TRAS LA disposición que manifestaron el presidente Gustavo Petro y el jefe del Centro Democrático, Álvaro Uribe, para reunirse a discutir las diferencias que tienen sobre la reforma a la salud, surge una serie de interrogantes en diferentes escenarios sobre lo que sucederá con este polémico proyecto, comenzando por hasta dónde serán capaces de ceder en sus posturas, así como si un eventual acuerdo sería acogido por otras colectividades que están en contra de esta iniciativa.

El proyecto de salud, una de las tres grandes reformas que presentó el Gobierno, junto con la pensional y laboral, sigue caminando en arena movediza en la plenaria de la Cámara, en su segundo debate, por el rechazo de los partidos de oposición e independientes al texto, pues consideran que afectaría el servicio y el sistema.

Esta semana apenas se aprobaron cinco artículos, tres el miércoles y dos el martes, pues en ambas oportunidades se tuvo que levantar la sesión en plenaria porque se descompletó el quórum debido a que más de una treintena de parlamentarios se retiraron, inconformes por la forma como se viene adelantando el debate.

En ese contexto el pasado miércoles, el presidente Petro escribió en la red ‘X’ que: “Invito a Centro Democrático a algo más racional, vengan, nos tomamos un tinto y miramos cuál es su problema con la reforma de la salud que presentamos. Si hay puntos en común los presentamos a la fase de debate en el Senado”.

El llamado de Petro tuvo pronto respuesta por parte del expresidente Uribe Vélez, quien en su cuenta en ‘X’ señaló que “creo que quienes estamos en oposición a las reformas, de diferentes bancadas, deberíamos aceptar la invitación del presidente Petro. Ayudaría si mientras tanto se detiene la aprobación en la plenaria de la Cámara”.

El jefe de Estado se manifestó, en la red ‘X’, complacido con la actitud del expresidente Uribe de estar abierto a dialogar con el Gobierno sobre la reforma de salud. Aunque, Petro no comparte que para ello se suspenda el debate del proyecto en la plenaria de Cámara.

“Sin parar el debate señor expresidente Álvaro Uribe y de cara a la discusión de la reforma a la salud en el Senado, claro que pueden degustar el tinto de Palacio que el expresidente conoce bien. Serán bienvenidos”, señaló Petro.

Uribe Vélez confirmó ayer que se reunirá con el presidente Petro el próximo miércoles, con el fin de discutir temas de la reforma a la salud.

“Durante muchos meses hemos recogido firmas para oponernos a las reformas, hemos dado argumentos. Anoche (miércoles) después del cruce de twitter con el señor presidente Gustavo Petro, me llamó el ministro del Interior a reiterar la invitación y quedamos de reunirnos con el presidente Petro en la mañana del próximo miércoles”, aseguró el jefe natural del Centro Democrático.

Uribe reiteró su pedido de suspender el debate del articulado de la salud mientras se hacen estas conversaciones. “Esperamos que en el curso de estas conversaciones no avance el trámite en la Cámara”, dijo.

Los escenarios

El principal pulso que se anticipa se daría en la reunión entre el presidente Petro y Álvaro Uribe es hasta qué punto cada uno cedería en aras de alcanzar un acuerdo sobre la reforma.

Los inamovibles del Gobierno en este proyecto son suprimir las EPS; concentrar los recursos del sistema en la estatal Adres para que los administre y pague directamente a los prestadores del servicio; y establecer los Centros de Atención Primaria (CAP), que serán la puerta de entrada de los ciudadanos al servicio.

Mientras tanto, Uribe y el Centro Democrático no comparten suprimir las EPS, aunque estarían dispuestos a que el Estado asuma el giro directo para pagar a los prestadores del servicio.

Tampoco están de acuerdo en que la Adres concentre el manejo de los recursos ni que los ciudadanos pierdan la libertad de escoger el prestador de su servicio, como sucedería si se implementan los CAP, entre algunas de las diferencias que tienen con este proyecto.

Otra interrogante que surge es que si Petro y Uribe alcanzan un acuerdo sobre la reforma a la salud, qué efecto tendría en la discusión que se da en la plenaria de Cámara de Representantes, en segundo debate, teniendo en cuenta que no solamente el Centro Democrático ha manifestado sus dudas sobre este proyecto, sino que también están en contra Cambio Radical, partido de oposición; el Partido Conservador y parte de la U, que están en la independencia; así como otras fuerzas minoritarias.

Incluso en la coalición de gobierno varios se oponen al proyecto, como las representantes Katherine Miranda, Catherine Juvinao y Jennifer Pedraza, de la coalición Alianza Verde-Centro Esperanza, quienes han manifestado grandes diferencias con lo que propone el Ejecutivo.

Además, independientemente de las conversaciones que se abren entre el Gobierno y el Centro Democrático, en cabeza de su máximo líder el expresidente Uribe, alrededor de la reforma la salud, en la Cámara de Representantes hay voces que manifiestan su preocupación por que la agenda legislativa ha quedado prácticamente supeditada en esta Corporación a ese proyecto, mientras que los demás están paralizados.

El reclamo en este sentido se presenta también porque de antemano la agenda legislativa estuvo prácticamente suspendida en su discusión dos semanas antes de las elecciones territoriales y una semana después. Y luego de los comicios, cuando el Congreso volvió a la normalidad en su trabajo, la plenaria de la Cámara ha dedicado casi todo su tiempo a la reforma a la salud, con el agravante de que poco se avance en ella por la polarización que hay frente a esta propuesta gubernamental.

La preocupación es mayor porque solamente quedan tres semanas de este periodo de la legislatura, que va hasta el 20 de diciembre, y hay varios proyectos frenados, incluso algunos que se podrían hundir por falta de discusión.

Voto castigo

El acuerdo entre el Centro Democrático y el Gobierno para que fluya la reforma a la salud, y bajo el supuesto que lo acojan otros partidos que están en contra del proyecto, como el Conservador y Cambio Radical, podría, según algunos, chocar con el voto castigo que se notó en las pasadas elecciones regionales contra las reformas del Gobierno.

Varios analistas coinciden en que en la derrota que sufrió el Gobierno el pasado 29 de octubre, por ejemplo, en Bogotá, en Cali y en Antioquia, donde sus aliados políticos no lograron figurar en las urnas, tuvo que ver bastante la caída en la imagen del presidente y del mismo Gobierno en las encuestas, y el rechazo que han tenido sus reformas, no solo la de salud, sino también la pensional y la laboral.

Entonces queda claro que el panorama de la reforma a la salud es muy complicado y que cualquier posibilidad de que se salve dependerá de que haya una real concertación en temas claves, como las EPS, más teniendo en cuenta el problema que se presenta en este momento con Sanitas, la cual sostiene, así como otras de estas empresas, que no son suficientes los recursos que entrega el Estado para cumplir con obligaciones como los medicamentos que están fuera del plan básico de salud.