En entrevista con EL NUEVO SIGLO, Ingrid Betancourt Pulecio hace un análisis de la situación que vive el país por cuenta de la pandemia, y de las prioridades nacionales en lo económico, lo político y lo social.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo ha visto el manejo de la pandemia en Colombia y en el mundo?

INGRID BETANCOURT PULECIO: Es interesante comprobar que los países más exitosos en sus resultados para enfrentar la pandemia están gobernados por mujeres. Tenemos los ejemplos de Nueva Zelanda, Dinamarca, Alemania, Finlandia, Jamaica para nombrar solo a unos. Desgraciadamente, para muchos gobiernos, la disyuntiva se planteó entre lo económico y lo humano, como si hubiese que sacrificar lo uno o lo otro, con la obsesión de evitar consecuencias electorales desfavorables. En Colombia debemos acelerar la vacunación y mejorar la entrega de apoyos sociales. Es una carrera contra el reloj. 

ENS: ¿Desde el exterior, cómo ve el panorama político para 2022?

IBP: Estamos viviendo en Colombia y el mundo un punto de inflexión. Por un lado, la consolidación del Acuerdo de Paz nos obliga a reconstruir un país donde todos se sientan incluidos. Y, por otro, estamos a dos periodos presidenciales antes de 2030, antes de que el cambio climático cobre pérdidas muy altas en vidas humanas y económicas.

Especialmente vulnerables estarán los países que sigan dependiendo del petróleo, del carbón, y de productos que el mundo va a buscar remplazar.

Así que estas elecciones son el momento de la encrucijada: o hacemos de estos retos una  extraordinaria apostándole al desarrollo de nuevas industrias o seguir como venimos, condenándonos nosotros mismos y las futuras generaciones a no tener futuro por estar ensimismados en nuestras querellas intestinas.

ENS: ¿Ve probable una nueva reforma tributaria?

IBP: La economía tiene que estar al servicio del ser humano y no el ser humano al servicio de la economía. Muchos colombianos han sufrido con la pandemia, se han empobrecido, no han podido trabajar. No se les puede pedir que paguen la factura del covid. Colombia debería ampliar su base productiva y hacerle una profunda reingeniería al Estado, antes que tomar la decisión de aumentar los impuestos para pagar las facturas de la pandemia. 

ENS: ¿Pero cómo reactivar la economía sin olvidar la salud?

IBP: Creo que es el momento de plantearnos nuevas estrategias de desarrollo. Por eso la sociedad colombiana debe entrar en una amplia discusión sobre cuál es el país en el que queremos vivir; cuáles son nuestras fuentes de energía y cómo las vamos a almacenar; cómo vamos a invertir en una red de transmisión eléctrica inteligente y ciento por ciento limpia; cómo queremos movilizarnos individual y colectivamente y cómo vamos a adecuar nuestra infraestructura para ello; cómo insertarnos en la producción de vehículos eléctricos y con tecnologías de última generación; qué y cómo queremos consumir.

Si no hacemos ese trabajo de crear consensos de fondo seguiremos arreglando con parches nuestros problemas económicos.

ENS: La pandemia ha opacado otros temas como el cumplimiento del Acuerdo de Paz…

IBP: Prefiero más bien concentrarme en los “cumplimientos” al proceso de paz. Veo en la última declaración de los jefes de las exFarc una victoria para la justicia transicional. El sometimiento de los que eran miembros del secretariado de las FARC a la JEP, el reconocimiento de sus crímenes, y su decisión de mantenerse firmes en el acuerdo a pesar de la defección de 1/3 de sus efectivos y del asesinato de más de 300 de sus integrantes, nos tiene que ayudar a respetar su regreso a nuestra sociedad.

ENS: ¿Es muy grave el tema de las disidencias?

IBP: Las disidencias son el resultado predecible de las decisiones que se tomaron bajo el liderazgo de Manuel Marulanda. Cuando las Farc decidieron financiar su guerra con el narcotráfico, contaminaron su organización con talante mafioso. Las disidencias de las Farc están conformadas por quienes quieren seguir con el narcotráfico, enriqueciéndose personalmente, y manteniendo un espacio de poder a través de la violencia.

ENS: ¿Ve posible un acuerdo con el Eln?

IBP: Sería importante que se diera ese proceso, pero lo veo difícil. Con las Farc fue posible, entre otras porque tenían una estructura centralizada. El Eln, por el contrario, es una federación de grupos armados entre los cuales hay hombres y mujeres con un real ideal político y otros con una mentalidad y unos intereses delincuenciales. A menos de que los políticos se separen de los otros y decidan andar su propio camino para una plena reivindicación de su ideario político, creo que seguirán secuestrados por los elementos mafiosos.

ENS: Los colombianos quieren nuevos liderazgos, ¿ha pensado en postular su nombre para las elecciones del año entrante?

IBP: Hoy se presentan excelentes liderazgos en Colombia. Gente que viene reflexionando mucho sobre el país, que se lo ha recorrido, que tiene la experiencia y que quiere servirlo. Pero más allá de las personalidades y de los programas me interesa mirar el horizonte. Porque no podemos seguir polarizados, enfrascados en peleas intestinas, mientras que tantas cosas están pasando en el mundo y tantas oportunidades se están abriendo para el país. Esa voluntad para tender puentes es la que va a definir mi posición. 

Foto: Ingrid Betancourt sostiene que antes de reformas tributarias Colombia debe ampliar su base productiva para superar la crisis económica./Archivo ENS