Con libertad de Uribe en el horizonte, aguas en el CD se calman | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 9 de Septiembre de 2020
Redacción Política

Se empiezan a tranquilizar las aguas al interior del Centro Democrático, partido que venía evaluando afanosamente las líneas de acción desde que su máximo líder y referente político cayó en detención domiciliaria.

EL NUEVO SIGLO indagó con varios dirigentes y parlamentarios de la colectividad respecto de qué se está definiendo para el futuro inmediato del uribismo, sobre todo en torno a si habrá un reacomodamiento de liderazgos y vocerías que permitan tratar de llenar el espacio que tenían los pronunciamientos diarios, sobre todo a través de redes sociales, del exmandatario. Para nadie es un secreto que el principal medio de comunicación del uribismo es la cuenta de Twitter de Álvaro Uribe.

Según un dirigente de esas toldas la situación ha cambiado en las últimas semanas, acorde con la forma en que ha evolucionado el proceso contra el exmandatario. “… Hace un mes la situación era más complicada y el panorama más oscuro porque Uribe seguía bajo la órbita de una Corte con alto sesgo político y con múltiples anomalías en su contra… Hoy la situación es diferente porque el proceso pasó a la Fiscalía y allá sí vemos garantías de debido proceso, e incluso consideramos que están dadas las condiciones para que el expresidente pueda recobrar su libertad en los próximos días”, dijo una alta fuente uribista.

Esta última posibilidad, aunque depende de lo que defina un juez de garantías ante el que la defensa debe presentar la respectiva solicitud, según ya lo dejó claro el fiscal encargado del caso, Gabriel Jaimes, ha impactado los procesos que se venían desarrollando al interior del uribismo para definir temas como un cambio en la dirección del partido.

Como se sabe, tras la detención de Uribe algunos sectores del Centro Democrático consideraron que debería dar un paso al costado la directora del partido, Nubia Stella Martínez, y que ese cargo fuera ocupado por un dirigente político con mayor peso específico y representatividad política a nivel nacional.

Sin embargo, esta posibilidad no se concretó por dos razones básicas, según ha trascendido. De un lado, que Uribe ha respaldado la permanencia de Martínez, pese incluso a que ha sido mencionada dentro del escándalo de la llamada 'ñeñepolítica'. Y de otro, que los nombres que se alcanzaron a vislumbrar para tomar las riendas del partido, como los del excandidato Oscar Iván Zuluaga o los hoy ministros de Defensa e Interior, Carlos Holmes Trujillo y Alicia Arango, respectivamente, no le jalaron a esta eventualidad.

“Los nombres que se alcanzaron a vislumbrar para tomar las riendas del partido, como los del excandidato Oscar Iván Zuluaga o los hoy ministros Carlos Holmes Trujillo y Alicia Arango no le jalaron”

Es más, en el caso de Zuluaga y Trujillo se sabe que sus allegados políticos les recomendaron no asumir la dirección del partido ya que eso podría significarles un desgaste innecesario e incluso un tempranero descarte a sus cantadas aspiraciones presidenciales para 2022.

En ese mismo sentido, el viernes pasado, cuando trascendió que Arango había presentado renuncia al cargo y que su intención era ser enviada a una representación diplomática en Ginebra (Suiza), hubo voces en el uribismo que se sorprendieron ante esa eventualidad, porque esperaban que si ella daba un paso al costado lo haría para ir a asumir un cargo importante en el Centro Democrático en estos difíciles momentos.

Como se sabe, en horas de la tarde de ese mismo día se indicó que el presidente Iván Duque habría hablado con Arango y la convenció de seguir en la cartera política, sobre todo ahora que la prioridad legislativa es impulsar los proyectos para la reactivación productiva pospandemia.

Otras movidas

Lo cierto es que en las canteras del Centro Democrático la posibilidad de que Uribe recupere prontamente su libertad ha calmado las aguas que se habían alborotado tras su captura y la incertidumbre sobre su inmediato futuro jurídico y político.

Como se recuerda, la necesidad de llenar el amplio espacio del expresidente en el partido y ante la opinión pública llevó a que en cuestión de días se determinara que uno de sus hijos, Tomás, entrara al Comité Estratégico de la colectividad. Aunque dijo que no estaba buscando cargos ni ser candidato a nada, de inmediato en los corrillos políticos hubo quienes empezaron hablar de que podía ser, incluso, la cabeza de lista al Senado el 2022, en caso de que para entonces la suerte jurídica de su padre siguiera en vilo.

“Aquí, como en todos los partidos, ya hay mucha gente pensando en las elecciones de 2022 y mal contados tenemos entre cinco o seis posibles precandidatos presidenciales, que ya están empezando a revisar el terreno y que hicieron del injusto apresamiento de Uribe la pista de despegue, disimulada pero evidente para muchos al interior del partido, de sus intenciones para un proceso de selección de candidato único que a mediados del próximo año ya debe empezar a tomar cuerpo, tal como ocurrió en 2017”, dijo a EL NUEVO SIGLO otro dirigente uribista, que pidió la reserva de su nombre.

“El partido tiene un presidente con más del 60% de popularidad en las encuestas a 18 meses de citas en las urnas”

Pero también hay otros temas en los que el Centro Democrático se está empezando a mover con fuerza. Por ejemplo, es palpable que la colectividad siguió al pie de la letra las indicaciones de la Casa de Nariño respecto a las elecciones del Defensor del Pueblo, Procuradora y magistrado de la Corte Constitucional, al tiempo que tiene todas las antenas prendidas frente a la designación de la nueva o nuevo Ministro de Justicia así como sobre la terna que integre Duque para el remplazo de Carlos Bernal en la Corte Constitucional. “Aquí se ha jugado mucha política y el Centro Democrático ha movido fichas clave”, dijo la misma fuente.

De igual manera, en el tema del sucesor a sucesora de Margarita Cabello (procuradora electa) en la cartera de Justicia, el uribismo está muy interesado por lo que ello signifique para la propuesta del expresidente Uribe en torno a convocar un referendo mediante el cual se pueda reformar la justicia, disminuir el tamaño del Congreso o crear una renta básica mensual para los adultos mayores.

Aunque es muy difícil que Duque se lance de frente a apoyar un referendo cuando a él le quedan menos de dos años de gobierno y su prioridad, obviamente, es atender la pandemia y arrancar el proceso de reactivación económica, para nadie es un secreto que el uribismo sí quiere seguir impulsando esta propuesta, porque le podría mover mucha política en los próximos meses, precisamente cuando empiece a tomar forma la campaña para las parlamentarias y presidenciales de 2022, que ya están a 18 meses de realizarse, así la opinión pública no lo vea tan inminente.

Confianza

Según algunos analistas políticos, en el uribismo hay quienes consideran que la posibilidad de continuar siendo el partido mayoritario en el Congreso e incluso de mantener a uno de los suyos en la Casa de Nariño “está más viva que nunca”. Se piensa así no solo por el amplio apoyo que ha recibido Uribe en medio de su difícil momento judicial (obviamente atizado por el clima de polarización pro o antiFarc o pro o antiPetro), sino porque valoran en alto grado que Duque mantiene hoy niveles de aprobación por encima del 60% en las encuestas, pese a que a finales del año pasado había caído por debajo del 30%.

“En el uribismo hay quienes consideran que la posibilidad de continuar siendo el partido mayoritario en el Congreso e incluso de mantener a uno de los suyos en la Casa de Nariño ‘está más viva que nunca’”

Es más, mientras algunos dirigentes y parlamentarios del Centro Democrático consideran lesivo para la imagen del partido y su discurso político el pico de violencia, masacres y asesinatos que se registra en varias zonas del país, otros son de la tesis de que, precisamente, la opinión pública está buscando partidos que siempre han propuesto mano dura contra la criminalidad y cero posibilidad de procesos de paz que impliquen altos grados de impunidad.

Como se ve, las aguas empiezan a retornar a su cauce en el Centro Democrático e incluso el eco que hace algunas semanas alcanzaron a ganar los sectores más radicales se empieza a debilitar. Como se dijo, una era la perspectiva de un Uribe preso por largos meses y otra muy distinta la posibilidad de que recupere su libertad en pocos días o semanas y retome las riendas públicas y vocería de la colectividad.