LOS PROBLEMAS que ha tenido el presidente Petro y su gobierno posiblemente le pasarán factura en las elecciones regionales y locales del próximo domingo, en las que podrían recibir una verdadera paliza tanto el petrismo como los aliados políticos del jefe de Estado, según el prestigioso medio inglés The Economist en su editorial ayer.
“Es probable que el 29 de octubre los aliados del presidente se enfrenten a una paliza en las elecciones locales. Se prevé que los candidatos de su partido perderán en las grandes ciudades, incluida Bogotá. Esto será una humillación para Petro, quien fue alcalde de la capital de 2012 a 2015”, sostuvo el medio.
En la publicación calificaron al Presidente de “impuntual” e “impopular”, esto por sus llegadas tarde o inasistencia en múltiples oportunidades a eventos públicos.
"El primer presidente de Colombia declaradamente de izquierda se retrasó en votar por sí mismo en las elecciones presidenciales del año pasado (dejó su identificación en casa). El 24 de octubre continuó esa tradición aterrizando en China ocho meses después de haber declarado un viaje inminente", señala The Economist.
El Medio también hizo referencia al aumento de la desaprobación de los colombianos al manejo que ha tenido Petro con el país.
“Petro es profundamente impopular. Su índice de aprobación se ha desplomado de cerca del 60% en agosto de 2022 a la mitad en octubre de este año. Esto no es raro para los presidentes colombianos, que tienden a obtener menos del 50% de las encuestas durante la mayor parte de sus mandatos. «Lo que hay que notar es lo rápida y pronunciada que fue la caída»”, dice Andrés Mejía Vergnaud, consultor político, cita el medio internacional.
En otro apartado, señaló la publicación que “el presidente tuvo un buen comienzo, formando un gobierno de coalición moderado, lleno de ministros experimentados. Superaron una reforma fiscal en un tiempo récord. Negociaron con los ganaderos para redistribuir tierras entre los pobres de las zonas rurales y crearon un plan de paz para poner fin al conflicto interno que ha atormentado al país durante décadas. Los aliados, aunque desconfiados de sus proyectos de ley más radicales, acordaron respaldar versiones más moderadas”.
The Economist también hizo referencia al momento en el que hubo un primer remezón ministerial, donde salieron varios funcionarios, entre ellos el titular de la cartera de Salud, Alejandro Gaviria, por oponerse a la reforma a la salud.
“Luego se volvió dogmático y llenó el nuevo gabinete de izquierdistas. Ha intentado gobernar mediante decreto de emergencia, pero el tribunal constitucional puede revocar sus actos”, agregó el medio.
Hizo mención sobre el manejo que ha tenido Petro con la política internacional. “El enfoque inconexo de Petro hacia la política exterior no ayuda. Tomemos como ejemplo a China. El país podría ampliar los puertos de Colombia, construir carreteras por el interior y proporcionar inversiones para energías renovables. En cambio, antes de reunirse con Xi Jinping, el líder de China, Petro indicó que su prioridad era hablar sobre el metro de Bogotá”.
Los escándalos
The Economist expuso que los escándalos han afectado al Gobierno y le han restado credibilidad al presidente Petro.
En esto el Medio se refirió al hecho de que la entonces niñera del hijo de Laura Sarabia, que por esos días era la jefe del gabinete, fue llevada al polígrafo por personal de la Casa de Nariño para indagarla por la pérdida de un maletín con una millonaria de suma de dinero de la casa de la funcionaria.
“Todo comenzó en mayo cuando la jefa de gabinete de Petro, Laura Sarabia, acusó a la niñera de sus hijos de robar dinero. La obligó a someterse a una prueba de polígrafo y la agencia de inteligencia de Colombia intervino ilegalmente su teléfono. Ese fue un mal aspecto para un gobierno elegido para ayudar a los pobres”, dijo The Economist.
Agregó la reconocida publicación que “luego, Nicolás Petro, hijo del presidente y diputado regional, fue arrestado acusado de recibir dinero del narcotráfico a cambio de favores políticos. Petro ‘hijo’ admitió haber solicitado sobornos para la campaña presidencial de su padre, pero dijo que su padre no lo sabía y que se había quedado con el dinero. Petro negó toda participación. Los casos siguen abiertos”.