Una vez más la seguridad vial en Colombia está bajo la lupa. La muerte de trece personas que viajaban en un autobús que cayó a un precipicio en zona rural del municipio de Tangua (Nariño), el pasado viernes, no solo enluta a muchas familias, sino que revive la polémica sobre los riesgos que rodean el transporte de pasajeros en estas zonas de alta montaña.
Los primeros reportes de las autoridades daban cuenta de que el vehículo perdió el control en una pendiente, impactó con una barrera metálica de protección y rodó al abismo, dejando el saldo fatal ya señalado, así como una treintena de heridos.
Así las cosas, el 2025 empezó muy mal en cuanto a tranquilidad en el tránsito. Serán las autoridades especializadas las que determinen las causas de este grave accidente y qué correctivos se deben tomar para evitar que ocurran hechos similares, sobre todo en el suroccidente del país, en donde, lamentablemente, suelen ser frecuentes las emergencias con los buses que cubren rutas regionales e intermunicipales.
Lamentablemente este tipo de siniestros eclipsan las cifras alentadoras con que cerró el 2024 en materia de reducción de accidentes en las carreteras. Según las estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, entre enero y noviembre del año pasado se registraron 7.396 personas fallecidas por este tipo de sucesos en el país. Un avance si se tiene en cuenta que fueron 180 vidas perdidas menos que en el mismo periodo de 2023. Aun así, es claro que urge reducir sustancialmente el saldo fatal.
De hecho, en diciembre los reportes de la Policía sobre accidentes en las vías también fueron esperanzadores, toda vez que se evidenció una disminución del 21 % en decesos, lo que implicó 164 víctimas mortales menos que en el mismo mes de 2023.
Es imperativo que para este puente festivo de Reyes, que comenzó ayer y que marca el fin de las festividades navideñas y de cambio de año, se redoble la vigilancia de las autoridades en las carreteras, así como en las terminales de transporte. Urge multiplicar retenes, campañas de concientización a conductores, pasajeros, motociclistas, peatones y ciclistas. Hay que blindar la operación retorno.
Aunque todos los actores viales deben mantener las alertas prendidas, los motociclistas son los que más preocupan. De hecho, en los primeros once meses del año pasado representaron el 61,5 % de los fallecimientos, seguidos por los peatones con un 22,2 %.