A raíz de la coyuntura derivada por la llegada del Covid-19 a Bogotá y al país, la Administración Distrital de Claudia López tuvo que solicitar el cupo de endeudamiento más alto que un Gobierno Distrital ha pedido al Concejo: $10,79 billones.
Este cupo, cuyo tránsito inicial fue, hasta cierto punto accidentado puesto que al primer proyecto de Acuerdo no le alcanzaron los tiempos para que se pudiera estudiar y tuvo que ser radicado nuevamente, su estudio arrancó esta semana, con una exposición detallada por parte de la Administración Distrital, de los montos contemplados en el mismo.
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Eso quiere decir que el Concejo ya está ad portas de escuchar las dos ponencias, ambas positivas con modificaciones. No obstante, y con las aclaraciones del Distrito despachadas, ¿ya se despejaron las dudas en el Concejo?, ¿ya tienen claro los cabildantes a dónde y a razón de qué se van a financiar los recursos del cupo?
Pues bien, EL NUEVO SIGLO habló con concejales de diferentes bancadas y la mayoría de ellos manifestaron dos preocupaciones claras; la primera es que algunos rubros corresponden a gastos recurrentes; y la segunda está orientada al hecho de que varias de las obras a las cuales se destinarán recursos, son proyectos que ni siquiera están en etapa de diseño.
“Este cupo tiene proyecto que sí, incentivan la reactivación económica y son muy buenos, pero hay otros que no tienen nada que ver con la reactivación, y que incluye obras que comienzan hasta el 2023. También se han incluido proyectos que en realidad son gastos recurrentes como contratación de personal y un cupo no es para eso”, le dijo a este Diario la concejala Liberal y ponente del proyecto, Sara Castellanos, quien citó el articulo dos de la Ley 358 de 1997, el cual explica la función y finalidad de un cupo de endeudamiento.
“Este artículo dice claramente que las operaciones de crédito público deben destinarse únicamente a financiar gastos de inversión. Todo el monto del cupo debe ser para esos gastos y no para solventar gastos recurrentes como contratación de personal, mantenimiento y funcionamiento. Si nosotros sacamos estos proyectos del cupo y los pasamos por vigencias futuras, en menos de tres años se podrían pagar dichos gastos, pero si permitimos que pasen en el cupo proyectos como la compra de equipos electrónicos (un proyecto de la Secretaría de integración Social), estaríamos pagando equipos por un periodo de 13 años”, añadió la cabildante Castellanos.
“Este artículo dice claramente que las operaciones de crédito público deben destinarse únicamente a financiar gastos de inversión. Todo el monto del cupo debe ser para esos gastos y no para solventar gastos recurrentes como contratación de personal, mantenimiento y funcionamiento. Si nosotros sacamos estos proyectos del cupo y los pasamos por vigencias futuras, en menos de tres años se podrían pagar dichos gastos, pero si permitimos que pasen en el cupo proyectos como la compra de equipos electrónicos (un proyecto de la Secretaría de integración Social), estaríamos pagando equipos por un periodo de 13 años”, añadió la cabildante Castellanos.
Y con relación a las obras, la concejala ponente dijo que la Administración está solicitando recursos para obras que no tienen ni estudios ni diseños, como el del corredor verde por la carrera Séptima. “Para este proyecto se está pidiendo el 20% del cupo, $2,2 billones. La Administración puede pedir otro monto en uno o dos años cuando ya tengan diseños. No me opongo a ese proyecto pero no ya y no por cupo”.
Obras a largo plazo deben sacarse
Precisamente con relación a las obras, el concejal de Colombia Justa y Libres, Emel Rojas, dijo que indiscutiblemente el mecanismo de endeudamiento es el idóneo para la ciudad, “pero no nos parece que obras que no tienen ni estudios ni diseños, vayan a ser financiadas con este cupo, cuando su ejecución será por lo menos a tres años. Lo que busca el cupo es la reactivación económica”, le dijo a este Medio el concejal, quien fue claro en advertir que no va a ser fácil llegar a un acuerdo en el Concejo y una de esas razones será precisamente por las obras que en él se contemplan.
“Las obras que están financiadas para dentro de dos a tres años ocupan entre $2,5 y $3 billones y deberían excluirse de este cupo. Lo que necesitamos ahora es ejecución inmediata y el endeudamiento debe ser para esas obras inmediatas”, puntualizó Rojas.
Específicamente frente a esta obra, el concejal del Polo, Carlos Carrillo, dijo que frente a este proyecto no se conoce un solo diseño, “y mientras discutimos el cupo de endeudamiento, ni siquiera tenemos un dibujito de qué es el corredor verde. Puede que ese proyecto ni siquiera se construya entonces, ¿Qué sentido tiene meter $2 billones, que además es un presupuesto que se asigna a Transmilenio? Ese corredor es una irresponsabilidad”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el concejal Carrillo.
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Adicionalmente, el cabildante añadió que precisamente por esto lo correcto sería bajar el cupo, él cree que la ponencia de Sara Castellanos lo va a bajar, “pero yo no veo que estén los votos en la Comisión de Hacienda para que pase. Y a plenaria solo pasa lo que salga de Hacienda”.
Por su parte, el concejal del Centro Democrático, Andrés Forero, aclaró que un cupo sí se necesita, pero se deben aprobar los recursos para las obras dirigidas a la reactivación económica, es decir para aquellas que inicien en el año 2020-2021.
“Las que están para el 2022-2023 yo creo que no se deben aprobar ya. Te pongo un ejemplo: frente al corredor verde, la misma Administración dijo que esta obra está en un estado muy preliminar de estudios y conceptualización. Estamos lejos de saber qué va a ser; no sabemos el modo de transporte que va a tener ese corredor. Yo creo que hay que descontarle por lo menos $3 billones al cupo por concepto de estas obras, pues son obras que iniciarían en el 2022 y 2023”, le dijo a este Diario el Concejal.
Un cupo de endeudamiento necesario
Por su parte, el concejal de la Alianza Verde, Diego Cancino, le dijo a este Medio que la explicación que dieron las secretarías fue robusta, y de acuerdo con él, este cupo y su monto son necesarios, pues Bogotá necesita rubros públicos, “y esos recursos no se van a dar por ingresos tributarios porque la gente va a disminuir sus ingresos”.
Adicionalmente, si bien el concejal reconoció que muchos de los gastos son recurrentes, “Yo me pregunto, ¿de dónde vamos a sacar la plata? La Administración también tiene que cubrir los gastos recurrentes de la ciudad y no tenemos cómo porque no vamos a tener ingresos tributarios. Bogotá es la única ciudad de Colombia que depende de sus ingresos tributarios, estos van a bajar y tenemos capacidad de endeudamiento y de responder a esa deuda”, le dijo a este Medio el cabildante Cancino.
Finalmente, la concejala también ponente, Marisol Gómez, dijo que seguramente hay dudas frente a los gastos recurrentes que no son gastos de inversión, “pero yo me ratifico en que este es un cupo excepcional para un momento, entre comillas “excepcional”, que debe tener un control político excepcional. Por eso yo en mi ponencia voy a dejar, como lo dejé en mi primera ponencia, que los informes de la Alcaldía al Concejo sobre el uso y el impacto económico y social sobre el empleo del cupo debe ser semestralmente y no anualmente”, le dijo a EL NUEVO SIGLO la cabildante de Bogotá para la gente.