En fuentes sindicales se indicó que hay sobre la mesa una propuesta para que el próximo 15 de mayo, cuando entra en vigencia el TLC con Estados Unidos, se realice una serie de paros, mitines y movilizaciones de trabajadores públicos y privados con el objetivo de reiterar su oposición al pacto comercial y las advertencias en torno de los efectos nocivos que sobre la clase obrera colombiana traería el acuerdo. Incluso se había pensado en buscar un símbolo o una actividad en específico, a una hora única, para que todos los colombianos expresaran sus temores frente al TLC con la principal potencia económica del mundo, que, según los sindicatos, podría arrasar a muchos sectores sensibles de la producción nacional.

Celebrar el TLC

Y hablando de la entrada en vigencia del acuerdo comercial con Estados Unidos a mediados de mayo, se sabe que el Gobierno está pensando en la forma en que celebrará una fecha tan esperada después de una década de desgastante negociación y cinco años de dilación en el Congreso norteamericano para la ratificación legislativa pendiente. En no pocos sectores se considera que el eco del anuncio de la fecha, hecho por los presidentes Santos y Obama, fue opacado por la polémica alrededor de los resultados de la Cumbre de las Américas y el posterior escándalo sexual de los agentes del Servicio Secreto.

¿Humo blanco?

En los próximos días habrá una decisión de fondo sobre la estructura de las tarifas de la telefonía celular y la polémica sobre las medidas para hacer aumentar la competitividad ante la presencia de una empresa con “posición dominante”. Según trascendió días atrás, los abogados de los operadores involucrados en este largo y desgastante pleito consideran que llegó la hora de las decisiones finales y los pronósticos siguen divididos. Se sabe también que una vez se anuncie la medida esperada, comenzará un nuevo pulso jurídico ante las más altas instancias, razón por la cual la resolución definitiva de este pelea podría alargarse varios meses más.

Nuevo lema…

A medida que se agota el tiempo de cara al mes de agosto, cuando el Gobierno cumplirá la mitad de su mandato, el ritmo de ejecución de algunos ministerios acelera, pues está claro que el objetivo principal de la estratégica rendición de cuentas será demostrar la mayor cantidad de resultados posibles en cada dependencia del Ejecutivo. Por lo mismo, en algunas carteras se dio la orden de destrabar algunos proyectos y trámites que tienen empantanados importantes proyectos. Una alta fuente ministerial dijo que la nueva tesis del Gobierno, según las directrices de la Casa de Nariño, se reduce en tres palabras de combate: “ejecutar, ejecutar y mostrar”. Vea pues.

Por ahora no…

En medio de los crecientes rumores sobre más cambios en el gabinete, trascendió el viernes pasado que un ministro habría reunido a su staff de asesores para anunciarles que la renovación de los contratos estaba pendiente de las señales que enviara el alto Gobierno respecto a si la cartera en cuestión tendría o no un nuevo titular. El ministro dijo que aunque hasta el momento todo daba a entender que seguiría en el cargo, no se descartaba que por motivos de “ecuaciones de representación política” pudiera presentarse algún cambio de última hora, y que su cartera no era la única que estaba sujeta a esta coyuntura.