UNA DE las explicaciones que algunos dan a la crisis de seguridad en Ecuador por el crecimiento del narcotráfico y de las mafias, es que en 2009 se desmanteló la base antinarcóticos de Manta por la decisión del entonces presidente Rafael Correa de no renovar un acuerdo con Estados Unidos, que la operaba. Este Diario consultó al respecto la opinión de expertos.
La misión del Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL, por sus siglas en inglés), a cargo de militares estadounidenses, era detectar, controlar y rastrear aeronaves que realizaran actividades vinculadas al narcotráfico.
La presencia de los norteamericanos en la base militar ecuatoriana de Manta fue producto de un acuerdo que firmó en 1999 por 10 años el entonces presidente Jamil Mahuad con Estados Unidos, que les dio en concesión las instalaciones con ese propósito.
Sin embargo, Correa, quien siempre ha tenido una postura antinorteamericana, como presidente no renovó el convenio, pues en campaña anunció que devolvería a Ecuador el control de la base de Manta, alegando defender la soberanía.
Estados Unidos había llevado dicho Puesto de Operaciones Avanzadas contra el narcotráfico a la base de Manta, originalmente destinada a la Fuerza Aérea Ecuatoriana, porque en 1999 tuvo que entregar las instalaciones de la Base Howard, en Panamá, en el marco de los Acuerdos Torrijos - Carter para la devolución del Canal de Panamá.
Análisis de los hechos
Carlos Augusto Chacón Monsalve, director Académico en el Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga (ICP) y magíster en seguridad y defensa, coincide en que el desmantelamiento de la base de Manta para el control del narcotráfico facilitó la operación de las organizaciones criminales en la región y abrió la puerta al ingreso a Ecuador de carteles provenientes de Colombia y México, entre otros.
“No solo fue el desmantelamiento de la base de Manta, sino también la posición de Rafael Correa frente al tema de las drogas ilícitas y a la cooperación con Estados Unidos para enfrentar el narcotráfico. No hay que olvidar que desde el gobierno de Rafael Correa se flexibilizó toda la posición frente al tema de las drogas ilícitas. Eso llevó indudablemente a que Ecuador se convirtiera en un territorio muy atractivo para los grupos del crimen organizado transnacional”, explicó Chacón.
Agregó que “con el tema de las pandillas Correa básicamente las legalizó, las apoyó incluso hasta hacer una cooperativa, y una posición que desvió totalmente el foco respecto a la necesidad de desarrollar capacidades de las fuerzas militares, de la justicia, para combatir el narcotráfico con contundencia”.
Sostuvo que eso fue sentando los precedentes que llevaron a que en varios territorios del Ecuador los grupos criminales se fueran fortaleciendo, “y no hay que olvidar que durante el gobierno de Correa la guerrilla de las Farc tenía una presencia en ese territorio, tenía campamentos. Y en lugar ellos de hacer un esfuerzo por combatir a los grupos criminales colombianos, pues tenían una retórica bastante distinta que no se compadecía tampoco en las acciones de las fuerzas armadas ecuatorianas para enfrentar a estos grupos, lo que sin lugar a dudas llevó a lo que estamos viendo”.
¿Qué es?, explicó Chacón, que “los grupos se fortalecieran, se consolidaran en los territorios. Con dinámicas muy distintas: allá son sobre todo pandillas, que operan muchas de ellas controladas por carteles mexicanos, que hacen que esas estructuras sean franquicias y que hagan empezar a incrementar los niveles de violencia. Muchas de esas pandillas han subido la forma de ejercer la violencia descuartizando personas, colgándolas, con unos actos que no son solamente los que hemos visto recientemente en televisión, sino muy parecido a la forma de control territorial que usan los carteles mexicanos en México”.
Por su lado, Viviana Manrique, exviceministra del Interior y quien integró la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dijo que no tiene toda la información sobre la decisión de Correa de no renovar con Estados Unidos la operación de la base antinarcóticos en Manta. “Lo que sí tengo claro es cómo se ha acrecentado por varios factores externos la presencia de estos grupos en frontera”.
Referente a esos factores externos que en su opinión han llevado a la situación de crisis de seguridad que tiene hoy Ecuador, Manrique dijo que “desde que se iniciaron las conversaciones con el proceso de paz de La Habana, hubo un crecimiento inusitado de cultivos ilícitos en Colombia, y eso también generó un crecimiento en todo lo que tiene que ver con narcotráfico, producción de cocaína y eso cambió mucho las condiciones del mercado a nivel internacional”.
Añadió que en esa situación “entraron grupos distintos internacionales, el caso del fortalecimiento del ‘Clan del Golfo’, el Cártel de Sinaloa, y hay varios que han hecho que se diversifiquen también las rutas, y pues ahí la frontera del Ecuador ha tenido un papel relevante en todo lo que ha pasado en Colombia”.
Manrique también mencionó la incidencia que ha tenido “la suspensión de las fumigaciones, ese es otro aspecto que cambió radicalmente la situación de Colombia y que también facilitó el crecimiento del narcotráfico y que también impacta el Ecuador”.
Mientras que el académico Carlos Patiño, quien en sus líneas de investigación aborda los conflictos internacionales, coincide en que el desmantelamiento de la base antinarcóticos de Manta es una de las razones para la crisis de seguridad que hoy vive Ecuador.
Indicó que “no hay que caer en el error de decir que esto es similar a lo que Colombia vivió, porque Ecuador está frente a un desafío mucho más peligroso, en el sentido que la eliminación de la cooperación de Ecuador con Estados Unidos y la parálisis de herramientas, lo que han llevado es a que se fortalezca el crimen transnacional, y eso explica que ahora, además esté tan presente el cartel Jalisco Nueva Generación y el cártel de Sinaloa dentro de Ecuador, además del Comando Vermelho de Brasil y el Primer Comando de la Capital”.
Añadió Patiño que “lo que estamos viendo en Ecuador no es solo un fenómeno ecuatoriano, sino transnacional, que, además, involucra de manera directa a todo el suroccidente colombiano”.
Rosero: fue un error garrafal
El exembajador de Colombia en Ecuador, Manuel Enríquez Rosero, dijo a este Diario que “un poco de lo que está pasando en el Ecuador es que hoy se está cosechando lo que un día se sembró allá. El hecho de haber eliminado la base de Manta, que de alguna manera controló durante mucho tiempo el ingreso de todas estas bandas criminales de otros países, me parece que fue un error garrafal.