Off the record | El Nuevo Siglo
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Domingo, 24 de Diciembre de 2017
Redacción Política

En una columna de opinión titulada “Lo peor ya pasó”, publicada a finales de noviembre, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, sostenía que “el Gobierno cumplió con las exigencias de la Regla Fiscal y, consecuentemente, aseguró la confianza de las calificadoras y de los inversionistas extranjeros. Una decisión en otro sentido habría afectado nuestra calificación internacional, encareciendo los créditos, disparando el precio del dólar, generando más inflación y afectando la economía en general”. Lamentablemente ese optimismo ministerial se estrellaría apenas unos días después con la decisión de la firma Standar & Poor’s de rebajar la calificación crediticia de Colombia a BBB-, y entre las razones que expuso para ello estuvo, paradójicamente, el riesgo de que se incumpliera con la regla fiscal el próximo año.

Triste aniversario

Y hablando de S&P, otra de las causales para la rebaja de la nota crediticia a Colombia fue, precisamente, el menor recaudo tributario que se ha presentado este año, pese a que en enero pasado entró a regir la nueva reforma impositiva. La meta estaría quedada por encima del 2,5%. Paradójicamente hace un año exacto que el Gobierno nacional celebraba la aprobación por parte del Congreso de la reforma impositiva que, se supone, estaba destinada a generar inversión y  empleo. Sin embargo, en cuanto al primer factor los flujos han sido inferiores a los del año pasado, aunque el Ejecutivo sostiene que el desfase fue porque en 2016 entraron los recursos por la venta de Isagen. Y, en cuanto a lo segundo, el año cierra con una tasa de desempleo de 9,5% en las 13 principales capitales y áreas metropolitanas.

Primeros campanazos

Y hablando de hechos de hace un año, precisamente por estas fechas de 2016 el país se empezaba a enterar de los primeros pormenores del escándalo de los sobornos de la multinacional Odebrecht en todo el continente para quedarse con contratos de obras públicas. Los primeros campanazos vinieron desde mediados de 2015 en Estados Unidos, luego del acuerdo al que llegaron el Departamento de Justicia de ese país con los representantes del consorcio brasileño, en donde quedó el compromiso de colaborar con información en todos los países en donde esa empresa pagó millonarias coimas. Sin embargo, sólo hacia diciembre el capítulo colombiano empezó a ganar espacio, sobre todo porque la Fiscalía ya había realizado las primeras aproximaciones a la información sobre los sobornos en Colombia.

El desmentido…

Paradójicamente, el 23 de diciembre del año pasado el Gobierno, por intermedio de la Secretaría de Transparencia de la Presidencia, emitió un comunicado en el que replicaba unas declaraciones del expresidente Álvaro Uribe, con base en la información publicada un día antes por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Uribe, dijo la Casa de Nariño, cuestionó “de manera tendenciosa” una reunión sostenida por el presidente Juan Manuel Santos, con el Presidente de Odebrecht, en Panamá, en abril de 2015. Ya a finales del año pasado Marcelo Odebrecht estaba preso en Brasil por el escándalo de los sobornos. El Gobierno colombiano advirtió que en el momento de la reunión, en 2015, no existía ninguna sospecha de que Marcello Odebrecht o su compañía hubiesen participado en actos de corrupción en Colombia u otros países. Sin embargo, tiempo después se conoció, por pesquisas de la Fiscalía, que dineros de esa empresa sí habrían entrado a las campañas presidenciales de Santos en 2010 y 2014, pero el Jefe de Estado replicó que si ello ocurrió, nunca se enteró o autorizó esos aportes.