Una denuncia muy grave | El Nuevo Siglo
La procuradora Margarita Cabello denunció que el patrimonio cultural y el espacio público están en peligro en Colombia. /Foto Procuraduría
Miércoles, 6 de Noviembre de 2024

Hay denuncias que, por su gravedad y las altas implicaciones, urgen una respuesta y clarificación inmediata. Uno de estos casos es, precisamente, lo advertido por la procuradora general Margarita Cabello Blanco en torno a que el patrimonio cultural, arqueológico y del espacio público en Colombia se encuentra en riesgo.

La jefa del Ministerio Público culpó de esta delicada situación al descuido de autoridades locales y otras entidades que habrían puesto en segundo plano su protección, la divulgación de su existencia e incluso su recuperación.

El pronunciamiento tiene un peso aún mayor porque se hizo durante el lanzamiento del libro “Protección del patrimonio cultural, arqueológico y del espacio público”. Es decir, que se trata de una conclusión objetiva de un estudio.

De acuerdo con la saliente titular del ente de control disciplinario, el abandono, la ocupación indebida del espacio público, el inadecuado manejo de residuos sólidos, la presencia de la delincuencia y las modificaciones no autorizadas, son los problemas más graves para la preservación de este acumulado cultural y las áreas públicas.

¿Qué responde el Ministerio de Cultura frente a esta grave denuncia de la Procuraduría? ¿Cuál es la postura de la Policía, del Gobierno, así como de las administraciones departamentales y municipales, responsables de garantizar el disfrute del espacio público? ¿Tendrá alguna relación el riesgo del patrimonio cultural y arqueológico con el hecho de que los presupuestos oficiales para esta preservación, tanto en las esferas nacionales como en las regionales y locales, se han recortado drásticamente?

Es imperativo que se conozcan esas respuestas de las entidades encargadas. No solo porque lo advertido por la Procuraduría es muy grave, sino porque es urgente definir un plan de acción para proteger esta riqueza cultural y el derecho al espacio público. La pasividad institucional no es una opción, es claro.