Off the record | El Nuevo Siglo
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Sábado, 16 de Noviembre de 2019
Redacción Política

Nueve mujeres, ocho hombres

 

La llegada de Claudia Blum a la Cancillería impacta, de entrada, el factor paritario de los integrantes del gabinete del presidente Iván Duque que, como se sabe, desde la campaña prometió que la nómina ministerial sería integrada por igual número de mujeres y hombres. De allí que las 16 carteras desde agosto del año pasado están divididas en ocho para ellas y ocho para ellos. Ese equilibrio no cambió cuando se operó el cambio en el Ministerio de Justicia, ya que salió Gloria María Borrero y la reemplazó Margarita Cabello. Sin embargo, sí cambió cuando se designó a Ernesto Lucena, meses atrás, como Ministro de Deportes, cartera creada en el primer semestre por el Congreso. Quedaron, entonces, nueve hombres y ocho mujeres. Ahora salió Guillermo Botero de Defensa y fue reemplazado por otro hombre, Carlos Holmes Trujillo, que estaba en la Cancillería, a donde llegó Blum. Así las cosas, ahora hay nueve mujeres y ocho hombres. Ello indica, entonces, que para volver a la paridad en el gabinete, debe ser hombre el primer Ministro de Ciencia y Tecnología, que debe ser nombrado antes de terminar enero. En ese caso el más opcionado sería el actual director de Colciencias, Diego Fernando Hernández.

 

¿Brazalete electrónico?

 

En las toldas del Centro Democrático hay varios congresistas molestos por el rumor que empezó a circular en torno a que ante la inminencia de la definición de la situación jurídica en la Corte Suprema de Justicia al senador y expresidente Álvaro Uribe, procesado por los delitos de fraude procesal y soborno en concurso homogéneo y sucesivo, ya se estaba hablando en el uribismo de qué pasaría si el exmandatario es cobijado con una medida de aseguramiento que le restrinja la libertad. Según se afirma, si esto último llegara a pasar no operaría la “silla vacía” por lo que la curul sería asumida por el siguiente no elegido en la lista al Senado en marzo del año pasado. Pero más allá de esa circunstancia, que nadie en el bancada se atreve a considerar en público, lo que más molesta a los del Centro Democrático es que si a Uribe le imponen una medida cautelar como la de prohibición de salir del país o incluso un brazalete electrónico, quedaría con más medidas restrictivas que los congresistas del partido Farc, pese a que ante la JEP deben responder por delitos de lesa humanidad.

 

Lupa encima

 

A un poco más de seis semanas para que terminen sus mandatos, en la mayoría de las gobernaciones y alcaldías se está trabajando a todo ritmo con el fin de sacar avante un amplio menú de inauguraciones de obras, lanzamientos de programas y proyectos, así como abundantes procesos contractuales. Todo a contrarreloj. Una alta fuente de la Procuraduría indicó que la entidad le tiene la lupa puesta a todo ese frenesí administrativo de los mandatarios salientes y que, incluso, ya ha recibido alertas y denuncias de las administraciones entrantes en torno a posibles anomalías o situaciones sospechosas. Por lo pronto se sabe que en el caso de dos gobernaciones la pugna entre los que terminan y los que entran ha llegado a tal punto que los empalmes han sido casi inexistentes y de muy bajo perfil, y hasta se ha hablado de denuncias disciplinarias, fiscales y penales.

 

Ojo al invierno

 

Y hablando de los mandatarios salientes, las alertas están prendidas en Antioquia, el Eje Cafetero, los santanderes y Cundinamarca, especialmente, debido a que la temporada invernal sigue arreciando y, según el Ideam, no bajará de intensidad sino a partir de la primera semana de diciembre. Como se sabe, ante esta clase de circunstancias críticas los gobernadores y alcaldes siempre tienen la posibilidad de declarar la emergencia manifiesta, que es una figura administrativa de corte extraordinario que les permite contratar proyectos y firmar contratos sin necesidad de acudir a licitaciones y otras formalidades legales. Siempre que se decreta la emergencia manifiesta se prenden las alarmas para evitar que haya mal manejo de los dineros públicos, circunstancia que es más sensible en pleno empalme entre administraciones entrantes y salientes.