Como de “alto poder” calificó un dirigente del Polo Democrático el pulso que se avecina en esa colectividad por la presidencia, ante las crecientes versiones en torno de que la actual titular de ese cargo, Clara López, dará un paso al costado en poco menos de dos meses para dedicarse única y exclusivamente a su candidatura para la Alcaldía de Bogotá. De entrada es obvio que el sector del senador Jorge Enrique Robledo querrá hacerse con las riendas del partido de las toldas amarillas, y también es evidente que las filas de López no querrán perder el manejo de la colectividad. Por ahora es claro que las relaciones entre ambas facciones siguen muy tensionantes, a tal punto que ni ella ni él se saludaron el lunes pasado en el homenaje que se le hiciera en el Congreso al recientemente fallecido exmagistrado y excandidato presidencial del Polo, Carlos Gaviria.
Pulso amarillo (II)
De acuerdo con el dirigente del Polo consultado, la mejor opción sería designar una dirección colegiada en la que tengan cabida y voz todos los sectores del partido, sin prevalencia para ninguno de ellos. “… Política y electoralmente convendría que Robledo, que es sin duda el dirigente de mayor dimensión nacional que tenemos, asumiera el mando en la recta final de la campaña, pero siendo la Alcaldía de Bogotá la mayor apuesta del partido no se puede arriesgar esa meta a un escalamiento del choque de criterios entre él y Clara López, que lleva varios meses encabezando las encuestas en la capital, pese a que ya hay varios pesos pesados del santismo y el uribismo en carrera…”, precisó la fuente consultada, que pidió la reserva de su nombre para “no alborotar más el avispero”.
¿Y la platica?
Los ministros de Justicia, Yesid Reyes, y de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, e incluso el embajador de Colombia en Washington, Luis Carlos Villegas, podrían ser citados al Congreso en pocas semanas. Según trascendió ayer, un parlamentario del uribismo empezó a indagar si a Colombia se le traslada una parte de las millonarias sumas que algunos señalados narcotraficantes se comprometen a entregar a la justicia norteamericana en el marco de procesos de entrega y sometimiento, en los que la DEA se volvió ya una experta, prometiendo a cambio bajas condenas e incluso visas de residencia para los presuntos capos y sus familiares una vez salgan de prisión.
Más víctimas, más plata
En el alto Gobierno crece la preocupación por lo que se considera un aumento del peso presupuestal a corto y mediano plazo por cuenta del programa de reparación a víctimas de la violencia. Las decisiones judiciales que han ampliado el universo de personas que pueden y deben ser reparadas económicamente, incluyendo no sólo a los afectados por las Bacrim sino también a quienes fueron blanco de otro tipo de acciones violentas por parte de grupos armados al margen de la ley, no han sido calculadas, pero se presume que los estimativos iniciales del costo de la reparación podrían estar aumentando en porcentajes superiores al 20 por ciento.