Mea culpa uribista (I) | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Octubre de 2015

En los pasillos de Congreso crecen las especulaciones en torno de polémicas y cruces de acusaciones al interior  de la bancada uribista respecto a las responsabilidades en los resultados electorales del pasado domingo. Según conoció EL NUEVO SIGLO, mas allá de los mea culpa que exteriorizó días atrás el expresidente Álvaro Uribe, entre los parlamentario del Centro Democrático se manejan tres hipótesis sobre las causas del bajo número de cargos a gobernaciones, alcaldías, concejos, asambleas y JAL que obtuvo ese partido. La primera se refiere claramente a que el Centro Democrático si bien nació como un movimiento caudillista alrededor de la imagen del exmandatario, no podrá madurar política y electoralmente mientras no genere otro tipo de liderazgos que eviten soportarse única y exclusivamente en el arrastre de Uribe. Sobre esta conclusión no hay mayor debate en la bancada aunque, como lo dijo un parlamentario, esa situación estaba advertida y  no se hizo nada.

Mea culpa uribista (II)

La segunda hipótesis sí genera más opiniones encontradas y se refiere a que varios parlamentarios consideran que el uribismo no supo leer el escenario electoral y que prueba de ello es que mientras muchos de sus candidatos se lo pasaban hablando del proceso de paz y sus implicaciones para el país, sus rivales, que a la postre se impusieron en las urnas, se concentraron en las problemáticas municipales y departamentales que fueron las que, además del escenario de alianzas y potenciales electorales, señalaron a los ganadores. Según dijo un congresista uribista a un periodista de EL NUEVO SIGLO, es evidente que muchos candidatos “no hicieron la tarea” de empaparse de lo que a la gente le preocupaba y quería escuchar de los candidatos. Indicó que “esa pereza política” pesó mucho, pese a que en varias regiones se advirtió a tiempo que los aspirantes no estaban teniendo el eco popular que se requería para poder triunfar, pero los correctivos no se aplicaron e incluso en la mayoría de los casos se optó, como tabla de salvavidas, en “recostarse más” sobre la figura de Uribe.

Mea culpa uribista (III)

La tercera hipótesis en la que más ampolla ha levantado en los análisis del Centro Democrático y se refiere específicamente a que buena parte de los senadores y representantes no se han preocupado, después de salir elegidos en las parlamentarias del año pasado a la sombra de Uribe, en convertirse en jefes políticos de sus zonas de influencia. Incluso cuando se les conminó a adentrarse en la puja proselitista, los mítines, las caravanas y el ir de pueblo en pueblo “echando discurso”, no lo hicieron. La cuestión llegó a tal extremo que en varias ocasiones, al no poder estar presente físicamente en todas las regiones, le tocó a Uribe hablar vía telefónica para respaldar, en actos políticos, a sus respectivos candidatos. Es más, se piensa en el interior de la bancada que algunas de las polémicas por pulsos de poder en el uribismo para definir avales y alianzas, no se originaron tanto en  divergencia de criterios ideológicos entre congresistas y dirigentes de partido, sino, especialmente, entre los que sí sabían hacer política y buscar votos de barrio en barrio y municipio en municipio, y los que teorizan demasiado sobre la campaña, pero no la sabían ni querían hacer.