
LA MAYOR afectación en la crisis de seguridad del país está en el Catatumbo, en la ventana con Venezuela, pero también es complicada en la mayoría de la línea fronteriza, como con Panamá por el paso de migrantes por la selva del Darién, y con Ecuador por el narcotráfico y la entrada de armas. Las Fuerzas Armadas han llevado tropas en la medida de sus posibilidades.
Frente a esta situación, algunos proponen ajustar la Ley de Fronteras, mientras otros piensan que lo mejor es trabajar de la mano con las autoridades de los países vecinos.
En el año 2021 se aprobó la Ley 2135, que establece un régimen especial para los departamentos fronterizos y sus municipios, con el propósito de fomentar en ellos un desarrollo integral y diferenciado.
La norma contempla un régimen especial para estas zonas en materia económica y de combustibles, entre otros, así como les da la posibilidad a los ministerios y demás entidades de la rama ejecutiva del nivel nacional de establecer planes estratégicos de desarrollo e Integración fronteriza.
Sin embargo, se han escuchado voces que piden reformar la Ley de Fronteras para que además del énfasis económico y de desarrollo, contemple un componente de seguridad para poder afrontar conflictividades como la que se presenta en la zona común frontera con Venezuela, afectada por el narcotráfico, la extorsión y el paso constante del Eln y las disidencias hacia ese país.
Por la crisis humanitaria y de seguridad que hay en el Catatumbo por los enfrentamientos entre el Eln y las disidencias, que han dejado más de 60 muertos y no menos de 60 mil desplazados, el Gobierno decretó la conmoción interior para esa región, lo que le permite adoptar medidas rápidas y extraordinarias para atender las necesidades más inmediatas de la población, a mediano y largo plazo para el desarrollo, y en el momento actual costear las operaciones militares en la zona contra los grupos armados llevando más tropa y equipos de combate.
Esto último ha llevado a algunos a proponer ajustar la Ley de Fronteras, por ejemplo, que permita crear un fondo de seguridad con los recursos para atender situaciones similares a la hoy acontecida en el Catatumbo.
Expresan opiniones
EL NUEVO SIGLO consultó sobre la materia. La representante por Santander Tatiana Sánchez Pinto, integrante de la Comisión Segunda, célula que entre los temas que le competen están las fronteras, dijo: "Considero que es importante revisar a fondo cuáles son las estrategias que va a implementar el Gobierno nacional frente a la crisis de inseguridad que está viviendo el país, tanto interna como en materia fronteriza”.
Añadió la parlamentaria de la Liga de Gobernantes Anticorrupción que se debe analizar la necesidad o no de ajustar la Ley de Fronteras, “dada la emergencia por la situación del conflicto que está viviendo Colombia y por la crisis que permea a los países vecinos, porque para nadie es de desconocimiento que lo del Eln con siete bases ubicadas en Venezuela ha venido afectando la mesa de diálogo y ha generado un conflicto en el país”.
Indicó Sánchez que “es un tema muy sensible que se tendría que trabajar desde la Cancillería, por supuesto revisándose también desde el Congreso para mirar los alcances de una actualización de la Ley fronteriza”. Agregó que “hay que hacer un análisis sobre de qué le ha servido esa ley a Colombia, cuáles han sido los compromisos de los países y cómo podríamos en esa modificación establecer unos acuerdos sin que se rompa el marco internacional de los acuerdos comerciales y otros tratados que Colombia ha consignado”.
Mientras que Enrique Prieto Ríos, profesor asociado de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario y director del grupo de investigación en Derecho Internacional, dijo a este diario que “las fronteras a nivel mundial son espacios dinámicos y fluidos, y como tales, cualquier desarrollo tanto nacional como internacional debe reflejar eso. Por ejemplo, la medida que se adoptó durante el gobierno del presidente Duque de cerrar la frontera es una respuesta no adecuada, porque eso le entregó a la criminalidad el paso fronterizo”.
Añadió el especialista que en el caso de Colombia al ser parte de Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos y de la Comunidad Andina de Naciones, “se podría usar estos espacios de trabajo con países vecinos para generar unos planes fronterizos bilaterales. Por ejemplo, en educación esto existe, el Parlamento Andino está liderando un proyecto que permita que los países pongan recursos en un lugar común que permita educación bilateral especialmente en zonas selváticas, donde, por ejemplo, si usted está en Colombia, es más fácil llegar a Ecuador para tomar educación”.
Agregó Prieto que Colombia podría buscar trabajar con los vecinos para fortalecer la cooperación económica “para dar una respuesta al orden público, porque al final son grupos criminales y la pregunta es por qué la gente se une a los grupos criminales, y hay muchas razones incluyendo necesidades económicas en las zonas fronterizas”.
Dijo también que Colombia puede buscar trabajar para mejorar la seguridad de sus fronteras con el apoyo de la ONU, “porque Venezuela es miembro de la ONU, Perú es miembro, Ecuador, Brasil. Entonces cómo podríamos usar esas instancias que nos dan estos organismos multilaterales para repensar ese apoyo”.
Finalmente, el académico fue claro en que “uno puede cambiar la ley a nivel nacional, pero eso no va a tener impacto ninguno si no se trabaja con los vecinos. Eso es un tema que toca trabajar a nivel de países con apoyo bilateral”.
Mientras que el senador Ariel Ávila, conocedor de temas de seguridad y conflicto interno, dijo a este periódico que “la frontera colombiana tiene desde hace varios años una crisis de seguridad, económica, social, por el tema de trata de personas, y muchas de ellas tienen una crisis política, porque a algunos departamentos les han echado sus líderes políticos a la cárcel, en el caso del Arauca el poder político del Eln”.
Agregó el congresista que “hay una Ley de Fronteras, hay una serie de distritos fronterizos especiales y hay unas medidas adicionales a la Ley de Fronteras, pero nada de eso ha servido, todo es muy inoperante”.
Consideró Ávila que “el reto que tiene el país es poder crear una estrategia fronteriza, no solo en seguridad, sino sobre todo en materia económica y social”. Añadió: “Creo que mucho se puede hacer sin necesidad de modificar la Ley de Fronteras”.
De su lado, el mayor general (r) José Forero Montealegre, presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en Retiro de las Fuerzas Militares de Colombia, dijo a este medio que básicamente el problema fronterizo es que la cultura de la ilegalidad ha hecho carrera.
“La cultura de ilegalidad en el Catatumbo, en el Putumayo, en Nariño, en la misma frontera con Panamá, el cruce ilegal de los migrantes, todo esto ha llevado a que, como son dineros que fácilmente se pueden conseguir, entonces, la gente ha ido generando esa cultura, y se sabe que entrelazar familias en frontera es muy fácil, porque la divide un río o una línea imaginaria, pero ya el lazo de sangre, las costumbres, es un tema muy complicado de manejar”.
Forero concluyó que “los pasos fronterizos se manejan con diplomacia, no con bota militar o con bota policial”.