Uno de los hechos destacados de la primera vuelta presidencial, a finales de mayo pasado, fue una leve disminución en la abstención, con 45,72%, mientras que en igual etapa en 2018 llegó al 46,62%. Se esperaría que en la segunda vuelta, el próximo domingo, entre Rodolfo Hernández y Gustavo Petro, este fenómeno electoral se reduzca aún más, según el histórico. Sin embargo, la marcada atipicidad de estos comicios hace bastante incierto determinar cuál sería el comportamiento. 

En la primera vuelta presidencial este año, con un censo de 39.002. 239 ciudadanos, se registraron 21.173.842 de votos válidos, 20.808.065 por los seis candidatos que participaron y 365.777 en blanco.

Algunos expertos consultados consideran que en la segunda vuelta podría crecer el voto en blanco por efecto de que, en la semana anterior, se incrementó la guerra verbal entre Rodolfo Hernández y Gustavo Petro; así como porque se conocieron unas grabaciones obtenidas de manera subrepticia de conversaciones de la campaña de este último, en las que dirigentes como Roy Barreras planeaban estrategias para anular políticamente a los demás candidatos, enfatizando sus debilidades o aprovechando señalamientos en su contra.

La directora de la Misión de Observación Electoral (MOE), Alejandra Barrios, indicó a EL NUEVO SIGLO que es toda una incógnita lo que pueda suceder con la abstención este domingo, pues hay dos situaciones para tener en cuenta: “Volvemos a tener día festivo, ese es un aspecto que ojalá la gente no haya sentido que con la primera vuelta cumplió y que en la segunda vuelta se tome el festivo”.

En segundo lugar, dijo la experta, el tono de las campañas, sobre todo en la semana pasada, que podría generar en los ciudadanos dos efectos, uno “el de movilizarse para tomar una decisión porque consideren que es mejor votar en blanco, porque creo lo que podría terminar siendo fenómeno es el voto en blanco, debido a que en primera vuelta no se había hablado de voto en blanco con la fuerza con que se ha hecho en esta segunda vuelta”.

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Y en segundo lugar, que “aquellas personas que consideran que el voto en blanco al no tener un efecto jurídico sería inútil, y no logren la comprensión de que el voto en blanco también tiene efectos políticos, tomen la decisión entonces de quedarse en casa”. 

Consideró la Directora Ejecutiva de la MOE que finalmente la participación en las urnas y el peso que puede tener el voto en blanco en la segunda vuelta lo va a definir la forma como se desarrolle la campaña esta semana. “Si tenemos una campaña mucho más propositiva, posiblemente eso genere que los ciudadanos reconozcan en el proceso de votación un mecanismo de solución pacífica de diferencias y no otro escenario de confrontación”.

Por su parte, el politólogo Jorge Luis Yarce Tamayo dijo a este Medio que “hay sensación de inconformidad sobre los dos candidatos en disputa; hay sectores, sobre todo a la derecha, que no se sienten plenamente identificados con ninguna de las dos opciones y probablemente opten por votar en blanco o no votar”.

Señaló el politólogo que “esperaría ver un crecimiento en la abstención y un crecimiento en el voto en blanco”. 

Aumentaría participación

Mientras que César Caballero Reinoso, gerente general de Cifras y Conceptos, indicó a este Diario que “lo que estamos previendo es que normalmente en una votación estrecha, cuando hay una cosa tan competitiva como la que vamos a tener, entre primera y segunda vuelta hay un aumento de la votación”. 

Agregó el analista que “eso ocurrió en el 98 cuando se enfrentaron Pastrana y Serpa, y también sucedió en la segunda vuelta de 2014 con Santos y Óscar Iván Zuluaga. Es decir, si las encuestas dicen que hay una cosa cerrada, en ese momento la participación aumenta”. 

Concluyó Caballero Reinoso que en “el escenario en el que nos estamos moviendo es que probablemente va a haber un aumento de participación”.