Fiel a su tradición crítica de lo que no se está haciendo bien, pero también a las soluciones que el país requiere para elevar su desarrollo, el exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo no deja de auscultar la radiografía política y económica.
Apegado a ese principio, acaba de publicar su último libro “Economía política de la pandemia”, donde recorre no las entrañas del coronavirus sino sus consecuencias para los colombianos. En su análisis puntual de la situación social, muestra las falencias de lo que pudo ser una mejor carta como la reforma tributaria que aprobó el Congreso, con subsidios y exenciones que hoy van dirigidos principalmente a un grupo de población que no requiere de esos beneficios.
Señala el dirigente conservador que las gabelas tributarias están teniendo un costo anual equivalente a cinco veces la reforma tributaria que se aprobó, es decir, cerca de $60 billones.
Al mismo tiempo, le marca una tarea fundamental para el próximo Gobierno que llegue en 2022: hay que hacer una reforma tributaria estructural, que llegue al corazón de la sociedad y la transforme, brindando mejor desarrollo y calidad de vida. Ese es el reto.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo cree que va a terminar el crecimiento económico de este año y el desempleo?
JUAN CAMILO RESTREPO: Este año va a terminar con un buen crecimiento económico, va a terminar con un crecimiento alrededor del 9% del PIB positivo, que es bastante bueno. Ahora bien, no es un fenómeno de recuperación solo de Colombia, es de toda la región y de prácticamente todos los países. Tiene un componente de efecto rebote porque nos estamos comparando con el año inmediatamente anterior, el año de 2020 cuando la economía se desplomó en un -6.8%, pero este año vamos a crecer satisfactoriamente y los indicadores, hasta ahora en el tercer trimestre del año, así lo muestran. Pero lo que se está recuperando en la economía muy bien es el crecimiento agregado de PIB, pero ese crecimiento no se ve reflejado con una recuperación de los problemas sociales que he mencionado. Va más rápida la recuperación macroeconómica que la recuperación social. El país sale de esta pandemia con un pasivo gigantesco aún no saldado en el campo social.
Malformaciones
ENS: En su libro denominado “Economía política de la pandemia” ¿Qué aspectos principales detalla de la economía colombiana?
JCR: Trata de algunos aspectos de la política económica que ha jalonado la pandemia del país en los últimos dos años. Entre los principales temas que toco tienen que ver con que creo que la política fiscal en la última reforma tributaria apenas le tocó un barniz a los problemas tributarios que tiene el país, ¿Por qué? Porque el nuevo Gobierno va a tener que afrontar este tema del hueco fiscal que sigue muy profundo y ahí en el libro yo trato de algunas malformaciones fiscales que se han ido acentuando en el país. La primera es que sigue el árbol muy frondoso de las exenciones, de las deducciones y de las gabelas y, a pesar de que este gobierno convocó una misión de expertos para que le diera recomendaciones sobre cómo podar ese árbol frondoso de los privilegios tributarios y recibió un informe por lo demás muy bueno, poco hizo en la reforma tributaria para corregir esas malformaciones.
ENS: ¿Qué otras malformaciones, según usted, siguieron con la reforma?
JCR: La segunda malformación que trato en el libro es que hay una exagerada cantidad de subsidios costosos para el país, que están llegando a las personas que no son las más necesitadas, entonces el país necesita una racionalización de sus subsidios. Por último, hay una inflexibilidad muy grande en el gasto público, el 95% de los gastos que se aprueban en un presupuesto ya vienen predeterminados de antemano por la Constitución y las leyes, con lo cual el Congreso, al aprobar el presupuesto, se vuelve un mero notario de cosas que ya vienen precocidas.
ENS: ¿Es decir, que no hubo un ajuste tributario real?
JCR: Me parece, pues, que la racionalización tributaria tiene que comenzar por corregir esas tres malformaciones. En el libro también analizo los efectos sociales que ha tenido la pandemia, hemos retrocedido 10 años en términos de lucha contra la pobreza, que se acentuó, tanto la pobreza absoluta como la relativa; uno de cada tres hogares no está teniendo ingresos suficientes para comprar las tres comidas diarias, y el desempleo sigue muy alto. Si bien en cierto la economía se está recuperando, venimos arrastrando un lastre de lo social que deja la pandemia y que va a tener que ser una de las tareas tributarias también del nuevo Gobierno.
Las gabelas
ENS: Hablemos de lo que usted resalta en el libro, de las exenciones tributarias ¿Cómo estamos hoy en ese aspecto?
JCR: Pues estamos, yo diría, pésimamente. Mire, este Gobierno convocó una misión especializada en privilegios tributarios y presentó un informe muy bueno, muy completo, haciendo el inventario de todas y cada una de las gabelas injustificadas, cómo son regresivas, y más se demoró ese informe en ser radicado que el Gobierno tomó medidas para acentuar aún más los privilegios. La última reforma tributaria prácticamente no hizo nada al respecto, entonces fue uno más de los informes que pasan a los anaqueles. Según esa comisión de los expertos, las gabelas tributarias están teniendo un costo anual, es decir, ingresos que se dejan de percibir anualmente por esas gabelas, equivalente a cinco veces la reforma tributaria que se aprobó, es decir cerca de $60 billones.
ENS: Respecto a los subsidios que dice que están mal dirigidos, o sea, le están llegando a mucha gente que no lo necesita ¿Qué podemos hacer con eso?
JCR: Hay subsidios buenos y hay subsidios malos, no todos los subsidios son insuperables. Los más gravosos para la fiscalidad del país son subsidios que están llegando hacia las personas más pudientes, el caso más ostensible es el del esquema actual de las pensiones, que es una reforma que se quedó dentro del tintero, este Gobierno no tuvo el arrojo político de enfrentar este tema. La mayoría de las pensiones van hoy en día a las personas más adineradas, al paso que tenemos una cantidad inmensa de colombianos que ni siquiera tienen la posibilidad de acceder a ningún tipo de pensión.
ENS: ¿No será que nos está pasando con los subsidios lo mismo que en EE.UU., que hay tantos subsidios que la gente no quiere trabajar?
JCR: Pero el problema aquí es que van el grueso de los subsidios para los más favorecidos. Hay subsidios que son justos, pero el grueso de los subsidios en Colombia está yendo a los más ricos, personas que no necesitan de ninguna manera trabajar; entonces, a diferencia de los EE.UU., donde se reparten los subsidios más parejos entre toda la sociedad, aquí se concentran entre los estratos más adinerados, entre los deciles de mayores ingresos. Por eso es que es chocante y por eso es que sería muy conveniente que ya será el próximo Gobierno porque este ya se fue así, le metiera la mano a una racionalización de los subsidios.
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La reforma tributaria
ENS: ¿Cuál es su opinión acerca de la reforma tributaria?
JCR: A ver, el ministro de Hacienda, y eso lo trato en el libro, el actual ministro de Hacienda manejó de una manera más hábil, menos brusca, el tema de la reforma tributaria que como lo hizo Carrasquilla, aunque no todo lo de la reforma Carrasquilla era malo, ahí había cosas buenas, pero el ministro Carrasquilla la manejó de una manera bastante torpe. Explicó mal, la presentó en el momento en que no era y por eso el malestar que se generó tan grande. El ministro de Hacienda actual, con más pragmatismo político, sacó una reforma de una manera más inteligente políticamente que lo que lo había hecho Carrasquilla y sacó una reforma, pero en tono menor. Es una reforma que le da a este Gobierno para comprar el mercado de este año, pero ciertamente no es una reforma estructural ni importante como la que necesita Colombia. Por eso es que digo y lo explico en el libro por qué, con todo detalle, inexorablemente el nuevo Gobierno se va a tener que estrenar con una reforma tributaria muy profunda.
ENS: Respecto a la inflexibilidad en el gasto público que se ha venido discutiendo mucho y que el Gobierno había dicho que le iba a meter mano a eso ¿Hoy cómo estamos y cómo lo trata usted en el libro?
JCR: Pues hoy estamos muy mal, yo ahí cito las cifras de estudios que muestran cómo el 95% del gasto público, entendiendo por gasto público las apropiaciones de gasto que anualmente se aprueban en el presupuesto nacional, tienen el carácter de inflexibles, es decir, no se pueden señalar prioridades porque las prioridades ya están determinadas de antemano. Entonces, el margen de quienes diseñan la política presupuestal del país, tanto el Gobierno cuando prepara el presupuesto como el Congreso cuando lo aprueba, entonces es como un notario, simplemente da fe de lo que allí se está apuntando. Es que leyes anteriores a la misma ley del presupuesto, han determinado que así sea, entonces la función principalísima de la Hacienda Pública, que es llevar el gasto hacia lo más urgente y lo más prioritario, no se está cumpliendo.
Reconocimiento
ENS: Acerca del balance que ha hecho respecto al impacto de la pandemia en la economía y en la situación social de los colombianos ¿Cuál sería esa conclusión al analizar estos aspectos?
JCR: Ahí en el libro hago un examen que, dicho de una manera muy sintética, concluye en lo siguiente: el Gobierno, y eso hay que reconocerlo, ha hecho un esfuerzo muy grande para arbitrar unos recursos contracíclicos, es decir, para compensar la depresión, la recesión con gasto público orientado hacia las personas más débiles y más vulneradas con la pandemia. Entonces, la conclusión a la que llego en el libro es que, gracias a ese gasto público que se ha hecho, se ha compensado desde el punto de vista de estragos sociales que la pandemia causó, un tercio de esos estragos, los otros dos tercios están vigentes, lo muestran las cifras del DANE y se están reflejando en pobreza y en desempleo. Si no se hubiera hecho ese esfuerzo del gasto público, pues sería peor la pobreza, peor el desempleo, peor la marginalidad. Ese esfuerzo público ha logrado amortiguar un tercio de los estragos sociales de la pandemia, pero quedan otros dos tercios por compensar, por arreglar y por rediseñar.
El salario mínimo
ENS: ¿Qué se debería hacer con el salario mínimo que cada año se convierte en una incertidumbre para trabajadores y empresarios? ¿No se podría modificar la forma para establecer el salario mínimo?
JCR: Bueno, ha habido muchas propuestas ya metodológicas sobre cómo debe ser esa comisión tripartita, ha habido también muchas propuestas sobre si caminamos hacia un salario mínimo regionalmente. Yo no creo que en esta ocasión se vaya a alcanzar a cambiar la metodología. Ahora en la discusión del salario mínimo se van a enfrentar dos tesis, una, la que aboga por un ajuste muy alto del salario mínimo, ya se está hablando por algunos, inclusive algunos candidatos, que se ajuste en 10%, 12% el salario mínimo; otros dicen: atención, cuidado, porque la inflación está mostrando sus dientes, entonces un salario mínimo muy desaforado que se fije puede volverse en contra, en el sentido de que incrementaría la inflación y ya viene mostrando pasos de animal grande.
ENS: ¿Se ha convertido la inflación en otro obstáculo?
JCR: Recordemos que en este momento llevamos, en términos anuales, octubre del año pasado y octubre de este año una inflación del 4,5%, es decir, bastante más alto que las metas del Banco de la República. Entonces, creo que hay que manejar ese ajuste con prudencia y no creer que, a punta de un salario mínimo nominal muy alto, se va a hacer grandes avances en la economía. Ya la economía se está recuperando, pero lo que tenemos que tener mucho cuidado es que no vaya a ser un acicate para que la inflación se vuelva otra vez a enseñorear en Colombia, porque no hay que olvidar que el peor de los impuestos, el más regresivo de todos, es la inflación, que hace más pobres a los pobres y más ricos a los ricos.
La herencia para el próximo gobierno
ENS: ¿De cara a 2022 qué se podría hacer, qué tarea inmediata para mejorar los indicadores de la economía?
JCR: Pues, básicamente, seguir con la línea. Ahora el gran interrogante es: estas nuevas variantes del coronavirus que están apareciendo, ¿qué tan graves van a ser? En Europa están teniendo un nerviosismo terrible, hay países que ya están volviendo a cerrar su economía, como es el caso de Inglaterra, como es el caso alemán y el francés. Si nosotros llegamos a volver a los confinamientos y al cerramiento, lo que se ha ganado en crecimiento económico se echaría para atrás. Hay que trabajar a toda costa vía las campañas de vacunación, que sigan adelante, etc., que no vayamos a echar atrás y volver a ser una cerrazón económica porque eso sí sería descabellado en el crecimiento económico. De resto, pues para el año entrante, es decir el año 2022, se está pronosticando un crecimiento positivo, pero naturalmente más discreto que en el 2021 porque ya no habrá el efecto rebote de la economía, sin volverla a cerrar, del orden del 2,5% o 3,5% es, digamos, las velocidades crucero deben llegar a estabilizar la economía colombiana.
ENS: ¿Es decir, para el nuevo Gobierno la situación no será fácil?
JCR: Tocará decirnos la verdad porque hay muchas opacidades en las informaciones fiscales y, como le digo, el nuevo Gobierno va a tener que hacer un examen muy cuidadoso de la situación fiscal que va a recibir, que es bastante compleja, incluida las de los departamentos y municipios. No solo el Gobierno central ha sido afectado por la pandemia, lo han sido también los departamentos y municipios; se calcula que este año, a razón de la pandemia, se les ha mermado los ingresos cerca de un 45%. Entonces, la recuperación de las finanzas municipales y departamentales es otro punto en la agenda que está por desarrollarse en los meses venideros.
Por Gustavo Veloza Posada