.
Carrillo Flórez se preguntó en qué momento “la ética se refundió y la corrupción se convirtió en una pandemia cancerígena que amenaza con llevarse por delante la democracia, las instituciones y las esperanzas de reconciliación”.
“No hacer nada para recuperar la ética sería una traición a la historia. Hay que actuar y es necesario hacerlo ahora. La recuperación de la ética es ahora o nunca. De esa decisión depende que el país avance, que la democracia sobreviva, que la economía tenga rostro humano”.
Advirtió que si Colombia no es capaz de enfrentar unido el flagelo de la corrupción, terminará devorándose la democracia, llegará el populismo y triunfarán los deshonestos: “…es urgente que la gente confíe de nuevo en la política. Si la política se desdibuja por completo muchos creerán que la solución a la crisis ética es imponer una autocracia que lidere un nuevo mesías. Así ocurrió en Venezuela antes de Chávez, y ya sabemos cómo el país más rico del continente terminó en la miseria y la dictadura en manos de los más ineptos y corruptos. Así ocurrió en Perú con Fujimori.”
Reiteró la importancia de un pacto contra la corrupción que involucre a las universidades y centros de pensamiento, empresarios, medios de comunicación, partidos políticos, iglesias y organizaciones sociales.
“Tenemos que derrotar la doble moral que identifica a muchos con el criterio de que el que peca y reza empata”.