Son muchas las consideraciones que se alegan para que no se concrete una eventual confluencia entre los sectores políticos de Gustavo Petro y Sergio Fajardo, pero el tema de fondo es que ninguno ceja en su objetivo de mejorar el desempeño electoral en mayo de 2018, cuando el exalcalde bogotano pasó a segunda vuelta y el antioqueño, que quedó tercero con muy alta votación, no lo apoyó para la segunda, hecho al que aún hoy el senador de Colombia Humana adjudica en gran parte su derrota frente a Iván Duque.

Tomando nota de las lecciones aprendidas, Fajardo calcula que esta vez sí podría superar a Petro y pasar a segunda vuelta, en tanto que el senador de izquierda está seguro de que, como mínimo, repetirá en 2022 lo hecho en 2018.

Sin embargo, en el centro de ese pulso quedó la Alianza Verde, en cuyo interior hay un sector que está cómodo con la participación del partido en la llamada “coalición de la esperanza” (también conocida como la de centro o fajardista), mientras otro aboga por confluir con el denominado “pacto histórico” que lidera Petro.

Las aguas han estado muy movidas en este pulso. El viernes pasado, por ejemplo, la cúpula de la Alianza Verde, integrada por directivos, congresistas y representantes regionales, se reunió de manera virtual para revisar los avances en la construcción de la coalición. Al final emitió una declaración aprobada por unanimidad en la que, entre otros puntos, anunció que “promoveremos el respaldo de todos los sectores alternativos y otros demócratas a la candidatura de unidad en segunda vuelta”.

Esa decisión, al tenor de no pocos analistas, resultó ser una especie de solución intermedia entre quienes preferían que ambos candidatos fueran una sola consulta interpartidista en marzo de 2022 y quienes querían dejar que Fajardo llegara directo a la primera vuelta y luego, dependiendo lo que pasara en las urnas, se determinara si existía voluntad y margen para una confluencia política y electoral de la izquierda y la centroizquierda.

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Decisiones

Tras el comunicado de los verdes, en el que queda claro que le reiteran el portazo a crear una alianza antes de la primera vuelta, Petro tuiteó visiblemente inconforme: “creo que para mitigar el daño que las mayorías de la dirección del Partido Verde le hace a una convergencia democrática que cambie a Colombia, sus bases deben tomar la decisión de incorporarse a los comités del Pacto Histórico en todos los municipios del país”. A ello replicó el representante verde Inti Asprilla (que ha tenido posturas a favor de la alianza): “Comprendo la desazón que genera la decisión de no ir juntos en primera vuelta, pues yo tampoco la comparto. Sin embargo, la propuesta de hacer un pacto previo para la segunda vuelta implica un avance importante respecto al 2018, sobre la que debemos dialogar”.

Fajardo también trinó este fin de semana, afirmando que con él están “personas con diferentes recorridos. Nos unen unos principios éticos, la forma de entender la política, la democracia y la sociedad. Queremos ser una plataforma que convoque a muchas personas para formar una fuerza por fuera de los extremos”, añadiendo que “el ejercicio que estamos haciendo es ejemplar y demuestra cómo entre diferentes podemos construir. El 22 de abril vamos a presentar cómo vamos a llegar al Congreso y definir quién nos representará en las elecciones presidenciales”.

El viernes también los verdes reiteraron que sus precandidatos presidenciales continúan siendo los senadores Sandra Ortiz, Iván Marulanda, Antonio Sanguino y Jorge Londoño, así como los exgobernadores Camilo Romero y Carlos Amaya. Aunque en principio se descartó que Fajardo pudiera incluirse en esa baraja, en el comunicado del viernes se señaló que “acogeremos a los precandidatos(as) y organizaciones políticas de la Coalición de la Esperanza que quieran hacer parte de nuestro partido”, con lo que una vez más abre la puerta a que, por ejemplo, militantes de Compromiso Ciudadano integren las listas verdes al Congreso, como pasó en 2018 con la actual representante vallecaucana Catalina Ortiz y el senador Marulanda, de clara matrícula fajardista.

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Fajardo y Petro

En la coalición de “centro”, con Fajardo han confluido personalidades sin partido como la representante Ángela María Robledo (que fue fórmula vicepresidencial de Petro y luego se divorció de Colombia Humana), el exsenador Juan Manuel Galán, el exministro Juan Fernando Cristo, el exvicepresidente Humberto de la Calle (estos tres de origen liberal pero alejados del oficialismo), así como el senador exPolo Jorge Enrique Robledo, hoy del partido Dignidad. A ellos se sumará el aspirante verde que sea designado como candidato único de la colectividad.

Este bloque se presenta como una corriente política que quiere convertirse en alternativa a las posiciones de la centroderecha, pero distanciándose al mismo tiempo de los postulados enarbolados por la que consideran izquierda radical de Petro, a quien, además, señalan de que en lugar de tender puentes de entendimiento ha trazado una táctica de polarización que los margina.

En sus redes sociales, Fajardo ha reiterado frente a no querer una alianza con Petro que “podemos ser diferentes sin ser enemigos. Podemos enfrentarnos, pero con respeto, con reconocimiento, con solidaridad, con empatía. Los medios justifican el fin y no al revés. Debemos buscar una convergencia por fuera de los extremos”.

A su turno, en torno a Petro se han unido siete movimientos políticos (Colombia Humana, Unión Patriótica-Partido Comunista, Polo Democrático, Movimiento Alternativo Indígena y Social -MAIS-, Partido del Trabajo de Colombia, Unidad Democrática y Todos Somos Colombia). Todos buscan hacer una consulta popular interpartidista en marzo de 2022 para la que ya están definidos, además del exalcalde bogotano, Alexander López (Polo) y Roy Barreras, ex La U y hoy en las toldas petristas.

Ambos sectores (fajardistas y petristas) le han extendido invitación a la lideresa ambiental y candidata presidencial Francia Márquez, que acompañó a Petro en 2018, pero ella no se ha decidido por ninguno (y existe la posibilidad que no lo haga hasta la primera vuelta).

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Convergencia

Sobre su insistente intención de propiciar una convergencia entre los dos grupos, Asprilla ha expuesto que “he dicho que la derrota del fascismo criollo encarnada en el uribismo exige mucha madurez política y personal de nosotros”, calificando de “un error histórico de inmadurez parecido a la patria boba” el “no sentarse a intercambiar ideas entre los partidos de oposición al gobierno Duque”.

Pero, como se planteó al comienzo del informe, lo que separa a los dos sectores es el liderazgo que tienen en cada uno Petro y Fajardo, porque en casi todo lo demás están de acuerdo.

Para la muestra, dos botones. Aunque acompaña a Petro, hace mes y medio, el senador Iván Cepeda, del Polo Democrático, le dijo a EL NUEVO SIGLO que la conformación de esa coalición debería incluir “fuerzas muy diversas, desde el llamado centro, que incluye expresiones liberales, incluso sectores de la derecha democrática, pasando por fuerzas de centroizquierda y también de la izquierda”.

En la otra orilla, el exsenador Antonio Navarro, copresidente de la Alianza Verde, le dijo a este Diario por esos mismos días que “cada uno de los dos esfuerzos tiene su propia lógica y sus diferencias”, considerando que a "todos los alternativos y distintos de partidos tradicionales también hay que tenerlos en cuenta y avanzar en lo que se puede” y que “todos son nombres que buscan la alternativa para gobernar y con todos hay que conversar".