No son mejores augurios los que circulan en torno del inmediato futuro de varios ministros. Tras los relevos en Vivienda, Interior y Transporte, en los corrillos políticos  se asegura que la segunda mitad del mandato Santos arrancará con otros cambios en el gabinete, y que las modificaciones no sólo se harán para recuperar el equilibrio de representación política entre los distintos partidos de la coalición de Unidad Nacional, sino también para responder las críticas de algunos sectores políticos respecto de que la cuota de mujeres en la nómina ministerial no alcanza el 25 por ciento, muy baja al decir de la bancada femenina en Senado y Cámara.

Ecos del relevo (II)

Sin embargo, se afirma en los corrillos políticos que con la llegada de Miguel Peñaloza a la cartera de Transporte así como de Federico Renjifo a Interior, se puede considerar que el gabinete tiene ahora un perfil más santista y La U, más cuotas, en detrimento, por ejemplo, del Partido Conservador. De igual manera, se tendría que empezar a evaluar cómo se le abriría campo en el gabinete a los verdes -que ya hacen parte de la Unidad Nacional-, que en próximos días asistirán a una cumbre en la Casa de Nariño con el fin de definir si entran o no al Gobierno, es decir, si aceptan altos cargos y los titulares lo hacen a nombre del Partido. No es poco el debate en esa colectividad frente a lo que algo así implicaría, más aún de cara a la tempranera campaña por la reelección, y la posibilidad de que la entrada de los verdes al Ejecutivo sea vista como un guiño previo a esa posibilidad.

Ecos del relevo (III)

Otra cara del relevo ministerial en Transporte tiene que ver con lo referente al alto clima de tensión entre el presidente Santos y el exmandatario Álvaro Uribe. Algunos observadores consideran que al haber trabajado Peñaloza con Uribe (manejó toda la estrategia de consejos comunales) y luego con Santos, en donde se ha venido desempeñando como Alto Consejero Presidencial para las Regiones y la Participación Ciudadana, debería tener un eco que disminuya las tensiones entre el Jefe de Estado y su antecesor. Sin embargo, otros analistas consideran que Peñaloza es hoy más santista que uribista, y que a ese tenor el exmandatario no entenderá la designación ministerial como un gesto “especialmente amistoso” de la Casa de Nariño.

Ecos del relevo (IV)

Es más, hay observadores políticos que consideran que a Uribe lo que más le molestará de los cambios anunciados este fin de semana tienen que ver con el relevo de su exconsejero presidencial de Prensa, César Mauricio Velásquez, en la embajada ante el Vaticano, a donde iría el saliente ministro de Transporte, Germán Cardona, considerado un santista triple A. Velásquez era de las pocas ‘cuotas’ visibles que al uribismo le quedaban en el Gobierno, pero desde hace varias semanas vienen circulando rumores acerca de que la Cancillería le había pedido el favor de renunciar, sobre todo después de que tuviera que declarar ante la Fiscalía por el caso de las chuzadas.   

Ecos del relevo (V)

La salida de Velásquez podría enfriar la posibilidad de que el papa Benedicto XVI pueda venir a Colombia antes de que termine el gobierno Santos. Esa era una meta que el saliente embajador se había fijado y sobre la que ya tenía algún terreno avanzando, incluso días atrás circularon versiones de prensa referentes a que el Pontífice había manifestado su intención de visitar a Colombia y ya se estaban haciendo averiguaciones sobre cuales ciudades le convendrían más, debido a su delicado estado de salud.