El Escudo Nacional, junto con el Himno y la Bandera de Colombia, forman parte de los símbolos patrios con los que se identifica nuestro país desde que inició su vida republicana.
Sin embargo, el que hoy todos conocemos no fue el primero en aprobarse. De hecho, hubo muchos borradores y diseños. En cada uno de ellos, la polémica sobre lo que debería contener el símbolo patrio siempre fue muy intensa.
Precisamente, en medio del bicentenario de muchas de nuestras principales fechas patrias, como las guerras que demarcaron la independencia definitiva y el primer texto constitucional, también se acercan los dos siglos del escudo nacional.
De hecho, el Archivo General de la Nación Jorge Palacios Preciado le rendirá tributo a este emblema al conmemorarse el aniversario 188 de la Ley 3 del 9 de mayo de 1834 mediante la cual se adoptó nuestro actual Escudo Nacional, siendo presidente de la República de la Nueva Granada el general Francisco de Paula Santander.
La historia de nuestro Escudo Nacional comenzó en 1548 cuando el rey Carlos V presentó el primer escudo para la ciudad de Santa Fe, capital del virreinato, el cual permaneció vigente hasta el periodo de independencia.
Ese primer escudo tuvo toda la influencia de la heráldica española y se convirtió en el escudo oficial de la primera república colombiana: Provincias Unidas de la Nueva Granada. Pero a partir de 1810, tras la independencia de España, en el Congreso de las Provincias Unidas en 1814 se adoptó un nuevo escudo que se distaba mucho del anterior.
“Ese primer Escudo Nacional buscaba desligarse de la historia colonial para reivindicar la independencia con símbolos muy patrios, por eso resaltó a los indígenas, el volcán del Chimborazo, el cóndor andino, el istmo de Panamá, el salto del Tequendama, las granadas abiertas, un carcaj (bolsa de cargar flechas)”, explica Natalia Mendoza, historiadora al servicio del Archivo.
Para otro conocedor en la materia como Julián Sánchez, de la misma entidad, los procesos heráldicos con influencia hispánica fueron cambiando según las circunstancias políticas de cada época.
“En los primeros momentos independentistas cada una de las juntas provinciales emitió sus propios símbolos patrios en un intento de autonomía y de querer afianzar sus valores propios. Así sucedió con los Estados soberanos de Bolívar, Boyacá y Cundinamarca, hasta 1814, cuando se aprobó el primer escudo de las Provincias Unidas del Nuevo Reino de Granada”, dice.
Sin embargo, recuerda Sánchez, hubo otros escudos provisionales como el de José María Melo tras el fallido intento de golpe de Estado en 1854.
El caballo
Muestra de que los escudos reflejan el momento político de cada época fue el borrador de Escudo Nacional que presentó a consideración de la junta provincial el congresista Alejandro Vélez en 1833.
Tenía forma suiza y estaba dividido en tres cuarteles: el superior con un par de cornucopias y una granada, todas doradas, como símbolo de riqueza del país; en el segundo un caballo indómito de plata como símbolo de la independencia de la república, y en el tercero el istmo de Panamá con dos barcos a lado y lado, además de las efigies de Justicia y Libertad, el cóndor de los Andes mirando a la izquierda y la corona de laurel.
“Aunque el caballo fue traído por los europeos, se consideró un animal propio de estas tierras por su utilización en las guerras de independencia. En un principio también se pensó en incluir el águila, que es un animal muy europeo, pero se decidió mejor que fuera el cóndor de Los Andes”, añade Mendoza.
El proyecto de Vélez nunca se aprobó, pero al año siguiente fue sancionada la Ley 3 del 9 de mayo de 1834 mediante la cual se adoptó nuestro actual Escudo Nacional que, con algunas pequeñas modificaciones, se ha mantenido hasta nuestros días.
En ese sentido, Laura Sánchez Alvarado, subdirectora de Gestión del Patrimonio Documental del AGN, destaca que aunque Colombia no es un Estado Federal “sí hay autonomía regional y descentralización en algunos temas, por eso cada región tiene sus propios símbolos, escudo, bandera, himno, trajes típicos, etc. Pero todos bajo la égida de los símbolos patrios nacionales que representan la unidad del Estado”.
Composición
La Ley 3 del 9 de mayo de 1834 estableció en su articulado que la composición del Escudo Nacional es la siguiente:
“Las armas de la Nueva Granada serán un escudo dividido en tres fajas horizontales, que llevarán en la superior, sobre campo azul, una granada de oro, con tallo y hojas de lo mismo, abierta y graneada de rojo. A cada uno de sus lados irá una cornucopia, ambas de oro, inclinadas y vertiendo hacia el centro, monedas la del lado derecho, y la del izquierdo frutos propios de la zona tórrida. Lo primero denota el nombre que lleva esta República, y lo segundo la riqueza de sus minas y la feracidad de sus tierras”.
“En la del medio, sobre campo de color de platino, un gorro rojo enastado en una lanza, como símbolos de la libertad, y de un metal precioso que es propio de este país. En la inferior llevará el Istmo de Panamá de azul, los dos mares ondeados de plata, y un navío de negro con sus velas desplegadas en cada uno de ellos, lo que indicará la importancia de esta preciosa garganta, que forma una parte integrante de la República”.
Y agrega: “Estará el escudo sostenido en la parte superior por una corona de laurel, de verde, pendiente del pico de un cóndor, con las alas desplegadas y en una cinta ondeante, asida del escudo y entrelazada en la corona, se escribirá sobre oro, con letras negras, este mote: ‘Libertad y Orden’. El escudo descansará sobre un campo verde, adornado de algunas plantas menudas. Los colores nacionales de la Nueva Granada serán rojo, azul, y amarillo. Estarán distribuidos en el pabellón nacional en tres divisiones verticales de igual magnitud. La más inmediata al asta, roja; la división central, azul, y la de la extremidad, amarilla”.