Los sentimientos defensivos del entorno local en Cataluña, que en diversos aspectos son legales, influyen, según el grado, en distintas direcciones, moderadas unas, centristas otras y también de extrema, sobre los políticos inmersos en el localismo enfermizo que proclama que nada es mejor que Cataluña y que nada debe estar por encima de Cataluña, en lo económico ni en lo político, y por lo mismo deben avanzar al abismo del separatismo.