El nuevo flanco de debate que abrió este fin de semana el presidente Gustavo Petro en torno a la ya no convocatoria de una constituyente sino de un referendo constitucional, generó un alud de reacciones en el país político. Muchos advierten que el mandatario cada tanto ha venido cambiando su fórmula para hacer las reformas, debido a que afirma que el Congreso supuestamente no las quiere llevar a cabo, pero hoy no es claro qué es lo que tiene en mente realizar en esta materia.
El Gobierno presentó desde el principio un nutrido paquete de reformas al Congreso, las principales la de salud, la pensional y la laboral. Sin embargo, debido a los problemas que han tenido para avanzar en su trámite por falta de consenso con las diferentes fuerzas políticas y la polémica por los profundos cambios que plantean, el presidente Petro ha pedido en repetidas ocasiones a la ciudadanía manifestarse en las calles en defensa de estas iniciativas y también en el cabildo abierto, que es uno de los mecanismos de participación popular que contempla la Constitución.
Sin embargo, al presidente no le ha funcionado este llamado como él esperaba, pues las marchas que ha convocado, así como lo han hecho sus sectores políticos y sociales afines, han mostrado en su mayoría una participación inferior en comparación con las que ha realizado la oposición.
El pasado 15 de marzo el jefe de Estado dijo en un acto público en Cali que “si las instituciones que hoy tenemos en Colombia no son capaces de estar a la altura de las reformas sociales que el pueblo, a través de su voto, decretó, demandó y mandó y ordenó, entonces no es el pueblo el que se va arrodillado hacia su casa derrotado. Son las transformaciones de esas instituciones las que se tienen que presentar; no es el pueblo el que se va, es la institución la que cambia”.
Agregó que “si esta posibilidad de que un gobierno electo popularmente en medio de este Estado y bajo la Constitución de Colombia no puede aplicar la Constitución porque lo rodean para no aplicarla y le impiden, entonces Colombia tiene que ir a una Asamblea Nacional Constituyente”.
El mandatario sostuvo en esa oportunidad que “el proceso constituyente convocado no es ni para cambiar la Constitución del 91 ni para perpetuarme en el poder”.
La mayoría de sectores políticos y económicos rechazaron de entrada la constituyente, porque "la Constitución vigente hoy en día en Colombia permite adelantar todas las reformas y desarrollos sociales que requiere nuestra sociedad”, según dijo el Consejo Gremial. Sin embargo, algunos líderes, como el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, expresaron "tomémosle la palabra al señor presidente y arranquemos a darle respaldo a una constituyente. A ver, midamos fuerzas”.
Pero el mandatario advirtió que no se trata de una constituyente con la clase política, sino con el pueblo, lo que generó un gran debate porque esto no está contemplado en la ley.
El referendo
El pasado sábado el presidente Petro dijo en Cali, en la quinta jornada de Gobierno con los Barrios Populares, que “los invito, señores de la oligarquía colombiana, del establecimiento o como quieran llamarlos, de la clase política tradicional, a un acuerdo nacional para las reformas sociales de Colombia, para la construcción de una verdadera democracia. Acuerdo nacional que si lo logramos debe llevarse a referendo popular, a través del referendo constitucional en Colombia, para que el pueblo diga sí o no”.
En tanto que ayer dio nuevas explicaciones sobre lo que se propone hacer, al responder una pregunta del exministro de Comercio Industria y Turismo Luis Guillermo Plata, quien en la red X dijo que “si no vamos a cambiar la Constitución, ¿entonces para qué es la constituyente?”.
Petro señaló al respecto que “el poder constituyente, que no necesariamente es una constituyente, es para llevar a canon constitucional el acuerdo nacional que no se contempló en 1991 y que tiene que ver al menos con estos puntos que hice públicos: 1. La concreción del Acuerdo de Paz en materia de reforma agraria, transformación territorial y verdad. 2. La adaptación del país a la crisis climática. 3. El nuevo ordenamiento territorial y la priorización de la inversión pública en el agua potable y el saneamiento ambiental. 4. La reforma política y de la justicia. 5. Las garantías inmediatas a los derechos universales a la salud, la pensión y la educación pública gratuita. 6. El estatuto del trabajo. 7. El perdón social después de la verdad, la reparación y las garantías de no repetición para obtener una paz duradera. Además de otros temas que la sociedad sugiera”.
Explicó que “el poder constituyente es permitir que la sociedad se exprese y decida ella misma a través de asamblea constituyente, constitucional o referendo constituyente, etc. Las fuerzas políticas y sociales pueden y deben participar en las definiciones de estos puntos”.
Reacciones
Para Juan Camilo Restrepo, “la credibilidad de la palabra presidencial se ha degradado a niveles insospechados”, pues manifestó el exministro conservador que “primero dijo que no convocaría una asamblea constituyente; después que sí lo haría; y ahora sale con el anuncio de que lo que promoverá será un referendo constitucional”, sin hacer “claridad si dicho referendo se convocará respetando el procedimiento previsto en la Carta del 91 o al margen de ella”.
Restrepo señaló también que “hoy, por ejemplo, sale (Petro) con una lista de siete generalidades, todas las cuales pueden desarrollarse –o ya están desarrolladas– por la Constitución del 91. Su nuevo temario es el fruto de la ofuscación, no de una reflexión serena como corresponde a un jefe de Estado. La Carta del 91 es el telón de fondo de sus frustraciones, pero ciertamente no es la causa de ellas”.
Considera el exministro que “su discurso constitucional suena más como una amenaza ofuscada contra el Congreso si no le aprueba a pie juntillas todas las reformas propuestas o imaginadas, que como el fruto de una reflexión constitucional madura”.
El abogado constitucionalista Juan Manuel Charry también se ha manifestado sobre los anuncios de Petro en este sentido, entre otras señalando: “No, presidente, no se trata de constituyente, como tampoco de obstáculos a los cambios por parte de las oligarquías. Se trata de los controles propios del Estado de derecho que han operado en oportunidades anteriores”.
Mientras que el senador Miguel Uribe Turbay se pronunció sobre el apoyo que manifestó el cabecilla de la Segunda Marquetalia, alias ‘Iván Márquez’, a la constituyente de Petro.
“El apoyo de ‘Iván Márquez’ a la constituyente deja ver su peligro y confirma una vez más que para resolver los problemas del país no se requiere una nueva Constitución, se necesita un buen presidente. La constituyente de Petro está hecha a la medida de los criminales, terroristas y bandidos. Son ellos los que quieren cambiar la Constitución para aferrarse al poder y recibir impunidad total”, sostuvo el parlamentario uribista.