Su esperanza en que el gobierno demócrata de Joe Biden en Estados Unidos apoye la sustitución de cultivos ilícitos en Colombia, manifestó Eduardo Díaz Uribe, quien dirigió el programa PNIS en la administración Santos.

EL NUEVO SIGLO: En reciente informe la JIFE dice que a medida que la población mundial envejece, es más vulnerable al consumo de drogas, ¿cómo se puede explicar?

EDUARDO DÍAZ URIBE: Científicamente no sabría qué respuesta darle, pero el tema del consumo de drogas está asociado a problemas de salud, de distinto orden en salud mental, de soledad. Algo importante en mi opinión es abordar el tema desde la perspectiva de la salud pública, y no como se ha venido haciendo desde la perspectiva de la política criminal.

Eso muestra la importancia de cambiar la lógica de la política contra las drogas, como lo han propuesto varias misiones de carácter internacional, y es pasar de la guerra contra la droga a una lucha que busque abordar la problemática desde el punto de vista de la salud pública y del apoyo a los campesinos en la sustitución voluntaria, eso sí claro una persecución a las redes de narcotraficantes.

ENS: En Colombia ha crecido de forma importante el consumo en la población joven, no tanto en los adultos...

EDU: En Colombia ha crecido el consumo como en todas partes, pero el principal problema del país con las drogas es el narcotráfico. Y el narcotráfico son las bandas que se dedican a esta actividad, y no como lo ha querido hacer ver este Gobierno, los campesinos que cultivan.

Pues aquí lo que hay es que tenderles la mano, como lo estableció el Acuerdo de Paz, a los campesinos para sustituir, que han mostrado ser eficientes; abandonar estrategias equivocadas y que de antemano se sabe son equivocadas, como es el caso de la fumigación como estrategia para el control de la droga; y por supuesto una política de salud pública muy potente para los consumidores.

ENS: ¿Qué podría pasar si el Gobierno se reafirma en la erradicación y en reiniciar la fumigación aérea?

EDU: La sustitución voluntaria, según cifras del propio Gobierno y de las Naciones Unidas, muestra que en las 44 mil hectáreas que fueron sustituidas voluntariamente en el marco del Acuerdo de Paz, estrategia impulsada por el gobierno anterior, y hecha a regañadientes por éste, la resiembra es de menos del 1%; y en la erradicación forzosa y la fumigación la resiembra es del 75%.

Entonces qué va a pasar, pues primero se van a lograr unos objetivos de corto plazo que rápidamente se van a reversar por cuenta de la erradicación; segundo se va a confrontar a unas comunidades que se van a movilizar y que ya están siendo atacadas por los enemigos de la sustitución voluntaria, que son las redes de narcotraficantes y por eso las asesinan y persiguen.

Entonces colocan a las comunidades en el peor de los mundos. Por decirlo de alguna manera la estrategia de este Gobierno en esa materia es realmente torpe.

ENS: Por lo que ha mostrado hasta el momento Biden, no presionaría a Colombia para la fumigación aérea, ¿cree que esto daría pie a que apoye la sustitución?

EDU: Promueva quien promueva una estrategia de fumigación y erradicación como el camino para superar el tema de las drogas está equivocado, ahí lo que hay que promover es la sustitución. Esperaría contar con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos.

Quiero comentarle que por ejemplo durante el gobierno Trump el Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos no recibió apoyo del Gobierno de Estados Unidos, eso poco lo sabe el país. El Programa de Sustitución PNIS del gobierno anterior no recibió una moneda de a centavo de apoyo del Gobierno de Estados Unidos.

El gobierno de Trump promovió, impulsó, que se volviera restablecer la erradicación forzosa como principal estrategia y la fumigación, para eso sí tienen todo el dinero del mundo y han brindado apoyo.

Ahora esperaríamos que en el gobierno de Biden se tenga en cuenta que es mucho más inteligente trabajar de la mano de los campesinos que contra los campesinos, que a la vez también son víctimas de esta situación.

Entonces el punto ahí es cómo poder trabajar conjuntamente para superar esa situación construyendo un país en paz, y no agudizando el conflicto con unos campesinos que están en medio de la miseria, sin tierra y entre la espada y la pared porque quisieran no estar metidos en esa economía, pero en esos territorios tan aislados se ven, entre comillas, obligados a las buenas o las malas a vincularse a estas economías que no les dejan sino tristeza, miseria y pobreza, y riqueza a los grandes narcotraficantes