Sigue a la deriva control de violencia en balompié colombiano | El Nuevo Siglo
Diana Rubiano/El Nuevo Siglo
Viernes, 6 de Agosto de 2021
Redacción Política

SE HAN TOMADO MEDIDAS PERO EL PROBLEMA NO SE HA RESUELTO

Si bien la violencia en el balompié de nuestro país no se puede comparar en intensidad y consecuencias a la que se ha presentado en otras naciones como Inglaterra, Argentina y Brasil, es un flagelo que de cuando en cuando se sigue dando, afectando la convivencia en los estadios y lo peor, dejando heridos e inclusive muertos. Se han tomado medidas que hasta el momento no han rendido frutos completamente.

El más reciente caso se registró el pasado miércoles en el estadio El Campín de Bogotá, cuando barristas del Atlético Nacional invadieron la zona donde se ubicaban hinchas del Independiente Santa Fe, produciéndose enfrentamientos que inclusive se trasladaron de  las tribunas al campo de juego.

Los desórdenes fueron registrados por las cámaras de los medios y celulares, por lo cual se pudo ver una imagen que indignó al país, en donde un grupo de hinchas del Atlético Nacional golpean sin piedad con patadas, incluso en la cabeza, a un joven vestido con camiseta roja, quien estaba inerme en el suelo. 

Lo sucedido en El Campín es todavía más inexplicable porque hacía más de un año que no se permitía el ingreso de público debido a la pandemia, y cuando la alcaldesa Claudia López accedió a que volvieran los aficionados a las gradas, y con ello la alegría y el color, se produjeron estos bochornosos incidentes.

Tras estos hechos la Alcaldesa de Bogotá determinó que las barras del Atlético Nacional no podrán ingresar durante un año al estadio El Campín así como al de Techo. Una decisión parecida tomó la Alcaldía de Tunja en donde el próximo domingo juegan Atlético Nacional y Patriotas. No se permitirá  el ingreso de aficionados del equipo antioqueño.

Igualmente el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, anunció que la barra del Atlético Nacional con sede en Bogotá tampoco se le autorizará el ingreso al Atanasio Girardot.

Sin embargo esta es una medida de coyuntura que toman los alcaldes frente a un caso puntual, que si bien puede ayudar en algo, no resuelve el problema de fondo pues la violencia la generan no solo las barras bravas de Nacional.

También se han expedido normas para erradicar la violencia de los estadios, como es la Ley 1270 de 2009, la cual creó la Comisión Nacional de Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol, como organismo asesor del Gobierno Nacional en la materia.

En tanto que el Decreto 1007 del 2012 expidió el Estatuto del Aficionado al Fútbol en Colombia, el cual tiene como finalidad promover la seguridad, comodidad y convivencia en este deporte profesional y aficionado en el país, así como la protección de los derechos de los aficionados y el cumplimiento de sus deberes.



Este Decreto establece que los clubes organizadores de los partidos y las instituciones administradoras, propietarias o encargadas de los estadios, en coordinación con las autoridades, deben garantizar las condiciones de seguridad.

En cuanto a sanciones dicho Decreto establece que “el aficionado que incurra en conductas que atenten contra la seguridad, comodidad y convivencia en los escenarios deportivos, o con ocasión de los partidos de fútbol, será sancionado conforme a la ley”.

Hay que aplicar sanciones 

EL NUEVO SIGLO consultó a Carlos González Puche, quien fue futbolista profesional y actualmente es Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), sobre qué se puede hacer para borrar la violencia alrededor de este deporte. 

"Pues creo que dejar de hablar tanto y hacer cosas, eso está todo dicho, el tema es los recursos a disposición, la obligatoriedad y una posición de Estado, una posición de Gobierno, de que esta situación se corrija de manera definitiva porque es que están diciendo que a través del castigo, que a través de la pedagogía”, señaló.

Sin embargo, enfatizó que “de todo lo que se ha venido hablando hace años, no se ha cumplido nada, no se ha hecho la identificación plena de quién entra a un estadio. Entonces aquí viene la pelea entre los clubes, que no tienen dinero y son los dueños del espectáculo, y el Estado que es el dueño del escenario. Entonces quién pone la plata para hacer los ajustes”.

Agregó González que “aquí hemos hablado de todo, faltan tipos penales especiales, hay una normativa especial para el tema, pero no vemos que evidentemente haya una decisión del Estado para erradicar esta situación dentro del fútbol”

Nuevas medidas

El ministro del Interior, Daniel Palacios, lideró ayer la Comisión para Seguridad y Convivencia en el Fútbol, la cual adoptó una serie de medidas conjuntas para la reactivación segura y la convivencia en los estadios.

“La Comisión adoptó medidas a corto, mediano y largo plazo, entre ellas que la Policía Nacional acompañará a los comités locales de convivencia en el fútbol para hacer recomendaciones producto de informaciones de inteligencia; la Policía también acompañará a los hinchas que se desplacen de una ciudad a otra, y si durante esos desplazamientos se observan acciones que alteren el orden público o disturbios, se les prohibirá el acceso a los partidos”, explicó el Ministro.

El titular de la Cartera del Interior anunció además la presencia de la Policía Judicial en todos los certámenes deportivos de fútbol y que a largo plazo, el Gobierno Nacional en conjunto con la Dimayor y las alcaldías, trabajarán para que se haga la inversión en biometría en los diferentes estadios.



Barras bravas en Europa

En ese continente se han tomado severas medidas contra la violencia en el fútbol.

En Inglaterra frente al fenómeno de los ‘hooligans’ el gobierno entendió que esta problemática era un asunto social y empezó a combatirla desde los centros educativos. 

Además, se instalaron cámaras de vigilancia de circuito cerrado de televisión y un sistema de identificación de lector de huellas dactilares en los estadios para controlar el acceso de las personas. Se efectuó una campaña de carnetización de hinchas, que ayudó a identificar a los que tenían antecedentes; con esto se les impidió el ingreso a los partidos.

Se estableció cárcel para las personas que violaran las leyes, como la prohibición de portar armas, el consumo de alcohol y drogas en los escenarios. Esto se complementó con policías que se infiltraron en las barras para identificar a los violentos. Por último, los 92 equipos profesionales del fútbol inglés contrataron grupos de seguridad privada.

En Alemania, desde 1992 existe un registro central que recoge nombres de personas que han llamado la atención por actos violentos relacionados con el fútbol, esto permite mantener lejos a espectadores que tengan antecedentes de este tipo. También hay en los estadios una observación por video que permite identificar a las personas que inicien brotes de violencia. 

En Italia existe un carné de identidad y las entradas son personalizadas en todos los estadios, lo que hace más sencillo el identificar a los violentos. Aquellos considerados culpables de causar peleas tendrán prohibido el acceso a las instalaciones deportivas durante 3 años. Si se trata de un reincidente, la pena oscilará entre los 5 y los 8 años.