Hoy se sientan miembros del Gobierno, los diferentes gremios y representantes de las centrales obreras para empezar la negociación de lo que será el reajuste del salario mínimo para el 2023, una discusión que siempre por esta época del año se convierte en el centro de atención de diferentes sectores del país, cada uno con diferentes expectativas.
En el contexto de la discusión sobre el aumento del salario mínimo, Fedesarrollo ha puesto sobre la mesa su propuesta de aumento con base en las estimaciones de la inflación al cierre de 2022 y el crecimiento de la productividad. De acuerdo con el director ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, “la suma de una inflación esperada para 2022 de 12,3% y un estimativo de crecimiento de la productividad total de los factores de 1,2% indican que técnicamente el salario mínimo debería aumentar un 13,5% en 2023”.
Indica Mejía que "en el contexto de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales se debe tener en cuenta: la importante desaceleración del crecimiento económico para el próximo año, que pasará de crecer 7,7% en 2022 a 1,5% en 2023; la alta incidencia de la informalidad laboral en el total nacional, que continúa cerca del 60% de la población ocupada; la alta tasa de desempleo que, a pesar de un crecimiento de la actividad económica cercano al 9% en 2021 y 2022, continúa en promedio por encima del 11%; y que cerca de la mitad de los ocupados en Colombia tienen ingresos inferiores a un salario mínimo".
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Otros puntos de vista
Francisco Maltés, presidente de la CUT, le dijo a EL NUEVO SIGLO que la reunión de hoy es para empezar a discutir todo lo que tiene que ver con el informe del DANE sobre productividad. “Vamos a plantear en esencia que la productividad que se debe tener en cuenta para el incremento salarial debe ser la de la fuerza de trabajo, no de todos los factores, una discusión que tenemos eterna con el Gobierno”.
Explicó que sin tener los datos de inflación de noviembre es muy complicado llegar con una cifra concreta para empezar a negociar. “Lo que vamos a insistir es en una política que permita mantener el poder adquisitivo de los salarios”.
Acerca de lo que propondrán, Maltés afirmó: “Vamos a plantear que hay que revisar a la baja las tarifas de energía que han crecido el 67% aproximadamente. Que hay que revisar la fórmula que permite calcular el precio del kilovatio. Vamos a plantear rebajar el precio de los medicamentos, pues pagamos más caro que en Estados Unidos y que Europa. Se debe revisar a la baja la tasa de interés que autoriza la Superfinanciera, que hoy le da el visto bueno a una tasa de interés del 38% en consumo, tres veces la inflación, eso no es posible”.
Por su parte, Stefano Farné, director del Observatorio del Mercado Laboral, de la Universidad Externado de Colombia, en conversación con este diario dijo que los empresarios llegan preocupados para que no haya un incremento muy importante. “El salario mínimo por ley y de acuerdo con la Corte Constitucional debe terminar creciendo la inflación del año, más la productividad, ¿el tema es cuántos son esos puntos adicionales?”, explicó.
“Yo creo que este año a los empresarios les resulta difícil reconocer cualquier punto adicional a inflación más productividad, y los trabajadores querrán algún punto adicional”, añadió.
“Me parece una negociación difícil de prever y muy confusa. También hay que conocer la posición del Gobierno, que puede perder si hay un incremento del salario mínimo muy alto, empezando por el pago de pensiones, que es una carga muy alta para el Estado, y habría que sacar más plata del presupuesto”, sostuvo.