Recuperan miles hectáreas ocupadas por paramilitares | El Nuevo Siglo
Fiscalía
Jueves, 26 de Julio de 2018
Redacción Nacional

No menos de 23 mil hectáreas de tierras, una superficie más grande que Barranquilla, fueron decomisadas a presuntos testaferros de paramilitares.

Los predios, con una extensión de 23.274 hectáreas, servirán "para garantizar la reparación integral de las víctimas" del conflicto armado, indicó el ente acusador en un comunicado.

Los territorios están ubicados en el departamento del Meta, una zona disputada durante años a sangre y fuego por las desmovilizadas Auc y la guerrilla por su posición estratégica para el tráfico de droga.

En siete meses fue identificado y verificado en el área lo que durante una década se convirtió en el ‘fortín’ territorial del bloque Centauros, en cabeza de Miguel Arroyave y Daniel Rendón Herrera, alias ‘Don Mario’, donde se concertó la salida de cocaína desde los Llanos Orientales, fueron planeadas masacres y los integrantes de la agrupación recibieron entrenamiento.

El señalado ‘fortín’ estaba conformado por 23.274 hectáreas que comprendían la unión de varios predios en el centro del departamento de Meta, en los municipios de El Dorado, San Martín y Puerto Concordia; una vasta zona que supera en área la superficie de ciudades como Bucaramanga, Barranquilla o Armenia, y desde hoy queda a disposición del Estado.

De las 23.274 hectáreas, 18.000 tienen características de bienes baldíos de propiedad y uso exclusivo del Estado, y habrían sido tituladas entre amigos, testaferros y familiares de los cabecillas paramilitares, fueron tecnificadas y explotadas para diferentes actividades agropecuarias. Las otras 5.274 hectáreas fueron compradas entre 1999 y 2006, traspasadas y englobadas entre sí para dar la apariencia de un solo bien.

La Fiscalía solicitó medidas cautelares de embargo sobre cerca de 2.000 de las hectáreas recuperadas, 3.422 más quedaron a cargo de la Unidad de Restitución de Tierras y sobre ellas hubo 10 presuntos reclamantes falsos. Las demás hectáreas están a disposición de la Agencia Nacional de Tierras.

La Fiscalía contactó a 70 personas que aparecían como propietarios o vendedores de las hectáreas que hicieron parte del ‘fortín’ del bloque centauros de las AUC. En las entrevistas, un pequeño grupo de personas aceptó que actuó consciente y entregó sus predios a enviados de Miguel Arroyave y alias ‘Don Mario’, que pagaron por encima de los valores comerciales.

Por el lado de los compradores, indicaron que fueron citados en cafeterías y parques, y allí firmaron papeles de compra venta y las escrituras de miles de hectáreas, a cambio de $10’000.000. Todos los bienes aparecen registrados, las escrituras ingresaron a las oficinas de instrumentos públicos sin contratiempos y quienes figuran como titulares nunca conocieron las tierras que supuestamente les pertenecían ni supieron la cantidad exacta que les fue escriturada.

El Santuario o Guamerú, en San Martín (Meta), uno de los predios que ocupa la mayor parte de las 18.000 hectáreas con características de baldíos, habría sido adquirido por $200’000.000 que, supuestamente, tenía guardados el comprador “bajo el colchón”; así lo manifestó a los investigadores. La Superintendencia de Notariado y Registro certificó que se trataría de un bien del Estado, del que empezaron a tomar posesión irregularmente desde 1993, con 15 anotaciones de compra y venta hasta 2007.

 

La Casa Roja

En la vereda La Meseta, en El Dorado (Meta), alias ‘Don Mario’ desplegaba su accionar sobre la región del Alto Ariari, desde una casa de techo rojo, con nueve dormitorios e igual número de baños con tinas y algunos lujos.

Según la Fiscalía, a la llamada Casa Roja ingresaban narcotraficantes que llegaban a cumplir con el denominado impuesto al gramaje que exigía el bloque centauros para garantizar la salida de cocaína y custodiar los laboratorios de producción del estupefaciente. La vivienda también era frecuentada por personas que acudían a celebraciones íntimas que Daniel Rendón Herrera organizaba con regular frecuencia.

En el recorrido de las casi 5.000 hectáreas que rodeaban la Casa Roja, la Fiscalía y los las Fuerzas Militares encontraron carreteras clandestinas pavimentadas, que sirvieron de ruta de escape para Don Mario, zonas de entrenamiento armado, alojamientos para hombres y una colina desde la que era posible divisar cualquier aproximación de las autoridades.