Equipos para espionaje, lo último en contrabando | El Nuevo Siglo
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Domingo, 2 de Febrero de 2020
Eduardo Carrillo
Controles de Ronda y sensores para raquetas, entre lo decomisado por la Polfa

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Ya no es sorpresa para las autoridades colombianas encontrar elementos inimaginables en los alijos de contrabando, como le ocurrió a la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) seccional Bogotá, que decomisó unos aparatos llamados generadores de patrulla, que son unos aparatos muy pequeños usados para seguridad privada.

Para las agencias de Inteligencia del Estado no es sorpresa porque dentro de su trabajo incluyen un trabajo minucioso para enfrentar el “espionaje” contra entidades oficiales, empresas privadas e industriales, contra empresarios, comerciantes o simples ciudadanos, habida cuenta que en los “mercados negros” se encuentran toda clase de dispositivos para interceptar líneas de comunicaciones, ingresar a correos electrónicos, copias las claves secretas de cuentas bancarias, oír conversaciones e incluso filmar y sistemas de ubicación, entre otros.

Los controles de Ronda y sensores para ser instalados en raquetas para el juego de tenis, “se decomisar porque las Rondas son empleadas, casi que exclusivamente, por las empresas de vigilancia y seguridad privada y los sensores son usados para raquetas de tenis que son conectados  a dispositivos móviles para poder monitorear ciertos parámetros de los entrenamientos y así el jugador podrá mejorar sus técnicas”,  precisó el coronel Néstor Josué Gómez Luna.

“Este tipo de elementos no son comunes de decomisar en Colombia puesto que las Rondas son empleadas, casi que exclusivamente, por las empresas de vigilancia y seguridad privada y los sensores son usados para raquetas de tenis que son conectados  a dispositivos móviles para poder monitorear ciertos parámetros de los entrenamientos y así el jugador podrá mejorar sus técnicas”,  precisó el coronel Gómez Luna.

De otra parte, las empresas de Vigilancia y Seguridad Privada señalan que “con los equipos de Ronda de Patrullaje Eléctrico decomisados, se busca eliminar el viejo sistema de rondines que emplean los vigilantes o guardias de seguridad  y cuentan con un sofisticado software que se instala directamente en los dispositivos móviles de cada funcionario para establecer sus desplazamientos a los sectores específicos de control  y vigilancia”.

Actualización y control

Precisamente fuentes de esas empresas expresan “que con estos sistemas de vigilancia electrónicos de última generación se aumenta la productividad y la responsabilidad de cada uno de los funcionarios, pero también todo lo relacionado con la seguridad y efectividad en los puntos de control”.

Señalan que con esos sistemas de Control de Rondas y Servicios de Vigilancia se garantiza la efectividad en cada uno de los desplazamientos del guardia o celador,  por cuanto se determinan todos los registros en las terminales portátiles.

Dicen que estos aparatos también son empleados para el control de personal itinerante en el cumplimiento de su jornada laboral; en servicios de atención domiciliaria, control de envíos de correspondencia, control a los mensajeros en el cumplimiento de sus entregas e incluso en el estado de los extintores y al ser conectado en una impresora, general en forma automática el informe de la ronda o desplazamientos ejecutados por los guardias.

Mientras tanto, las agencias de seguridad del Estado afirman que “la tecnología ha traído una serie de sofisticados instrumentos de espionaje que van desde simples agujas, esferos, tomas de corriente, calculadoras y otros equipos dotados con micrófonos que permiten un amplio espectro de vigilancia clandestina”.

Criminales con tecnología de punta

Explican que con los equipos de Inteligencia que son vendidos en los mercados negros y que caen en manos de redes criminales se pueden adelantar numerosas acciones al margen de la ley, por cuanto se pueden ejecutar procesos de observación en escenarios domésticos, empresariales, públicos y laborales.

Indican que algunos de estos equipos son vendidos abiertamente a través de internet con atractivos anuncios relacionados con la vigilancia a la empleada del servicio sospechosa de hurtar elementos de valor; establecer si la nana registra buen comportamiento con los niños dados a su cuidado; para expiar a empresarios y conocer sus nuevos procesos publicitarios o la venta de productos y conocer el comportamiento de sus empleados.

Para las agencias de seguridad del Estado “estos procesos tienen nombre propio: espionaje. Y, esta actividad al margen de la ley representa implicaciones legales, económicas y éticas”.

Acotan que es muy difícil establecer si una línea telefónica es intervenida o no, pero actualmente existen equipos que revelan estos procedimientos al margen de la ley, mientras que la ley colombiana registra condenas de hasta cinco años por esta actividad criminal.

Pero, además de los equipos en mención, también son vendidas clandestinamente pequeñas cajas con micrófonos que, generalmente, son instaladas debajo de los escritorios, detrás de la puerta o de un cuadro, incluso dentro de un adorno. La caja transmite las 24 horas del día y la recepción puede estar a un kilómetro de distancia.

“Una aguja con micrófono es más fácil de instalar, por cuanto puede ser ubicada en madera o material blando, en el techo de la oficina, incrustarla en la puerta o en una rendija, debido a su pequeñísimo tamaño: dos milímetros de ancho por 14 milímetros de largo. Estas agujas son empleadas por organismos oficiales en todo el mundo y su costo es moderado para los Estados, pero para los criminales, su  precio es muy alto”, precisa el vocero de una agencia de seguridad consultada por EL NUEVO SIGLO.

Precisan los servicios de Inteligencia que “la legislación nacional no permite que estos equipos de espionaje sean adquiridos por particulares, por cuanto son de uso exclusivo oficial”.

En cuanto a las interceptaciones ilegales, existen varios métodos de escucha, entre ellos el watergate y permite escuchar y grabar las conversaciones. También existe el multicanal y puede grabar fácilmente hasta 240 líneas simultáneamente; un software que permite ingresar a computadores y celulares, y conocer el tiempo real de todos sus movimientos, y otro dispositivo de vigilancia que obtiene información de equipos móviles, entre otros.

“En los mercados negros o en el Internet oscuro se vende de todo y a precios que solo pueden ser pagados por redes criminales sofisticadas que necesitan expiar no solamente a sus enemigos sino a las autoridades, en unos casos. Y, en otros, para llevar a cabo acciones criminales como el hurto de identidad, de información personal, financiera o empresarial. También para el secuestro de información industrial o empresarial y por su devolución exigen millonarias sumas de dinero”, acotó la fuente.

Preocupa a las agencias de seguridad del Estado que el país se haya convertido en los últimos años en un escenario de compraventa ilegal de información privada que es captada por criminales tecnológicos que obtienen multimillonarias ganancias y la presencia de los hackers que con sus sofisticados programas logran penetrar entidades oficiales, empresas privadas e incluso al usuario de un celular y descifrar su actividad económica en cuestión de minutos.