Estupor causó este viernes en el país que una proporción muy importante de representantes a la Cámara, en el debate de votación de la moción de censura contra la renunciada ministra de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Karen Abudinen, se limitara a contestar lista al inicio de la sesión pero luego no se inclinara por el Sí o por el No.
De esta forma, pese a que la Cámara está compuesta por 170 parlamentarios activos, solo votaron por el Sí a la moción 56 y 30 lo hicieron por el No. El resto de los representantes registrados no se pronunció al momento en que fue llamado a hacerlo. Incluso, al menos otros 30 dejaron de asistir a la sesión.
De esta forma, Abudinen se salvó de esta sanción política que se impulsaba en su contra por el escándalo del contrato de $1,2 billones firmado con la Unión Temporal Centros Poblados, que fue objeto de caducidad hace tres semanas por haber presentado garantías bancarias falsas, a lo que se sumó que se le entregó un anticipo de $70 mil millones, el cual no ha sido reembolsado.
Como se sabe, ya la Fiscalía, Contraloría y la Procuraduría adelantan sendas investigaciones al respecto, mediando ya embargos precautelativos. De hecho, esta última entidad no solo le abrió investigación formal disciplinaria a Abudinen esta semana sino que entabló una acción popular con miras a recuperar el anticipo.
La Cámara de Representantes está integrada actualmente por 170 parlamentarios, tras la renuncia hace dos días de Edwin Ballesteros y la vacancia de otra curul por silla vacía.
Como se dijo, la moción no progresó ya que se necesitaban 85 votos, es decir, la mayoría absoluta para llegar al umbral legal en el que esta figura de control político se hace efectiva. Hasta ahora, desde su creación en la Constitución de 1991, no se ha aplicado a ningún ministro. Los pocos que estuvieron en riesgo de ser sancionados en los últimos gobiernos y el actual, renunciaron antes.
De haber votado la totalidad de los representantes a la Cámara, el país habría podido saber cuántos lo hacían por el Sí y cuántos por el No. Pero una proporción importante, como se dijo, prefirió evadir esa responsabilidad y no comprometerse en ningún sentido.
Bajo esta perspectiva la exministra Abudinen, quien oficializó su renuncia el jueves en la tarde luego de que el presidente Duque le pidiera su dimisión en la mañana de ese mismo día, no fue motivo de moción de censura, pero el oficialismo gubernamental dejó una sombra de duda sobre su conducta. Para algunos analistas, si los grupos favorables al Gobierno no querían censurar a la exministra, bien pudieron haberlo hecho votando No.
No obstante, en lugar de hacerlo así, prefirieron no votar, evadiendo la responsabilidad de tomar una decisión, en uno u otro sentido.
Durán, encargado
De otro lado, como ministro de las TIC encargado fue designado ayer Iván Durán, actual viceministro de Transformación Digital. Esto mientras el presidente Duque decide quién será el reemplazo definitivo de Abudinen.
Durán es economista de la Universidad Nacional, máster en Ciencias Económicas y en Investigación Aplicada en Economía. Así mismo, cuenta con un doctorado en Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona (España).
También fue Director de Desarrollo Digital del Departamento Nacional de Planeación (PND), donde previamente se había desempeñado como subdirector de Prospectiva Digital y Asesor de la Dirección de Desarrollo Digital.
En ese orden de ideas, el presidente Duque está analizando las opciones para que ocupen de manera definitiva el cargo. De acuerdo con fuentes cercanas a la Presidencia, se estaría pensando en una mujer para no desequilibrar la denominada Ley de Cuotas.