Una designación que también demoró el presidente electo Duque fue en Cultura, donde en días pasados nombró a la abogada Carmen Inés Vásquez. “He designado a Carmen Vásquez, una brillante líder y gestora pública de Buenaventura y el Pacífico, como ministra de Cultura. Su experiencia con las comunidades, formación y amor por las tradiciones culturales y minorías étnicas son vitales para promover nuestro folklore”, destacó Duque.
Vásquez nació en Buenaventura, es abogada de la Universidad Libre de Cali, con maestría en Derecho Administrativo, especialización en Relaciones Internacionales y Derecho Constitucional.
Se desempeñó como Ministra Plenipotenciaria de la Misión de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y como Viceministra para la Participación e Igualdad de Derechos del Ministerio del Interior, entre otros cargos.
La designación de Vásquez fue recibida con agrado por varios sectores. El exministro del Interior, Juan Fernando Cristo, dijo que “acierta Iván Duque con la designación de Carmen Vásquez como ministra de Cultura. Seria, capaz, comprometida con el territorio y sus comunidades”.
No obstante el sociólogo Fabián Sanabria, consultado por EL NUEVO SIGLO, indicó que “es la cuota de las etnias o la cuota de la diferencia, y es muy triste que se entienda así el Ministerio de Cultura, tan triste como que se entienda que es el Ministerio del folklore. La palabrita me repugna profundamente porque está mandada a recoger en todos los debates internacionales sobre la administración de la cultura conjugada en plural en los distintos países y gobiernos de occidente”.
Añadió que “entonces cuando el presidente Duque dice que nombra a la Ministra para que engalane el folklore (además hay que engalanarlo), pues es patético. Es como que se siente primero el folklore y segundo no es digno, entonces toca engalanarlo. Es como la cuota, pero la cuota del folklore, lo cual se me hace patético para un Ministerio de Cultura. La cultura es lo más importante en un país, debería entenderse como todas las manifestaciones tanto formales como informales de la cultura conjugada en plural, y no necesariamente tiene que ser una persona de conmiseración como para llenar un numerito y mostrarlo al mundo de que sí cumplimos con la diferencia”.
También se han escuchado críticas porque la representación de la población afrocolombiana en los distintos gobiernos no pasa de una cartera y por lo general es en Cultura, como se vio en la administración de Uribe con la designación de Paula Marcela Moreno.
En este sentido, el sociólogo Sanabria consideró que “en el otro gobierno tuvieron al Ministro del Medio Ambiente, podrían tener un Ministro del Interior, de Hacienda, indígena o afrodescendiente, pero no necesariamente a Cultura”.
Añadió también que en Cultura hay ministros que han puesto la vara muy alto. “Ramiro Osorio lo hizo muy bien cuando fue el primer ministro y sin duda alguna el legado de Mariana Garcés es muy difícil de superar. Eso hay que saberlo, es una señora que conoce el sector a fondo”.