La violencia contra líderes sociales, masacres y hostigamientos a la Fuerza Pública se han incrementado durante el aislamiento por la pandemia en el Cauca, es decir, desde el pasado 6 de marzo cuando se conoció el primer caso en Colombia de un contagiado del nuevo coronavirus. De lejos, en el periodo señalado, es la región del país más afectada por esta situación belicosa.
El pasado miércoles, tres hombres fueron asesinados en una vivienda en el municipio de Corinto mientras departían consumiendo licor. Sujetos que se movilizaban en un vehículo les dispararon de forma indiscriminada.
Las autoridades no descartan que se haya tratado de un ajuste de cuentas por narcotráfico, pues según la Policía de este departamento, las personas asesinadas tenían antecedentes por este delito.
Horas antes, en la vereda Nuevo Horizonte del municipio de Argelia, dos hombres fueron asesinados mediante disparos.
En tanto que el sábado pasado, en el corregimiento La Toma del municipio de Suárez, fue atacado un hombre que se movilizaba en una moto con sus dos pequeñas hijas. Él y una niña de 9 meses murieron en el sitio de los hechos, mientras que la otra menor falleció horas después en una clínica.
El pasado 29 de abril se produjo otra masacre en el municipio de Mercaderes, en donde fueron asesinados el presidente de la junta de acción comunal de la vereda El Baho, Álvaro Narváez Daza, su esposa, un hijo y su nieta.
A su vez, en las últimas semanas, en el norte del Cauca han circulado panfletos a nombre, supuestamente, de las disidencias de las Farc y otros grupos armados ilegales que se disputan el territorio para controlar los cultivos ilícitos y los corredores del narcotráfico que permiten sacar los cargamentos por el Pacífico.
Líderes sociales
Durante la pandemia en el departamento del Cauca han sido asesinados 19 líderes sociales y dirigentes comunales, según cifras del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
Otras regiones que en el mismo periodo siguen en esta fatal estadística son Antioquia con 4 homicidios y Valle del Cauca con 3 de estos episodios.
Este año antes de la pandemia, es decir, entre el 1º de enero y el 5 de marzo, en el Cauca fueron también asesinados 15 líderes sociales y dirigentes comunales, en Antioquia fueron 12 los crímenes y en Putumayo, 9.
El director de Indepaz, Camilo González Posso, dijo que hay varios factores en el Cauca que explicarían porqué durante la pandemia se ha incrementado la violencia contra líderes sociales. Explicó que en este periodo las organizaciones sociales han hecho un control comunitario, hay 500 puntos de control y hay unos 15.000 guardias indígenas, campesinos y de juntas comunales que están colaborando con la población, por ejemplo, con la entrega de alimentos.
Considera que “ese es un primer factor que choca con los intereses de control por parte de grupos armados, que entonces ven que están limitando sus movimientos y atacan a la población o a las autoridades indígenas”.
Agregó que el otro punto es que en algunas zonas como en los municipios de Argelia y El Tambo, la “Fuerza Pública ha llegado en operaciones de erradicación forzada y con la estrategia de la Fuerza de Despliegue Rápido (la Fudra), que es básicamente una estrategia para combatir grupos armados. Entonces eso acelera las fricciones, las presiones contra la población que es acusada de lado y lado de ser cómplice por obstaculizar. Se crea un ambiente muy complicado donde hay un múltiple confinamiento de varias violencias”.
Por su parte, las Organizaciones de la Mesa Territorial de Garantías en el Departamento del Cauca indicaron en un estudio que desde la firma del acuerdo de paz en noviembre de 2016, en esta región “han sido asesinadas 215 personas lideresas, defensoras de derechos humanos y familiares, 36 exguerrilleros de las Farc – EP en proceso de reincorporación, así como 3 de sus familiares y 1 integrante del Partido Farc”.
Añadió esta Mesa que “hoy, frente a una situación de pandemia mundial, que agudiza las condiciones de vulnerabilidad y pobreza de la población caucana, en medio del aislamiento preventivo obligatorio, la violencia continúa llegando hasta las viviendas de líderes, lideresas y defensores/as de derechos humanos para arrebatarles la vida”.
Agregó que en el departamento ha sido una constante la presencia y expansión de actores armados irregulares como el Eln, Epl y paramilitares (Clan del Golfo, Las Águilas Negras y Autodefensas Unidas de Colombia-Auc-), así como “otros denominados por parte de la institucionalidad Grupos Armados Organizados Residuales y conocidas como disidencias de las Farc”.
Por su parte, el CRIC (Consejo Regional Indígena del Cauca) indicó que ante la amenaza de contagio por el Covid-19, las comunidades indígenas residentes en el territorio “permanecemos resguardadas y desarrollando acciones de control para el cuidado de nuestra salud, la defensa de la vida y el territorio. Sin embargo, los actores armados siguen invadiendo nuestros territorios y realizan acciones bélicas que afectan la armonía social y territorial”.