"Es apremiante acercarse a la realidad que estamos viviendo y suscitar un diálogo amplio sobre los puntos de la reforma tributaria", así lo manifestaron a través de un comunicado los Obispos católicos de Colombia, quien señalaron la necesidad de un consenso.
En ese sentido, la Conferencia Episcopal recordaron que la reforma tributaria debe responder positivamente a situaciones como el desempleo y el subempleo, la falta de recursos básicos para la subsistencia, las limitaciones de los servicios de salud, la pobreza cada vez más generalizada, la inequidad social y la marginación.
"Hay que pensar en los obreros, en los campesinos, en los indígenas y afrocolombianos, en los jóvenes, en las familias, en los estudiantes y docentes, en quienes sufren las consecuencias de la violencia que se ha recrudecido en casi todo el territorio nacional", señalaron.
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A su vez, piden que el servicio a la dignidad de la persona humana y al bien común sean norma fundamental y criterio rector durante las discusiones sobre los ajustes fiscales que requiere el país en medio de la pandemia.
"El Papa también lo ha expresado diciendo que hay que buscar un "pacto" para "cambiar la economía actual y dar un alma a la economía del mañana"", explicaron en el comunicado.
Sin embargo, los jerarcas enfatizaron en que no se puede desconocer la situación financiera y social de Colombia cuando se vayan a retomar los debates sobre la reforma.
"Es imperativo que, en este momento, se tome conciencia de la gravedad de los problemas que afrontamos y sobre todo, de las implicaciones que tendrían las reformas planteadas para los sectores más pobres y vulnerables", se lee en la misiva.
Asimismo, los superiores eclesiásticos solicitaron a los congresistas que los debates sobre la reforma los realicen con total transparencia y responsabilidad, bajo los principios del bien común, la equidad social y la justicia.
Por lo tanto, nombraron algunos criterios fundamentales que deberían tenerse en cuenta a la hora de definir una eventual reforma. En primer lugar, sugirieron que se multipliquen y fortalezcan las formas de economía solidaria, es decir, aquellos programas que ponen los recursos al servicio de la justicia social y de los derechos humanos
Como segundo punto, instaron a que "se potencien e incentiven la tarea de las organizaciones que se dedican a la promoción social y a la asistencia humanitaria", ya que, según explicaron, "gracias a estas expresiones concretas de solidaridad ha sido posible mitigar el sufrimiento que causa la pandemia".
Esas decisiones, indicaron en el comunicado, deben apuntarle a la inversión social que permite el desarrollo económico a largo plazo, no solo para atender temporalmente los problemas financieros coyunturales y solicitaron que esas discusiones se realicen bajo el principio del aspecto ético de la economía.
"Que se promueva la austeridad en el gasto público y se evidencien efectivos controles", añadieron y pidieron que "se sopese la oportunidad de cada medida", puesto que hay puntos del proyecto que "no harían más que agravar las condiciones de las personas menos favorecidas y acrecentar el número de ellas".
Finalmente, los prelados concluyeron su comunicado con un llamado a que con la reforma que se lleve a cabo tenga en cuenta también un proyecto a largo plazo para el país.
"En esta coyuntura crítica el deber es repensar el futuro de nuestra nación, y emprender juntos la tarea de realizar un proyecto común para el país. Es una tarea compleja que requiere honestidad y coherencia en el diálogo y en las acciones", concluyeron.