Crear tejido político en las regiones, la meta de Farc a futuro | El Nuevo Siglo
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Lunes, 28 de Mayo de 2018
Agencia Anadolu

El próximo 20 de julio se posesionarán 280 congresistas colombianos para el periodo 2018 - 2022, entre ellos los 5 senadores y 5 representantes a la Cámara del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, nacido de la desmovilización de la guerrilla de las Farc.

Con la posesión de los congresistas colombianos empiezan los dos periodos legislativos durante los que Farc tendrá 10 curules fijas en el Congreso, según estipuló el Acuerdo de Paz de La Habana.

A partir de su posesión, Farc tendrá 8 años para convencer a los colombianos de que son una fuerza política relevante y ganar los votos suficientes para seguir existiendo como partido.

Además, en 2019 se realizarán las elecciones locales y regionales. Algunos analistas opinan que, si la Farc tiene tanto apoyo en los sectores campesinos como afirman, este sería una buena oportunidad para probarlo y capitalizar el apoyo en votos.

Lograr esta meta no será fácil, sobre todo teniendo en cuenta que el nuevo partido logró solo el 0,34% de los votos en las elecciones legislativas del pasado 11 de marzo, no presentó candidato a la presidencia de Colombia y no formó coalición oficial con ninguno de los candidatos.

Ariel Ávila, investigador de la Fundición Paz y Reconciliación, que lleva años analizando la situación de conflicto y política en Colombia, explica que el rechazo de muchos sectores de la sociedad civil hacia Farc y una desordenada estrategia política fueron algunas de las razones para el pobre resultado electoral.

“La entrada de Farc a la política tuvo varios problemas. Decidieron venir a las ciudades a buscar votos y abandonaron sus zonas históricas. Cuando quisieron volver a esas regiones -porque en las ciudades no les iba bien- se dieron cuenta de que ya habían sido copadas por políticos tradicionales. Fue una muy mala estrategia”, afirma.

Añade que, a la falta de planificación, se le suman las situaciones de violencia que enfrentaron los candidatos y terminaron por los sacarlos de la plaza pública. Muchas personas se opusieron a su participación en política debido a las cinco décadas de violencia que generaron contra el Estado.

El otro impedimento fue el dinero. Los fondos que el Estado debía entregarles para hacer campaña política llegaron faltando dos semanas para las elecciones. No pudieron hacer cuñas publicitarias ni campañas por televisión.

La dirigencia del partido Farc afirma haber analizado los resultados electorales. En entrevista con la Agencia Anadolu, Pablo Catatumbo, miembro del Consejo Político Nacional del partido y segundo en la lista de Farc al Senado, afirmó que “los resultados en números electorales no reflejan la influencia que tiene el partido. Hubo muchas circunstancias que nos afectaron”.

Agrega que “muchas veces se organizaron asonadas contra nuestros candidatos y eso es muy peligroso porque en Colombia no amenazan, matan”.

Cifras de la presidencia afirman que 40 militantes de Farc han sido asesinados desde noviembre de 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz.

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Reto inmediato: el Congreso

Farc llega al Congreso con la titánica labor de impulsar las reformas legislativas que requiere el Acuerdo de Paz, un proceso que con el actual Congreso ha sido tortuoso.

Los futuros congresistas de la exguerrilla se muestran más optimistas con el nuevo legislativo.

“En el Congreso hay una bancada grande. No fue como nosotros queríamos, pero sí se reconfiguró el legislativo. Somos 29 senadores de (los partidos) Polo Democrático, Alianza Verde, la Lista de la Decencia y Farc. Las cuatro fuerzas somos una bancada con la que podemos trabajar y hacer convergencias en diversos temas”, le contó a la Agencia Anadolu Griselda Lobo, también conocida como Sandra Ramírez.

Ella, quinta en la lista de Farc al senado, militó en la guerrilla durante 35 años, 24 de ellos junto a Manuel Marulanda Vélez, alias “Tirofijo”, el creador del grupo armado.

Lobo afirma que no solo se enfocarán en los temas directamente relacionados con el Acuerdo. “Los acuerdos de paz son una herramienta y del espíritu de los acuerdos se pueden sacar adelante otros proyectos. Por ejemplo, el tema del desempleo y de la miseria que se sufre en el país, podemos desarrollar proyectos de ley que ayuden a solucionar esa situación”, añade Lobo. 

Para Ariel Ávila, la capacidad que tengan Farc para respaldar proyectos de ley que los pongan en contacto con la ciudadanía será decisiva para convencer a los colombianos de su relevancia.

“Tienen que ir más allá de los acuerdos, hacer control político, unirse al debate contra la corrupción, apoyar el tema de medio ambiente. Actualizarse”, afirma.

El analista añade que, de cara a las elecciones locales, deben “hacerse atractivos para los territorios. Empezar por dar los debates que les interesan a las regiones donde van a ir a hacer campaña política, eso es lo que necesitan”, añade.

 

La estrategia para las regiones

La guerrilla de las Farc nació como una resistencia campesina, siempre han afirmado que representan los intereses de las regiones olvidadas por el Estado central. En esa premisa basaba su lucha armada.

Ahora que dejaron las armas e ingresaron a la política, las elecciones municipales y departamentales de 2019 serían un buen momento para demostrarlo.

Griselda Lobo afirma que el partido planea crear estructuras de acuerdo con la división política de Colombia, es decir que tengan grupos desde las veredas hasta los departamentos del país.

Van a organizar estructuras políticas llamadas “comunas” en diversas veredas. 

Ellas conformarán una dirección pequeña llamada “consejos locales”. Esas comunas elegirán una “coordinación municipal”. Luego de ahí se elige una dirección departamental con su coordinador. También crearon un Consejo Nacional de los Comunes y, la instancia más alta, es un equipo ejecutivo de 15 personas que conforman el Consejo Político Nacional, al que pertenece Griselda Lobo.

“La proyección de nuestro partido no es solo electoral. Queremos armar un partido fuerte, de masas, a nivel nacional”, afirmó Lobo.

El reto a mediano plazo es organizar esos nodos del partido en las regiones. Eso los ayudaría a mantener la unidad dentro de sus antiguas filas y conseguir más respaldo ciudadano para expandirse.

Para Ariel Ávila, los esfuerzos de la Farc en sus inicios “deben volcarse hacia el territorio, no hacia lo nacional como lo hicieron ahorita, sino empezar a armar equipo político en esas zonas donde han tenido presencia histórica. Tener concejales, alcaldes y diputados allí. Asumir las banderas de esos territorios”, concluye.

Lograr una estrategia electoral eficiente es vital para las perspectivas políticas de Farc, pues con el apoyo que mostraron en las últimas dos elecciones no les alcanzaría ni para existir como partido.