Off the record | El Nuevo Siglo
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Domingo, 7 de Enero de 2018
Redacción Política

El próximo martes las delegaciones del Gobierno y el Eln deben sentarse a la mesa de negociaciones en Quito para tratar dos temas de suma importancia. De un lado, destrabar el ritmo de la discusión de la agenda temática, que está enredado en el tema de la participación de la sociedad en las negociaciones y, de otra parte, analizar la posibilidad de prorrogar el cese el fuego bilateral y temporal que vence, precisamente, este 9 de enero. Paradójicamente, hace un año, enero también fue clave en este proceso de negociación. El 12 de enero de 2016 se reactivaba la mesa, con la novedad de que días antes el presidente Santos había nombrado una comisión especial, encabezada por el exministro –luego jefe negociador- Juan Camilo Restrepo para que se reuniera con representantes del Eln con el fin de encontrar fórmulas para la apertura de la mesa, prevista para marzo de 2016. Ahora la fecha no es el 12 sino el 9, y está de nuevo en juego la estabilidad del proceso.

¿Una nueva guerrilla?

En círculos de militares retirados corre el rumor de que algunos grupos disidentes de las Farc y el Eln estarían  “en conversaciones” para crear otra facción subversiva que recogería a todos los cabecillas y los insurgentes de base que no están de acuerdo con el pacto que se firmó con las primeras ni las negociaciones que se realizan con el segundo. El rumor ya ha tenido eco en algunas toldas uribistas en donde, incluso, se afirma que esa nueva agrupación subversiva llevaría la palabra “auténtica” o “auténtico” en su nombre, simulando lo que pasó en Inglaterra con la facción del IRA que no aceptó los diálogos de paz con Londres y luego pasó a llamarse “IRA auténtico”.

Limar asperezas con Congreso

Algunos líderes de bancada en el Congreso consideran que el presidente Santos debería tomarse el tiempo para ir citando a los senadores y representantes de las distintas colectividades para sendas reuniones en la Casa de Nariño, antes de que comiencen las sesiones ordinarias a mediados de marzo, para lo que serán los últimos tres meses de legislatura del saliente Parlamento y el saliente Gobierno. “… Hay que ser realistas y entender que el tema de las 16 curules dejó muchos resquemores en las bancadas, incluso en las más gobiernistas, y no le conviene el Gobierno ese tema… Hay que limar asperezas incluso antes de que la justicia falle definitivamente sobre la suerte del proyecto de las 16 curules”, precisó un parlamentario de La U.

Salarios: “pudo ser peor”

Aunque públicamente no lo admitan e incluso algunos voceros hayan anunciado que ya están citando al primer paro laboral del año, lo cierto es que a los sindicatos no les cayó tan mal que el aumento del salario mínimo se hubiera fijado, al final y por decreto presidencial, en un 5,9%. Una alta fuente de una central obrera le dijo a un periodista de EL NUEVO SIGLO que fueron casi dos puntos por encima de la inflación anualizada, que estaba casi en el 4%. Incluso recordó que para 2017 el aumento fue de 7%, apenas un punto y medio por encima de la inflación, que fue de 5,5%, lo que significa que la cuestión para 2018 “pudo ser peor” que el incremento finalmente autorizado.