El partido que fue en su momento el de gobierno, hoy, al parecer padece de una desbandada que podría dejarlo por fuera de los principales cargos que se elegirán en octubre
El Partido Social de Unidad Nacional (La U), que en su momento apoyó la reelección de Uribe y las dos elecciones de Santos, al parecer va en picada.
Síntoma de esto es lo que sucedió con la lista al Concejo de Bogotá, que solo hasta el último día logró llenar los 45 renglones disponibles, pues hasta el miércoles de la semana pasada solo había 26 candidatos.
Eso no es todo. En Bogotá solo dos concejales, de los cinco que hicieron parte de la lista en 2015, se volvieron a presentar por La U (Rubén Darío Torrado y David Ballén), lo que deja a la colectividad sin la mayoría de sus votos en Bogotá.
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En aquel entonces Nelly Patricia Mosquera, quien actualmente se desempeña como presidenta del Concejo, logró 21.198 votos seguida de Ricardo Andrés Correa (16.227 votos). Es decir que, con las cifras de la pasada elección, el fortín de La U solo tendría los votos de Torrado (15.021) y Ballén (13.945 votos). Cabe anotar que estas cifras no aseguran nada, pues la votación puede cambiar según el desempeño de los cabildantes durante su gestión.
Ese no es el único escenario en el que La U se ha visto en ascuas. En la lucha por la Gobernación de Córdoba, por ejemplo, pese a actualmente tener a Sandra Patricia Devia como mandataria encargada luego de la salida de Edwin Besaile, el partido no presentó candidato. A última hora decidió no entregar aval ni coaval a candidato alguno, luego de los escándalos en los que se ha visto involucrado.
Otro escenario es el de Cartagena, donde pese a las denuncias la colectividad presentó como candidata a la Alcaldía a Yolanda Wong, lo que generó divisiones internas, pues ya la Red de Veedurías ciudadanas había anunciado una demanda, ya que supuestamente, Wong firmó contratos millonarios en su condición de alcaldesa encargada de la ciudad, y lo hizo un año antes de las elecciones, lo que supondría su inhabilidad.
“La hoy candidata a la Alcaldía de Cartagena, Yolanda Wong, claramente está inhabilitada. Firmó contratos millonarios, benefició a contratistas de diferentes sectores y hoy –a menos de un año de haber firmado estos actos administrativos que claramente beneficiaron a terceros y que además están siendo investigados por la Procuraduría General de la Nación, la Fiscalía General de la Nación y la Contraloría General por aparentes desvíos de recursos– tiene la desfachatez de presentarse como candidata a la Alcaldía de Cartagena. Este hecho sin duda genera un desgaste administrativo y un detrimento patrimonial que no podemos dejar pasar”, dijo Pablo Bustos, director de la Red.
En Antioquia los votos de La U se encuentran divididos entre Aníbal Gaviria y Andrés Guerra, el primero avalado junto al Partido Liberal. Sin embargo, algunos senadores como Juan Felipe Lemos han respaldado a Guerra y solicitó a la dirección nacional del partido que le permitieran la objeción de conciencia para sumarse al candidato.
El panorama no se ve bien para el partido en estas elecciones pese a que en los comicios de 2015 lograron elegir a dos gobernadores, esta vez, la mayoría de candidatos avalados por esa colectividad van en coalición con otros partidos lo que les quitaría representación. Según una fuente al interior del partido, esta vez La U no presentó candidatos a gobernaciones sin coaval.
Sin embargo, la directiva del partido continúa negando una posible extinción de la colectividad. Su presidente, Aurelio Iragorri, sostuvo en enero que es normal el desgaste tras 14 años en el poder.
“En las pasada elecciones vaticinaban que nos iba a ir muy mal, pero quedamos prácticamente empatados con los partidos Conservador, Liberal y Cambio Radical. Decían que íbamos a sacar cinco senadores y tenemos 14. El Centro Democrático tiene 19, Cambio Radical 16 y le seguimos con 14 los liberales y nosotros. Pero en las elecciones presidenciales quedamos fracturados”, dijo entonces.
No todo está perdido
Para Carlos Arias, docente de la Maestría de Comunicación Política de la Universidad Externado, La U no se va a acabar, “pero ellos se suman al fenómeno de los conservadores. Se transforman y mutan según las necesidades electorales. Eso significa que este fenómeno de buscar coaliciones era lo que necesitaban para montarse en el poder regional. Así como el Centro Democrático ha sacrificado candidatos para ganar, La U se monta en el bus que los pueda llevar a la victoria”.
Según Arias, hay fractura al interior de la colectividad, “pero esto demuestra una debilidad institucional e ideológica que atraviesan todos los partidos. Este fenómeno no es exclusivo, sino un síndrome de los partidos en Colombia, donde no importa la ideología sino la estructura. Lo que confirma la situación particular de La U es que hoy no tiene una cabeza visible. Hoy no es Santos ni Uribe. Se convirtió en una cantidad de varones electorales que le permitan repartirse burocráticamente la torta cuando ganen”.
En ese sentido, Yann Basset, director del observatorio de Procesos Electorales de la Universidad del Rosario, sostuvo que “el año pasado la colectividad sufrió un revés porque era el partido del presidente Santos. Pero, hay que mirarlo con un enfoque más amplio, en las regiones hay todavía lugares donde tiene mucho apoyo, en la Costa Caribe, por ejemplo. Yo creo que ya no es la gran maquinaria que fue en otra época, pero todavía tiene algo de peso y es muy difícil que desaparezca porque quienes van al Concejo o a otros cargos no pueden cambiarse de partido tan fácil”.
Así mismo, sostuvo que la estrategia del partido “es unirse con el que va a ganar, es un partido creado desde el Congreso por los congresistas, lleno de caciques con fuerte arraigo regional. Se caracteriza más por esa fuerza que por un proyecto ideológico particular. De hecho, han estado con Uribe, con Santos y ahora con Duque, esto demuestra su poco arraigo ideológico”.
Viviana Clavijo, consultora política de la empresa Con-propósito, expresó que “el problema de los partidos de corte personalista, como La U, es que tienden a morir en cuanto va saliendo su dirigencia. Es un movimiento personalista que se articuló con Uribe, siguió con Santos y en este momento, habiendo colonizado el Centro Democrático el aspecto del uribismo y los santistas organizándose en otras fuerzas, terminó siendo una fábrica de avales”.
Clavijo consideró que tal vez el partido sobreviva a las próximas elecciones “pero con el corte personalista que tiene, puede irse agotando poco a poco. En este momento en el ámbito regional no se escucha con una presencia sólida”.