Alerta por agenda
A partir de hoy quedan escasos dos meses para que termine la legislatura. Las cuentas del Gobierno sobre el avance de los principales proyectos muestran ciertas cifras de preocupación, no tanto porque el tiempo apremie sino porque no se han podido lograr los consensos necesarios en el interior de la coalición de Unidad Nacional para sacar avante algunas de las iniciativas, especialmente las de reforma a la justicia y al fuero militar, que todavía siguen generando divisiones muy abiertas en la bancada gobiernista. En los pasillos del Senado se afirma que, una vez más, le tocará al ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, ponerse al frente para salvar los proyectos, ya que varios de los integrantes del gabinete han demostrado que tienen suficiente conocimiento de los temas pero a la hora de convencer a los congresistas, poco consiguen.
Ojo a intereses
En varios gremios productivos está circulando una propuesta para enviarle al Banco de la República una carta pública y abierta en torno de la inquietud que embarga al sector privado por el impacto de las altas tasas de interés en el sector real de la economía. La idea es pedirle al Emisor algo de flexibilidad en la materia, pues se considera que los índices de endeudamiento de los hogares y de las tasas de consumo aún no están en niveles críticos y que deben explorarse otros mecanismos para controlarlos, distintos a encarecer el crédito y el costo del dinero. ¿Será que el Banco de la República le para oído a los empresarios?
Todo a tierra
La lluvia de críticas que el expresidente Álvaro Uribe lanzó la última semana contra el mandatario Juan Manuel Santos echó por tierra la gestión que venían realizando en forma callada y discreta algunos amigos cercanos de ambos dirigentes para lograr una distensión. Sin embargo, para algunos de los conciliadores tras el tono duro de los señalamientos de Uribe contra el Jefe de Estado, ya no hay posibilidad de bajar el nivel crítico de esas relaciones, que incluso varios de ellos ya catalogan como rompimiento definitivo y que, aseguran, tendrá repercusiones políticas en el corto y mediano plazos.
Golpe a campaña
Este nuevo pico de las críticas de Uribe contra Santos se presentó en el peor de los momentos, pues era claro que varios de los nombres que vienen sonando para suceder a Juan Lozano en la presidencia de La U estaban presentando como plataforma programática para el cargo, que tenían el suficiente margen de acción para lograr en el corto plazo una distensión entre las alas uribistas y santistas de la colectividad, algo que, obviamente, hoy se ve muy complicado, prácticamente imposible. Así las cosas, a varios de los candidatos a la jefatura única o colegiada de La U les tocará cambiar de discurso.
Santismo al frente
De esta forma, también resultaría obvio que muchos uribistas triple A estarán vislumbrando que se acabó cualquier posibilidad de maniobrar para que tanto en las directivas de La U como en el próximo congreso programático las ideas y tendencia política del expresidente se vean claramente reflejadas. Es evidente, según varios parlamentarios, que el Gobierno maniobrará para hacerse con todas las instancias de poder del partido y cerrarle el margen de acción lo más posible a las voces uribistas radicales que insisten en llevar a la colectividad como a una especie de oposición a algunos de los designios de la Casa de Nariño.