El año en curso se ha caracterizado, entre otras cosas, por el aumento desmedido de la inseguridad en diversas partes del país, principalmente en Bogotá. No obstante, una de las banderas de la administración actual es justamente la seguridad. Tanto así que el Plan Distrital de Desarrollo del alcalde Carlos Fernando Galán lleva por nombre “Bogotá Camina Segura”.
Pero las cifras de la Secretaría de Seguridad reflejan un panorama completamente diferente, uno en el que los bogotanos no se sienten seguros. Por ejemplo, los delitos que atentan contra la vida e integridad de las personas son los que mayor incremento han tenido a lo largo de este año. Del 1° de enero al 30 de septiembre, se presentaron 863 homicidios, 80 casos más que en el 2023.
Es bajo esta premisa que EL NUEVO SIGLO habló con tres expertos en la materia sobre los aciertos y cuellos de botella en seguridad para Bogotá durante este 2024.
Daniel Mejía, coordinador del Observatorio de Seguridad del Consejo Gremial Nacional, aseguró que los aciertos se reflejan en un trabajo de la nueva administración mucho más articulado con la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía.
“Una actitud del alcalde mucho más proclive a trabajar en equipo, sin echar culpas como lo hacía Claudia López, que buscaba terceros culpables y no asumía responsabilidades. El alcalde Galán, por el contrario, ha salido a liderar la política, tiene un secretario conocedor de los temas y tiene un equipo articulado con Policía y con Fiscalía”, aseveró Mejía.
Asimismo, puntualizó que como en toda ciudad grande, hay unos problemas de seguridad que no se van a solucionar de la noche a la mañana. “Hay un aumento en algunos indicadores de delincuencia, el año va a terminar con un aumento en homicidios en Bogotá, pero van a tener que seguir trabajando y articulando esfuerzos. Es importante que el alcalde cumpla con lo que prometió en campaña, que era aumentar muy significativamente el presupuesto de seguridad, porque hay muchos requerimientos tecnológicos, de equipo, todo lo que necesitan la Policía Metropolitana de Bogotá, la Fiscalía y la Brigada 13 para hacer su trabajo y fortalecerlo, porque venía muy limitado de la administración anterior”, agregó.
Sin claridad en la estrategia
A su turno, Néstor Rosanía, investigador y consultor en temas de seguridad y defensa, seguridad hemisférica, insurgencia, terrorismo, negociación y conflictos armados, sostuvo que, en términos de desaciertos, no es clara una estrategia ni la hoja de ruta de seguridad que va a llevar.
“Nunca ha sido socializada ni por parte de la Alcaldía ni por parte de la Secretaría de Seguridad. Entonces, en términos de comunicación estratégica, eso ya es un error. Lo segundo es que la Alcaldía en campaña siempre habló de la implementación de una cantidad de ciencia, tecnología y cámaras de reconocimiento facial, entre otros. Ya ha pasado un año y en ese tema no se ha hecho público ningún avance y es el eje central de la seguridad ciudadana en las principales ciudades del mundo: las cámaras de reconocimiento facial y la implementación de tecnología”, advirtió.
Además, afirmó que el papel del secretario de Seguridad no ha sido mayormente importante. “Ha sido más bien simplemente para salir a alguna que otra rueda de prensa, pero no se ve realmente un liderazgo en materia de seguridad por su parte”, comentó.
En lo que respecta a los aciertos, Rosanía resaltó algunas capturas del Tren de Aragua que, a su juicio, no solo es porque sea un éxito de la Secretaría de Seguridad, sino que es un tema más de Policía Nacional en una lucha contra el crimen organizado.
“Más allá de algunas capturas, no veo cuál sea un gran acierto en materia de seguridad hasta el momento. Pasado ya el primer año, se prometieron muchas cosas en campaña y a hoy no se ven los resultados”, puntualizó.
Un territorio inseguro
Por último, Andrés Nieto, exsubsecretario de Seguridad y Convivencia y docente en la Universidad Central, explicó que la especialización de las bandas delincuenciales, especialmente después de una pandemia, genera retos constantes, pero sobre todo nuevas dinámicas delictivas que hacen que no sea fácil tener un programa eterno, una actividad constante, sino que requiere también esas nuevas formas de intervención en los territorios.
Para ello, en el caso de Bogotá, el experto resaltó tres cosas positivas y tres cosas que deberían mejorarse o prestarse la atención en 2025.
Cosas positivas:
- La dotación a la Fuerza Pública, las nuevas motos que se entregaron, todo el tema logístico de movilidad y por supuesto de acción en los espacios para que ellos tengan las mejores condiciones para trabajar. Muy bien hecho por parte de Bogotá.
- La asistencia integral a la denuncia: el grupo AIDE, uno de los grupos pioneros en el país que busca acercar a la ciudadanía a estos temas de denuncia. Sabemos que desde la creación de la plataforma Denunciar, autónomamente cada ciudadano podría establecer la denuncia por internet, pero el lenguaje, los tiempos y el manejo del sistema no son tan fáciles y por eso este grupo se resalta.
- Los resultados contundentes en la disminución de las tipologías de hurtos, como a personas, urbanas, bicicletas, celulares, motocicletas, automotores, comercio, que era uno de los grandes dolores de cabeza de la ciudad. No haber logrado antes la reducción de hurtos y que este año sí se haya logrado, es uno de los grandes resultados, sobre todo en la tipología de hurto a personas.
Cosas negativas:
- El homicidio, las muertes violentas, que además en el estándar internacional para medir qué tan seguro o inseguro es un territorio, deja un reto bastante grande. Con más de 100 casos y un aumento del 11 % respecto al mismo periodo del año pasado, definitivamente se requiere un plan específico para el homicidio que logre controlar los sicariatos, el ajuste de cuentas entre las bandas que se han golpeado, pero también el homicidio social, es decir, el tema que es comunitario entre familiares, conocidos, amigos, riñas, lesiones personales, etcétera.
- Lo segundo es el tema de extorsión y aquí hay una dualidad, porque hoy tenemos más denuncias por males de extorsión, con un aumento de más del 70 %. Aquí hay que esclarecer que el Gaula ha hecho un trabajo maravilloso de acompañamiento a los comerciantes y que puede que ese aumento en la extorsión esté ligado a que están confiando más en la denuncia, sobre todo porque logran explicar que la mayoría de estos casos, más del 60 %, son llamadas que vienen desde cárceles.
- Por último, está el tema de violencia intrafamiliar y delitos sexual, que presenta un aumento muy fuerte y que requiere atención porque son delitos que no se pueden trabajar con planes en espacio público, porque son intramurales, ocurren dentro de las casas.
“Sin duda alguna, en un orden transversal, el gran problema hoy, no solo en Bogotá, sino en todo el país, sigue siendo la justicia y es que de nada sirven los planes, la focalización, el trabajo maravilloso que hace la Policía, si de cada 10 capturas, 7 quedan en libertad en menos de 72 horas, por diferentes situaciones. Esto lo que termina es especializando el crimen, pero además dejando un sinsabor en la ciudadanía, porque siente que la justicia no funciona”, concluyó Nieto.