La comunidad rural de Segovia, Antioquia, se vio sacudida por la tragedia cuando un campesino, cuya identidad aún no ha sido revelada, falleció después de pisar una mina antipersona. El suceso, atribuido a la presencia de grupos armados ilegales en la zona, resalta la urgencia de abordar la problemática de los artefactos explosivos en un contexto de persistente conflicto.

El incidente tuvo lugar en la vereda La Manuela, donde el campesino, luego de varios días de confinamiento en su hogar debido a operativos militares en la región, decidió regresar al trabajo en busca de sustento. Sin embargo, su retorno se vio truncado de manera trágica al activar una mina antipersona, causándole heridas fatales.

"Nos informan que sonó un artefacto y cayó un campesino como resultado de este accionar. Es urgente que las autoridades competentes presten ayuda humanitarias y hablan de forma urgente los corredores humanitarios", señaló Carlos Morales, representante legal de la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño

La comunidad local expresó su profunda consternación ante la situación, especialmente por la sospecha de que grupos criminales, como el Clan del Golfo, hayan sembrado estos artefactos explosivos en la zona durante su retiro. Testigos presenciales han señalado que las fuerzas ilegales han utilizado las minas antipersona como método para sembrar el terror y la inseguridad en la región.

La respuesta inicial de las autoridades, como parte de la Operación Fortaleza desplegada en la zona, fue movilizarse rápidamente para brindar asistencia y evacuación. El campesino herido fue trasladado a un puesto de salud en el sur de Bolívar, aunque lamentablemente no logró sobrevivir a las heridas provocadas por la explosión.

Este trágico suceso subraya la necesidad urgente de implementar medidas efectivas para erradicar las minas antipersonales en la región y garantizar la seguridad de sus habitantes. La solicitud de desminado humanitario urgente, realizada por las autoridades locales al gobierno nacional, cobra una relevancia aún mayor ante la persistencia de estos incidentes que amenazan la vida y la integridad de la población.

La muerte del campesino en Segovia es un recordatorio doloroso de los peligros que enfrentan las comunidades rurales afectadas por el conflicto armado en Colombia. En memoria de las víctimas y en busca de una paz duradera, es imperativo que se tomen medidas concretas para eliminar las minas antipersonales y proteger a los ciudadanos que habitan estas áreas afectadas por la violencia.