Ante la propuesta de los alcaldes capitales en torno a modificar el Código Penal y sancionar a los delincuentes reincidentes, Hugo Acero, quien manejó la seguridad en la administración de Antanas Mockus, señaló que no hay cárcel pa´ tanta gente.
Mientras los partidos políticos se mueven en el Congreso para que sea una realidad el proyecto de ley que pone en ‘cintura’ a los delincuentes, el experto en seguridad indica que es sensata la iniciativa, pero que solo a condición de acompañar esta política con presupuestos ciertos y con planes realistas para ampliar la capacidad de los establecimientos carcelarios en los centros urbanos o fuera de ellos.
“Las cárceles y los sitios de reclusión temporal en las URI no dan abasto. Si a esto se suma el anuncio del alcalde Peñalosa de modificar el Código Penal para sancionar con cárcel a más gente, es urgente la ampliación de la capacidad de estos establecimientos. Todos los ciudadanos están de acuerdo en que quienes cometen delitos deben ser sancionados de manera ejemplar, y en que a eso deben dedicarse las autoridades judiciales”.
En este sentido, los organismos de control han denunciado el hacinamiento en el establecimiento penitenciario y carcelario de mediana seguridad, la Veeduría Distrital ha hechos varios llamados de atención sobre el grave problema del hacinamiento de las cárceles, las Unidades de Reacción Inmediata (URI), de la UPJ y del Centro de Atención Especializada.
Para la Personería las Unidades de Reacción Inmediata (URI) pueden albergar a máximo 40 personas, pero en promedio tienen en total cerca de 340, pero 247 de ellas deberían estar en las cárceles.
Para el ministerio Público Distrital, hay muchos anuncios pero ninguna solución a la grave situación de hacinamiento que viven las cinco URI de la capital.
El Ente de Control encontró que en la URI de Paloquemao-Usaquén, en las celdas del CTI adecuadas para máximo 25 personas, había 50 detenidos cuando hizo las pesquisas. Fuera de ellas hay más de 23 personas más, ubicadas en pequeños pasadizos de acceso a los baños. Allí se encuentran durmiendo en el piso, sin ventilación ni comida, e irónicamente sin baño, pues estos están cerrados para evitar fugas. En el lugar realizan las necesidades en botellas o en cajas.
La mayoría está allí debido a que en las cárceles no hay cupo para recibirla, pues 62 de ellos ya tienen medida de aseguramiento. Algunas veces ingresan habitantes de calle sin asearse, lo cual hace insoportable el lugar, situación que, unida a las precarias condiciones de ventilación, aumentan el riesgo de enfermedades. De hecho, explican los funcionarios de Paloquemao, son frecuentes las enfermedades virales y las incapacidades por la situación que se vive.
También en Paloquemao, como en todas las URI de la ciudad, permanece una serie de agentes de policía, a veces en proporción de hasta dos por detenido cuidando los sindicados o condenados, cuando esa labor de custodia es del Inpec. De esa forma, se descuida la labor de prevención y vigilancia en la ciudad.
En la URI de Puente Aranda hay 92 detenidos con medida de aseguramiento y 20 pendientes de resolver su situación. En Ciudad Bolívar están 39 con medida y 15 pendientes. En Kennedy hay 54 con medida y 6 pendientes.
En general, en las URI la Personería encontró que en esos lugares transitorios de retención, en las que una persona no puede permanecer durante más de 36 horas, pues no cuentan con camas, alimentación, baños ni mínimas condiciones de permanencia, se encuentran ciudadanos recluidos desde hace más de tres semanas, lo cual ha generado gravísimas condiciones de salubridad y seguridad.
Aunque esta evaluación de la personería se hizo hace un tiempo, la realidad es que las estaciones de policía, las URI y las cárceles tienen un hacinamiento incontrolable.